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INVESTIGACIÓN PEDAGÓGICA

Algunas consideraciones acerca de cómo concebir estrategias de educación estética en la Educación Médica Superior

Considerations in Devising Esthetic Education Strategies in Higher Medical Education

1 Universidad de Ciencias Médicas, Facultad de Ciencias Médicas, Cienfuegos, Cienfuegos, Cuba, CP: 55100


RESUMEN
La formación de valores estéticos es un imperativo que emana de las directrices que el gobierno revolucionario ha expuesto en documentos programáticos como la Sexta Conferencia Nacional del Partido y pronunciamientos del Comité Central. Es una tarea pedagógica que tributa a la construcción de un socialismo sostenible. El presente trabajo aborda el por qué y cómo concebir estrategias para la formación de valores estéticos en la Enseñanza Médica Superior. Se analiza el encargo social del prestador de servicios de salud que forman las universidades en Cuba, y el contexto actual en que se desarrolla la formación de ese recurso humano, las influencias del proceso de estetización global de la sociedad, la tendencia de la estética del siglo XXI, el papel del gusto estético en esta tarea y el lugar del trabajo educativo y la extensión universitaria en la articulación sistémica de las estrategias trazadas. Se argumenta la idea de que los valores estéticos viabilizan experiencias que producen comportamientos éticos y humanos.

Palabras clave: valores sociales, formación de concepto, estética, educación superior, estudiantes de medicina

ABSTRACT
The formation of esthetic values is an imperative emanating from the guidelines stated by the revolutionary government in programmatic documents such as the Sixth National Conference of the Party and the Central Committee declarations. It is a pedagogical task contributing to the construction of a sustainable socialism. This paper shows why and how to devise strategies for the formation of esthetic values in Higher Medical Education. The social mission of healthcare providers trained in Cuban universities, the current context in which these human resources are trained, the influences of the global estheticization of the society, the trend of esthetics in the XXI century, the role of esthetic taste in this task and the function of educational work and university extension in the systemic interrelation of the strategies are analyzed. The idea that esthetic values lead to experiences that result in ethical and human behaviors is argued.

Keywords: social values, concept formation, esthetics, education, higher, students, medical

INTRODUCCIÓN

En Cuba, la Educación Médica Superior forma profesionales que tienen la misión de asegurar la continuidad y fortalecimiento de un sistema de salud cuyos servicios no tienen carácter mercantil y donde los pacientes son vistos como público objetivo. Formar en los estudiantes valores institucionalizados es difícil, porque ingresan en nuestras universidades con un sistema de valores y representaciones sociales bastante conformado y porque los profesores nos enfrentamos a las influencias de la banalización cultural global y las dificultades económicas que nos afectan desde 1990. La función de la universidad en este contexto transciende de la formación profesional a la formación humana, y lleva implícita la relación humanismo-ciencia.

Los valores que institucionaliza la clase obrera son la base política, ideológica, jurídica y ética de la formación de los profesionales de la salud y constituyen el programa rector de la Educación Médica Superior para la humanización del ejercicio profesional en su integridad.

Instrumentar una ética profesional humanista no puede hacerse según las reglas neoliberales. En un porciento no insignificante de los jóvenes que estudian especialidades médicas, se ha instalado el imaginario de la cultura occidental anglosajona. Ello crea complicidades grupales y tribales fuertes; se identifican colectivamente con una estética light. Se creen las promesas y aspiraciones promovidas por la industria cultural. Más preocupante, en algunos profesores de la formación médica, se denotan síntomas de la dominación cultural, lo que ha provocado un debilitamiento del trabajo educativo convirtiéndolo en discursivo y formal.

Los programas de las asignaturas no contemplan la educación estética, que está relegada al trabajo de extensión universitaria y ha caído en terreno de nadie. Por eso la necesidad de articular estrategias para la educación estética en este nivel de enseñanza.

DESARROLLO

Actualmente no se puede dudar de la calidad de la formación científico-técnica en la educación médica, sin embargo la formación estética y ética de los estudiantes es incoherente. La personalidad estética es vista solamente como una aspiración y una excepcionalidad.

Los autores de este artículo tratan este aspecto en el binomio ética-estética porque estiman que ha sido un grave error epistemológico del mundo occidental en los últimos dos siglos, haber separado con fronteras bien definidas la ética y la estética.

