INTRODUCCIÓN
La fractura de la cadera es una de las lesiones traumáticas a la que con más frecuencia se enfrenta el cirujano ortopédico. Puede causar devastadoras consecuencias y está asociada a una alta morbimortalidad, lo que causa a los pacientes que la padecen una reducción en su calidad de vida (1,2)
Esta fractura es de alta frecuencia en los pacientes geriátricos debido a la osteoporosis característica de la edad avanzada. Para ella constituyen factores de riesgo: la demencia, los fumadores inveterados, ancianos albergados institucionalmente, inactividad física, pérdida de peso, abuso del alcohol y pérdida de la visión, además el uso de algunos medicamentos como: furosemida, corticoesteroides, uso de hormonas tiroideas, fenobarbital, etc. (3)
Es considerada como fractura de la cadera aquella que va desde la cabeza femoral, hasta 5 cm por debajo del trocánter menor del fémur. La clasificación anatómica de las fracturas intracapsulares es la siguiente: (4)
A-Subcapitales: las que se localizan por debajo de la cabeza femoral
B-Transcervicales: las que se localizan a través del cuello femoral.
C- Basecervicales: las que se localizan en la base del cuello femoral.
El Dr. Alberto Inclán Acosta, cubano, fue el primero que a nivel mundial, en el año1942, creó un banco de hueso homologo y utilizó los injertos de hueso en la cirugía ortopédica y en las fracturas desplazadas del cuello del fémur. Este doctor lo realizaba utilizando el clavo de Smith Petersen, con excelentes resultados. (4) Los autores de este trabajo utilizan el peroné pero con dos tornillos del sistema AO esponjosos, técnica quirúrgica de innovación en nuestro Servicio de Ortopedia y Traumatología.
En el hospital de Cienfuegos se tratan con la técnica de injerto óseo las fracturas subcapitales y las transcervicales y se utiliza la clasificación de Pauwels y Garden en lo que se refiere al desplazamiento de estas. (5)
Ante la necesidad impuesta por la situación económica, que no permite la utilización de prótesis de sustitución, se emplea esta técnica tradicional.
Por las razones antes expuestas se realizó esta investigación con el objetivo de exponer los resultados de la utilización de la técnica de injerto óseo del peroné en pacientes menores de 65 años con fractura desplazada de cuello femoral.
MÉTODOS
Estudio de serie de casos realizado durante el año 2011 en el Hospital General Universitario Dr. Gustavo Aldereguía Lima de Cienfuegos sobre 20 pacientes menores de 65 años operados por fracturas desplazadas del cuello femoral en los que se empleó la técnica tradicional de injerto óseo.
Se analizaron: edad, sexo, tiempo de consolidación del injerto y complicaciones.
Descripción de la técnica quirúrgica empleada:
El paciente anestesiado fue colocado en la mesa ortopédica en decúbito supino, con el pie del miembro sano asegurado en el estribo correspondiente.
Se realizó la maniobra de reducción de la fractura por el método de Whitman o el de Leadbeter. El aparato radiográfico se situó de la manera usual, para hacer las radiografías biplanales de la cadera. Una vez lograda la reducción se fijó del miembro lesionado en el estribo correspondiente. La incisión se inició a 3 cm por encima del trocánter mayor y 15 cm por debajo de este, siguiendo la cara lateral externa del muslo; si incidió piel, tejido celular subcutáneo, tensor de la facia lata y basto externo; se separaron los músculos mencionados, se desperiostisaron y a 1 cm por debajo de la fosita subtrocantérica se pasó un alambre guía de 2,4 mm, asegurándose mediante radiografías que estuviera en el centro del cuello. A ambos lados del alambre, paralelo a este, se introdujeron dos tornillos del sistema AO esponjosos, perforados con una barrena 3,5 mm. Previamente, por debajo de ambos tornillos, se perforó con un trépano del grueso de la fracción del peroné a utilizar, que era de más o menos 10 cm de longitud, y se introdujo en el cuello del fémur en forma de trípode de Eifel. Se cerró por planos la herida, previo control radiológico.
Técnica para extraer la fracción del peroné a utilizar en el injerto:
Paciente en la mesa ortopédica. En la pierna de la cadera lesionada, se realiza incisión longitudinal, de 15 cm de longitud, en la cara externa, a 7 cm por debajo de la cabeza del peroné, se incide piel, tejido celular subcutáneo, aponeurosis y se corta longitudinalmente el músculo perineo lateral largo, se separa y se desperiostisa el peroné, se extrae un fragmento del mismo de 10 cm. Previa osteotomía superior e inferior, se ligan los vasos sangrantes y se cierra por planos.
La investigación fue aprobada por el consejo científico de la institución y se contó con el consentimiento informado de los pacientes.
Los datos se recogieron en un formulario confeccionado al efecto y se procesaron en Excel.
Los resultados se presentan en tablas mediante números absolutos y porcentaje.
RESULTADOS
El 70 %(14) de los pacientes correspondió al sexo femenino, 30 %(6) al sexo masculino.
El 50 % de los pacientes estaban entre los 55 y 65 años, seguidos de los de entre 45 y 55 años, con 45 %. (Tabla 1).
El 70 % de los pacientes necesitó de 12 a 16 semanas para que consolidara la fractura, seguidos de los que necesitaron de 16 a 20 semanas(20 %), solo dos pacientes necesitaron menos de 12 semanas. (Tabla 2).
Se presentaron complicaciones en el 45 % de los pacientes, pero solo en el 25 % fue rigidez articular de rodilla o cadera, en el resto fueron complicaciones generales. (Tabla 3).
DISCUSIÓN
En general, se definen dos grandes grupos de fracturas de cadera, las fracturas intracapsulares y las extracapsulares. En las primeras, la fractura se sitúa en el cuello del fémur y puede quedar interrumpida la vascularización de la cabeza femoral, por lo que conllevan un riesgo de necrosis y de pseudoartrosis, que deben ser considerados a la hora de seleccionar el tratamiento.
De Miguel Herrero y Calvo Crespo exponen que se han propuesto diversas clasificaciones de las fracturas intracapsulares de cadera, pero ninguna ha demostrado tener una correlación intra e inter observador suficiente como para aconsejar su uso generalizado y, además, no aportan información diagnóstica, terapéutica o pronóstica. Estas fracturas por tanto deben subdividirse exclusivamente en desplazadas y no desplazadas, dado que el grado de desplazamiento sí correlaciona con el riesgo de complicaciones y determina el tipo de tratamiento a realizar. (6)
Los autores de este trabajo consideran como muy acertada la clasificación de Garden, relacionada con el desplazamiento de las fracturas intracapsulares. Según el grado de desplazamiento se determina el tipo de tratamiento a realizar, sea reducción y osteosíntesis con injerto óseo o restitución
protésica.
En la literatura revisada se describen diversas técnicas para el tratamiento quirúrgico de estas fracturas, (6) los autores de este trabajo utilizan la osteosíntesis con dos tornillos esponjosos de tipo AO e injerto óseo, con resultados favorables, como se ha mostrado en esta investigación.