INTRODUCCIÓN
La piel es el órgano más extenso del cuerpo y además el lugar en que se originan una serie de neoplasias, algunas de ellas raras o francamente excepcionales. (1)
El cáncer de piel constituye el tumor maligno más frecuente en humanos y se ha reportado su incremento en los últimos años. (2-4) La probabilidad de padecer cáncer de piel se incrementa con la edad; es 100 veces más frecuente en las personas entre 55 y 75 años que en aquellas menores de 20. (5) La mayor esperanza de vida de la población y la mayor exposición solar a causa de actividades recreativas, permiten predecir un incremento progresivo de la incidencia del cáncer cutáneo.
Clásicamente se clasifica en dos grandes grupos: los cánceres cutáneos no melanoma (CCNM), en los que se incluye el carcinoma basocelular (CBC), el carcinoma epidermoide de piel (CE) y los carcinomas anexiales; y el melanoma en sus distintas variedades clínicas e histológicas. (6)
El CBC es el cáncer más frecuente (constituye el 60 % de los CCNM) y es poco agresivo durante la mayor parte de la vida tumoral, aunque a menudo presenta una importante morbilidad y discapacidad. (7)
El CE es el segundo en frecuencia, representa un 20 % de los CCNM y tiene un comportamiento biológico más agresivo, con una incidencia de metástasis de hasta el 3 % del total. (8) Por otra parte existen formas clínicas combinadas, es decir, patrones de células basales y escamosas. (9)
Es importante que en la exéresis de estas lesiones se utilicen técnicas que desde el punto de vista estético constribuyan al bienestar físico, biológico y social. La técnica de m-plastia doble no es usualmente realizada en este tipo de caso, cuestión que motivó la confección de este informe.
PRESENTACIÓN DEL CASO
Paciente femenina de 86 años de edad, blanca, ama de casa, de procedencia rural, con antecedente de salud, que acudió a la consulta multidisciplinaria de tumores del Hospital Universitario Celia Sánchez Manduley, de Manzanillo, Granma, por presentar una “lesión tumoral” a nivel de la frente, sin precisar forma de comienzo, que había ido creciendo de forma lenta y progresiva en un periodo de tres años, y acompañada de dolor ocasional espontáneo.
Examen físico
Paciente con estado nutricional aceptable, con signos de daño solar crónico. Se constató lesión nodular, localizada a 3 cm del límite de implantación del cabello en su parte frontal izquierda, aproximadamente del tamaño de un huevo de gallina, de forma ovalada (Figura 1), superficie lisa con diminutas telangiectasias, color de la piel normal (Figura 2), consistencia semisólida, temperatura normal, sobre una base de 3-4 cm, sésil. La paciente refirió discreto dolor a la palpación. No se observaron adenopatías.
Por el tiempo de evolución y características clínicas, se interpretó como un carcinoma basal, variedad nodular. Se realizaron exámenes complementarios de rutina, los cuales mostraron resultados dentro de límites normales.
Previo consentimiento de la paciente (Anexo), se procedió a realizar exéresis y biopsia de la lesión. Se empleó como técnica quirúrgica la m-plastia doble. (Figura 3).
En cuanto al resultado estético (Figura 4), tanto la familia como la paciente, ya afectada por sentimientos de inferioridad y autoestima baja, quedaron muy satisfechos.
El resultado del estudio anatomopatológico confirmó el diagnóstico de carcinoma basoescamoso, con los bordes libres de lesión.
DISCUSIÓN
Teniendo en cuenta las diferentes formas de tratamiento en estos casos, la mejor elección es el tratamiento quirúrgico con vistas a la extracción completa del tumor, que además provee un margen de seguridad (otras técnicas que pueden aplicarse son la elíptica y la exéresis en bloque e injerto de piel).
La elección de la técnica m-plastia doble como tratamiento único y curativo, está sustentada por los principios básicos de la Cirugía Plástica. (10,11) Elementos más específicos, como la edad y la flacidez facial de la piel en esta paciente, y ventajas como la posibilidad de evitar en el cierre las llamadas “orejas de perro”, la escasa probabilidad de complicaciones postoperatorias, su simpleza y solidez, también contribuyeron a decidir qué técnica usar.
Al realizar la planificación de la m-plastia se tuvo en cuenta el margen de seguridad (1,5 cm) alrededor del tumor y el resultado estético, ya reportado por otros autores como positivo. (12)
Ante toda cirugía de lesiones de la piel y, sobre todo, de lesiones que comprometen a zonas visibles y extensas, hay que tener presente el resultado final de la cicatriz; no solo se trata de eliminar la causa de la cirugía, si también de hacerlo dejando las mínimas secuelas desde el punto de vista estético. En el caso presentado se obtuvieron resultados satisfactorios, tanto en el plano curativo como estético.
Anexo. Consentimiento informado