Educar la personalidad de los estudiantes es un proceso que tiene que basarse en la integración del trabajo educativo curricular, complementándose con el extracurricular y la labor extensionista, orientados a instrumentar valores concordantes con los instituidos en la sociedad socialista.

Los documentos rectores del Ministerio de Salud Pública declaran tres procesos: docencia, investigación y asistencia. No se tiene en cuanta la extensión universitaria, que juega un papel clave en la educación estética, aparte de tener una importante función social integrando a la universidad con la comunidad adyacente y con la sociedad toda. Es la garante de un ambiente y una cultura universitaria y solo puede funcionar si se sustenta en un sistema con un plan de acciones integrales.1

La extensión universitaria es la vía ideal para establecer la comunicación cultural a través de instituciones como la Dirección Provincial de Cultura y sus dependencias y organizaciones como la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales (ACCS) y la Asociación Hermanos Saíz (AHS), patrocina y produce manifestaciones culturales, difunde la cultura médica y contribuye al incremento de la cultura integral.

Pero es muy común ver el trabajo de la extensión universitaria limitado a ciertas formalidades, realizado de manera espontánea, sin un plan bien pensado. Para superar el modelo médico biologicista hay que incorporar las relaciones sociales en que se desenvuelve el profesional de la salud y los estilos de vida, área donde se encuentran el gusto estético, el goce estético y otras categorías que constituyen la educación estética del hombre.

La estética marxista se desarrolló a partir de la estética de Schiller y de Hegel pero fue superior porque incorporó la concepción materialista de la historia, en el planteamiento de que el hombre abrumado de inquietudes, necesitado, no tiene sentidos para el más bello de los espectáculos. Se aplica a la estética y a su aparato categorial el postulado marxista de que el ser social determina la conciencia social, que el hombre piensa, siente y actúa según vive, y no al contrario.2

Instrumentar la educación estética en la enseñanza médica superior es una tarea impostergable porque para lograr un profesional humanista hay que cambiar las formas de ver, interpretar y actuar.

Actualmente la Salud Pública se preocupa de la forma en que las personas individuales y la sociedad en general producen salud y no las ve como una masa destinataria de sus competencias. Se necesita una revolución de pensamiento para que el prestador de servicios de salud pueda desentrañar lo complejo de los sistemas biológicos y sociales, y lo más importante; saber insertar la salud en la vida poblacional mediante actuaciones no sólo técnicas sino también filosóficas. En definitiva el fenómeno de la salud tiene un carácter histórico social, como se aprecia en la actual etapa de las ciencias de la salud en Cuba, que tienen una orientación epidemiológica y de medicina comunitario-familiar, con una enorme labor internacionalista de nuestros especialistas y técnicos en las más diversas disciplinas en decenas de países, el desarrollo de productos de la ciencia, la técnica y la biotecnología.

Existe la percepción casi generalizada en los docentes de la educación superior, que la educación estética en este nivel es inoperante y que tener una personalidad estética está reservado para un grupo de elegidos, que se da solo en personas excepcionales.  Sin embargo, en la enseñanza médica pueden aplicarse con todo rigor didáctico algunas acciones para lograr este objetivo.

Las manifestaciones artísticas tienen una presencia constante en el entorno y en la vida de las personas. Desde esta perspectiva, la educación estética tiene el propósito de favorecer la percepción y la expresión estética de los estudiantes y de posibilitar la apropiación de contenidos imprescindibles para su formación general y cultural.3

La educación estética involucra lo sensorial, lo intelectual, lo social, lo emocional, lo afectivo y lo estético, desencadenando mecanismos que permiten desarrollar distintas y complejas capacidades con una proyección educativa que influye directamente en la formación integral de los estudiantes, ya que favorece el desarrollo de la atención, estimula la percepción, la inteligencia y la memoria a corto y largo plazo, potencia la imaginación y la creatividad y es una vía para desarrollar el sentido del orden, la participación, la cooperación y la comunicación.

L. Vygotsky, plantea que la relación del individuo con su realidad exterior no es sólo biológica, ya que por intermedio de la utilización de instrumentos adecuados puede extender su capacidad de acción sobre esa realidad. Entre estos instrumentos, le atribuye un lugar especial al lenguaje, que es el que permite al individuo actuar sobre la realidad a través de los otros y lo pone en contacto con el pensamiento de los demás, con la cultura, que influyen recíprocamente sobre él. De esta manera puede afirmarse que el pensamiento, como las demás funciones psíquicas superiores, tiene un origen social, son la consecuencia de una relación social y no el resultado del despliegue de las posibilidades de un individuo aislado.4

Según Vygotsky, el conocimiento debe ser contemplado desde su génesis social. La estética y el arte incluyen lo musical, lo plástico lo corporal, lo audiovisual, lo oral y lo escrito, y debe incluirse en el proceso de aprendizaje, ya que a través de la estética y el arte, el pensamiento individual se apropia de la cultura del grupo humano al que se pertenece.

Conocer es producir y reproducir. La concepción marxista del ser humano plantea la idea de que el sujeto cognitivo y social no es un resultado determinista, sino un proceso dialéctico que involucra aspectos históricos y sociales. Entonces, el conocimiento no es un reflejo del mundo sino una construcción elaborada por el sujeto, que se lo apropia a través de sus experiencias, la ideología, los saberes acumulados y las representaciones sociales.

El posmodernismo trajo consigo, en lo que a estética se refiere, la teoría del pastiche. Para Jameson, el pastiche se concibe como un fenómeno asociado al deseo humano de habitar en un mundo transformado en imágenes, en pseudoacontecimientos o en espectáculo. Plantea este autor que su estrecha relación con las simulaciones se debe también a que el pastiche ha nacido en el seno de una cultura regida por las leyes del capitalismo que generaliza el valor de cambio en detrimento del valor de uso. Murcia Serrano plantea que, al decir de  Guy Debord, a quien Jameson menciona explícitamente, hace que la imagen se convierta «en la forma final de la reificación de la mercancía».5

¿Cómo instrumentar la educación estética hoy en la universidad médica? De una forma congruente con el contexto histórico social, transmitiendo una estética descentrada, heterónoma, abierta, popular, no elitista, transdisciplinar; alejada de la estética tradicional eurocéntrica cultista y disciplinar. La respuesta está en tomar  como base las transformaciones producidas en las prácticas artísticas actuales.

Las estrategias no pueden dejar de observar en su sistema de acciones a la estetización del mundo actual, proceso novísimo no abordado por la teoría estética tradicional, y que tiene su centro en el eje tecnología-estetización; el capital y sus estrategias económicas y políticas estetizadas; estetización y marginalidad, espectacularidad y simulacro social; cambios perceptivos derivados del consumo y mass-mediatización, entre otros. Hay que comprender el nuevo papel de las prácticas artísticas en la construcción crítica de nuevas alternativas para pensar el mundo y su transformación a partir de la desmaterialización del signo artístico, la disolución de la idea del artista y los nuevos espacios del arte. Esto no es fácil para las prácticas artísticas actuales y complejiza el diseño de estrategias para una resignificación humana, no enajenada, que establezca una nueva percepción y significación del mundo actual, en todos los ámbitos de la cultura.

Al planear las estrategias, hay que partir de un principio: el pensamiento estético no es el pensamiento de lo “bello en sí” sino el pensamiento múltiple. La estética actual está basada en el pastiche, la imitación de un estilo peculiar, único, se erige sobre el fenómeno sociológico de la “muerte del sujeto individual”, que alude a cuando se podía encontrar estéticamente un sello personal, estilístico, único e inconfundible. Nadie tiene hoy un estilo único, privado, un sello personalísimo.  Ya nadie puede inventar nada, los estilos están agotados, los géneros se han mezclado unos con otros, los géneros puros son cosa del pasado. La innovación estilística es un imposible, solo se puede imitar o copiar estilos pasados. Por eso el pastiche, instalado desde la “alta cultura” hasta la cultura popular. Desde la moda, la música, la plástica, la arquitectura, todas las manifestaciones estéticas y extraestéticas viven en, y del pastiche en general.

Otro aspecto a tener en cuenta es la estetización de la sociedad actual, fuera de los cánones establecidos por lo clásicamente reconocido como estética; ahora se ha volcado en primer lugar a la producción de bienes: la ropa, los muebles, los edificios, los artefactos tecnológicos y hasta la comida, que vienen de una práctica extraestética. Además se debe tener en cuenta que, como plantea Sánchez Medina, lo estético funciona a través de un canal comunicativo del que, generalmente, no somos conscientes; esto nos hace vulnerables. Al estar siendo influidos estéticamente de manera permanente, es preciso que se nos prepare para escoger y desechar, que se nos ayude a escapar de seducciones que la sociedad impone a los desprevenidos.

Por eso la primera idea que debemos transmitir a nuestros estudiantes con las estrategias particulares que se apliquen, es que la estética dejó de ser una simple materia que tenía como objeto el conocimiento, para pasar a ser una actividad, una actividad práctico poiética.

La estrategia debe incorporar en sus acciones el hecho de que la capacidad del hombre para la creación artística se manifiesta antes que su capacidad para el conocimiento científico o la actividad político-ideológica. La creación artística comenzó a independizarse de los demás tipos de actividad a los que había estado indisolublemente unida al principio. La creación artística no fue afectada por la especialización de los tipos de actividad social. Conservó, conserva y siempre conservará su carácter sincrético innato.

Hay que tener en cuenta también  que los alumnos en este nivel ya tienen conformado un gusto estético individual, o sea,  la capacidad de valorar y sentir de forma independiente una obra artística, su valor estético y la capacidad de descubrir el valor estético de la propia realidad. El gusto estético tiene una fundamentación genética, pero se forma sobre la base de la interacción social, a lo largo de la cual el sujeto asimila las normas estéticas y también tiene la posibilidad de comprobarlas en el proceso de valoración individual. La universalidad del gusto estético es su primer criterio. Al valorar una obra de arte afirmamos que nuestra apreciación del gusto corresponde a la concepción y evaluación de aquellas por todos los demás. Se puede enseñar al hombre a comprender los principios de la composición artística, a distinguir corrientes y escuelas artísticas, a dar definiciones sobre lo bello, lo trágico y lo cómico, pero en tanto esos conocimientos no sean asimilados, interiorizados por el individuo, al sistema de su actividad emocional sensitiva, actuarán de modo puramente externo sobre su gusto, solo rendirá tributo a la moda o se inclinará ante la autoridad. El gusto estético se forma como capacidad espiritual por efecto del conjunto de sus sensaciones y vivencias espirituales. De aquí el carácter individual interactivo del gusto estético, un pilar sobre el que se sustentará la estrategia concebida para fomentar valores estéticos sobre los que ya tienen conformados los estudiantes.7

El carácter individual interactivo del gusto estético debe favorecer la aplicación de la estrategia y va a interponérsele al mismo tiempo, porque el gusto estético del estudiante está muy relacionado con sus representaciones sociales, que por cierto, son en un alto porciento las conformadoras de ese gusto estético. En este aspecto juega un rol determinante la televisión. Las representaciones sociales se forman y evolucionan en el propio proceso de la comunicación. Por tanto, entre las representaciones sociales, la comunicación y la producción del conocimiento social hay una interrelación indisoluble. Son importantes para la comprensión de los fenómenos comunicativos, incluidos la producción de noticias, la delimitación de los criterios de noticiabilidad, la recepción y el uso de los medios, la formación de la opinión pública y el gusto estético.8

El gusto estético se forma interdisciplinariamente a través de mecanismos humanos irreductibles a un campo en específico. Es un proceso psicológico y social. En cuanto al área de la estética, estamos afectados por la tradición occidental, que separó ética y estética,  que plantea que las cualidades estéticas de una obra le son inherentes a la obra misma, por tanto su valor estético permanecerá incólume mientras la obra exista, independientemente de la valoración del sujeto.

En la estrategia no se puede implantar un determinado gusto estético “per se” porque el gusto estético es la capacidad de valorar y sentir de forma independiente una obra artística o el valor estético de la propia realidad objetiva, los estudiantes de la educación superior se presentan ante el docente después de asimilar determinadas normas estéticas, normas que ya valoró y asumió como válidas, las interiorizó a su actividad emocional, se constituyeron en patrón de capacidad creativa y valorativa estética. Son el resultado de sus vivencias espirituales y de sus experiencias estéticas previas.

Esto significa también que esa interactividad del gusto estético es el arma principal con que cuenta el docente en la estrategia para cambiar el gusto estético. Los valores estéticos se instrumentarán a partir de los que ya tiene subjetivados el estudiante y se irán transformando aprovechando para nuestros objetivos pedagógicos, la multitud de influencias del mundo exterior y de impresiones que se correspondan con las nociones de belleza, perfección, armonía, y racionalidad que queremos instituir.

Se instrumentarán acciones que potencien la imaginación, la intuición, la fantasía, la inventiva, el don de proyectar y la reflexión.

Hay una acción que los autores recomiendan esté presente en cualquier sistema de acciones para fomentar valores estéticos en la educación superior: auxiliarse de las instituciones de carácter cultural con que cuenta la sociedad socialista, que influyen, moldean, controlan y educan los valores estéticos de la ciudadanía: la crítica, el peritaje artístico, la educación artística, el mercado de las obras de arte, los medios, las exposiciones artísticas, los museos, las bibliotecas públicas, los concursos, los premios, las academias; e incluso la censura oficial, en cualquiera de sus formas. Son exponentes de tendencias sociales determinadas en un contexto sociohistórico dado, son la manifestación de un ethos epocal.9 

La crítica puede aportar mucho para lograr los objetivos propuestos, porque el juicio crítico instituye valores estéticos, populariza obras artísticas que de otra forma no fueran conocidas, hace llegar al público medio (en este caso los educandos) los valores de determinadas obras complejas, que difícilmente fueran comprensibles para los no entendidos. Pero la crítica es también una suerte de propaganda, de persuasión y hasta una acción velada de relaciones públicas.[1] El crítico es ante todo un comunicador y un educador social. En Cuba tenemos el ejemplo por excelencia de Mario Rodríguez Alemán, cuya labor desde un programa televisivo (“Tanda del domingo”) educó a los cubanos como uno de los públicos más preparados para apreciar el medio cinematográfico en el hemisferio occidental. Moldeó un gusto, educó estéticamente y elevó la cultura estética en general.

Se utilizará el contexto universitario, la vida en la comunidad universitaria, para incorporarla a la estrategia, en pos de que tribute al fomento de normas de convivencia social. El medio ambiente circundante a la universidad como inmueble, la arquitectura de los edificios universitarios y la vida dentro del recinto universitario deben ser  utilizados para instrumentar valores estéticos. La estética interviene de manera importante en la vida de la sociedad y del hombre formando parte de la relación entre él, la sociedad y la realidad.

El medio ambiente, la naturaleza, es un fenómeno no estético en sí, hasta que no esté transformado por la mano del hombre. Pero puede producir el mismo efecto que una obra de arte. El arte le impregna su esplendor al medio natural. También lo estético realiza una función secundaria en algunos actos a los que se adjunta: función estética en la educación, en el acto de comer, en el hábitat de la residencia estudiantil y de los locales docentes y de servicios. En estos aspectos está presente el valor estético de modo subliminal, no directamente.

Promoviendo una buena educación formal estamos instrumentado valores estéticos. Porque la educación formal va moldeando un comportamiento estético. La buena educación en la sociedad es un hecho con fuerte matiz estético: facilita y regula los contactos sociales entre los miembros de una colectividad humana. Se trata de un hecho estético, que incluye la mímica y los fenómenos lingüísticos como la entonación y la articulación. Aquí la función estética amortigua la primitiva expresividad espontánea del gesto y se transforma en un gesto-signo. Los gestos sociales difieren no solo de una nación a otra, sino también de una época a otra dentro de una misma nación.

Los gestos más convencionales nos parecen exageradamente patéticos entre una época y otra. La gesticulación social está sujeta a una evolución cuya fuente es la influencia del mundo estético, que nos llega desde el teatro, la literatura, el cine, y últimamente desde las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación.10

La formación de un buen gusto, o direccionar el mal gusto en otro sentido, no es fomentar en los alumnos el acercamiento a valores de una estética elitista y no concordante con nuestra realidad nacional y nuestro sistema social. Podemos estar en presencia de objetos o fenómenos feos pero que no son de mal gusto. Feo es aquello que percibimos que está en desacuerdo con la norma estética. El mal gusto es cuando valoramos un objeto producido por la manos del hombre en el que observamos al mismo tiempo, la tendencia a cumplir una norma estética determinada, y la falta de capacidad para lograrlo.10

Cuba se encamina a convertirse en una Economía de Servicios, y el Sector Salud se ha erigido en el segundo rubro económico del país, por la exportación de servicios médicos de excelencia.  En la educación integral de nuestros médicos hay que desarrollar también el comportamiento ético, que no se adquiere únicamente mediante conocimiento y normas morales, sino como consecuencia de otras experiencias, entre ellas, la experiencia estética, entendiendo que, si bien los valores éticos y estéticos tienen distintas funciones que realizar en el mundo, también pueden actuar conjuntamente en la formación del ser humano.

Los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución indican en el Lineamiento 108: “Garantizar que todas las acciones de colaboración internacional que Cuba (…) ofrece estén incluidas en el Plan de la Economía Nacional, de manera que la integralidad de las mismas esté asegurada”, y en el 160: “Garantizar que la formación de especialistas médicos brinde respuesta a las necesidades del país y a las que se generen por los compromisos internacionales”. En el 154 y 156 se plasman dos objetivos donde son necesarias la confluencia de la formación ética y estética de los médicos: “elevar la calidad del servicio que se brinda, lograr la satisfacción de la población”, “consolidar la enseñanza y el empleo del método clínico y epidemiológico y el estudio del entorno social en el abordaje de los problemas de salud de la población”.11  La Conferencia Nacional del PCC en su objetivo 56 indica: “intensificar la atención a las instituciones educativas como centro de formación de valores (…) Potenciar el amor a la Patria, al trabajo, la educación cívica, moral y estética.”13  También el Buró Político del PCC y su Comité Central, a través de su órgano oficial ha estado constantemente llamando a “fortalecer el papel de la educación como garante del equilibrio de la Nación, a capacitar al ser humano para enfrentarse a las fuerzas regresivas que sueñan con imponer la frivolidad, el mal gusto y la ignorancia”.12

Se hace clara la importancia actual de potenciar la educación integral del ser humano desarrollando también el comportamiento estético, que en el sector Salud se expresa en conocimientos, valores, actitudes, habilidades y relaciones profesionales, y en rasgos de la personalidad del médico.13

Los galenos tienen que garantizar un elevado nivel científico-técnico, si descuida su desarrollo estético estará notablemente limitado en su proyección humanística, en su ejercicio ético, en la relación médico-paciente-familia-comunidad y en sus potencialidades para curar, paliar y/o consolar.  

En la universidad médica deben instrumentarse valores estéticos, propiciar una cultura ética-estética, el conocimiento de las normas estéticas establecidas por la sociedad, favorecer el desarrollo de las relaciones interpersonales, la espiritualidad, un ambiente y un comportamiento estético engendran personas éticas y virtuosas, siempre acordes con el desarrollo de su época y su clase social, pues, como plantea Rodríguez García, el ideal estético tiene un marcado carácter clasista porque no solo representa las ideas y el espíritu de una época, sino también de toda una clase. En una misma época, en un mismo país, las diversas clases que componen la sociedad, los diferentes grupos que participan en el desarrollo, construcción y evolución de esa  sociedad van a tener su propio ideal.14  Por tanto, la universidad tiene que estar imbuida de estos preceptos para moldear el gusto estético de sus educandos.

José Mujica, en la clausura de las II Cumbre de la CELAC en La Habana en febrero de 2014, habló del imperativo de sembrar una cultura, “porque aquello que no está prendido en el corazón de los pueblos es apenas un acto de dirigentes, y los dirigentes no cambian la historia de la humanidad. La historia de la humanidad la pueden cambiar solo los pueblos.”15

No se puede subestimar la enorme capacidad de dominación cultural (…). Entonces, esta batalla es larga, es dura. Nada peor que ser ingenuo con la parte agresiva que tiene este mundo de mercado, y esta civilización de mercado (…) y nada ha demostrado que tenga más fuerza creadora en este planeta que la economía capitalista, que ha revolucionado la historia de la humanidad en tecnología y en ciencia; pero ha significado el acrecentamiento en nuestra cultura del egoísmo, y de la pérdida de la fraternidad humana.15

 

[1] El profesor Carlos L. Nodals García, miembro del Círculo de Comunicadores Institucionales de la ACCS en Cienfuegos, ha sustentado este planteamiento en los cursos de Relaciones Públicas que imparte en esa organización

CONCLUSIONES

La instrumentación de valores estéticos y la teoría estética en general, tienen que enfrentar las dificultades que produce el actual paradigma racionalista de la cultura occidental, hombre racional-hombre sensorial.

Con adecuadas estrategias e intencionalidad pedagógica, que consideren las influencias que recibe el estudiante del contexto social y mundial, se puede lograr en la educación médica superior educar en valores estéticos.

Los valores estéticos permiten al prestador de servicios de salud realizar sus necesidades espirituales, orientarse en lo social y cultural.

La coincidencia del proyecto educativo y las estrategias educativas contribuye a la eficacia de los fines de la actividad educativa, el fin último de esta es crear cultura.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1 Pernas Gómez M, Arencibia Flores L, Ortiz García M. El plan de estudio para la formación del médico general básico en Cuba: Experiencias de su aplicación. Rev Cubana Educ Med Super. 2001;15(1):9-21
2 Cardentey Arias J, Pupo Pupo R, Fabelo Corzo J, Núñez Jover J, Díaz Caballero JA, Fuentes Pedroso JF, et al. Lecciones de Filosofía Marxista Leninista. Tomo I. La Habana: Editorial Felix Varela; 2007
3 Habernas J. La modernidad, un proyecto incompleto. En: Foster H, Habernas J, Baudrillard J. La posmodernidad. La Habana: Editorial Adagio; 2005. p. 23
4 Vigotsky LS. La imaginación y el arte en la infancia. Madrid: Akal; 1982
5 Murcia Serrano I. La estética del pastiche postmoderno. Una lectura crítica de la teoría de Fredric Jameson. Contrastes. Revista Internacional de Filosofía. 2010;XV:223-41
6 Sánchez Medina M. Impactos invisibles. La teoría de la educación estética hoy. En: Sánchez Medina M, Arias Curbelo S, Romero Rojas X, Torres Soler A, Ravelo Cabrera P, Medero Hernández N, et al. Estética. Enfoques actuales. La Habana: Editorial Felix Varela; 2005. p. 173-80
7 Adorno TW. La televisión en la industria de la cultura. En: Copertari CA. La ventana electrónica: TV y comunicación. México DF: Eufesa; 1983. p. 34-48
8 Margulis M. Sociología de la cultura. Tomo I. Buenos Aires: Paidos; 2006
9 Deramo Cabrera H, Rodríguez García R, Martín Rodríguez M. Temas de estética. La Habana: Editorial Adagio; 1992
10 Vásquez Rocca A. El giro estético de la epistemología. La ficción como conocimiento, subjetividad y texto. Revista Aisthesis. 2006;40:45-61
11 Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución [Internet]. La Habana: UCI; 2011 [citado 23 Nov 2014]. Disponible en: http://www.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2011/05/folleto-lineamientos-vi-cong.pdf
12 Objetivos de trabajo aprobados en la Conferencia Nacional del Partido [Internet]. La Habana: UCI; 2013 [citado 23 Nov 2014]. Disponible en: http://www.cubadebate.cu/especiales/2012/02/01/objetivos-de-trabajo-del-pcc-aprobados-en-la-conferencia-nacional-pdf/
13 Castro Ruz R. Discurso pronunciado en la Asamblea Nacional del Poder Popular. Granma. 2013 Jun 6; 2
14 Rodríguez García R. El valor estético y su aprobación. En: Deramo Cabrera H, Rodríguez García R, Martín Rodríguez M. Temas de estética. La Habana: Editorial Adagio; 1992. p. 15-39
15 Mujica J. Discurso pronunciado en la II Cumbre de la CELAC [Internet]. La Habana: UCI; 2014 [citado 23 Oct 2014]. Disponible en: http://www.cubadebate.cu/especiales/2014/02/03/el-discurso-de-jose-mujica-en-celac-tenemos-que-integrarnos/

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Editada en la Universidad de las Ciencias Médicas de Cienfuegos. Directora: Dra.C Dunia María Chavez Amaro