INTRODUCCIÓN
La desnutrición crónica es un estado patológico, sistémico y potencialmente reversible, que se origina como resultado de la falta crónica de nutrientes esenciales durante los primeros años de vida, lo cual resulta en una problemática alarmante con consecuencias significativas tanto a nivel individual como a nivel social y económico.(1) Afecta el desarrollo físico y cognitivo, concretamente, retraso en el crecimiento, baja estatura para la edad, dificultades en la capacidad de aprendizaje y retardo del desarrollo psicomotor. Esto tiene un impacto negativo en el futuro académico y en su capacidad para llevar una vida plena y productiva; además, en estas edades tempranas puede tener efectos duraderos en la salud, aumentando el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades cardiovasculares e incluso la obesidad en la edad adulta.(2)
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, casi la mitad de las muertes de niños menores de 5 años están relacionadas con la desnutrición, principalmente en países de mediano y bajo ingreso; así también, se estima que en 2022 149 millones de niños menores de cinco años padecían retraso en el crecimiento.(3, 4)
En varias regiones del mundo, la desnutrición crónica en infantes alcanza niveles críticos y se asocia con una alta morbimortalidad. En 2020, llegó a 1,3 % en el Caribe, con porcentajes elevados dentro del continente americano: Barbados (6,8 %), Trinidad y Tobago (6,4 %), Guyana (6,4 %), Suriname (5,5 %).(5)
En Ecuador, desde el año 1993 se han llevado alrededor de 12 programas relacionados con salud y nutrición, sin embargo, la curva de la desnutrición crónica infantil en menores de cinco años no evidencia cambios visibles. En la actualidad, alrededor del 25 % de los niños menores de 5 años sufren de desnutrición crónica, lo que significa aproximadamente uno de cada cuatro niños; la proporción sobrepasa el 28,7 % en las comunidades rurales, lo que ubica al país como el segundo de América Latina y el Caribe con los mayores índices después de Guatemala.(6)
Otro estudio de Ecuador realizado en 2022 por el Ministerio de Inclusión Económica y Social junto al Programa Mundial de Alimentos, aplicado en 18 cantones de la costa y la sierra, refiere que durante la crisis sanitaria puntos como el desempleo, dificultad de acceso a agua potable, educación y salud, impactaron de manera directa en el consumo de alimentos, materializado en la escaza variedad de la dieta, el valor nutritivo y la cantidad reducida. El 50 % de la población tuvo que disminuir el consumo de comida saludable, en tanto el 40 % no dedicaba tiempos libres para realizar actividades físicas.
El estudio de la desnutrición crónica en menores de 5 años proporciona evidencia científica y datos concretos sobre el alcance del problema, sus causas y factores de riesgo.(7) Esto es fundamental para la formulación de políticas y acciones efectivas que prevengan y mitiguen la desnutrición crónica, tanto a nivel nacional como local,(8) teniendo en cuenta que la situación económica de la familia es uno de los factores fundamentales que influyen en ella.(9)
El área de enfermería tiene un papel fundamental en el manejo integral de la desnutrición crónica infantil, desde la detección hasta el tratamiento y prevención, mediante servicios integrales que involucran no solo aspectos clínicos sino emocionales, sociales y culturales dentro del contexto familiar y comunitario, donde se desenvuelve cada niño afectado por este problema global, tan complejo e importante.
El objetivo de este estudio fue analizar la contribución del personal de enfermería en la prevención y abordaje de la desnutrición crónica en menores de cinco años.
DESARROLLO
Métodos
Se realizó un estudio de revisión bibliográfica, enfocado en el rol de enfermería en cuidados de niños menores de 5 años con desnutrición crónica a partir de evidencia científica actualizada a nivel mundial. Para este fin se llevó a cabo una búsqueda bibliográfica en diversas bases de datos como Scielo, Dialnet, LILACS y PubMed. Los términos de búsqueda se tomaron de los Descriptores en Ciencias de la Salud (DeSC), los cuales, con apoyo de operadores booleanos (AND y OR) permitieron el planteamiento de la cadena de búsqueda: “Rol de enfermería” OR “Cuidados de enfermería” AND “desnutrición crónica” AND “menores de 5 años”. Los documentos digitales se identificaron y seleccionaron a través de métodos observacionales y análisis siguiendo un proceso riguroso, y según las directrices PRISMA (Preferred Reporting Items for Systematic reviews and Meta-Analyses).(10)
Los criterios de inclusión considerados fueron: artículos originales de revisión bibliográfica, estudios de caso directamente relacionados con el tema, haber sido publicados en los últimos 5 años (2019-2024), en idioma español o inglés y provenientes de revistas indexadas. Los criterios de exclusión considerados fueron: tesis, documentos no oficiales, fuentes pagadas o inaccesibles a texto completo, estudios en embarazadas, mayores de 5 años y adultos. Además de estos criterios, los artículos seleccionados fueron sometidos a un cribado adicional, para excluir documentos duplicados o contentivos de información irrelevante para el presente estudio. (Fig. 1)
Análisis de los resultados
Los artículos seleccionados(11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23) para el desarrollo del estudio fueron tabulados mediante el uso de una hoja de cálculo. Se detalló para cada uno de ellos: base de datos, autor/es, año de publicación, país donde se desarrolló el estudio, características de la población incluida, resultados y cuidados de enfermería aplicados. (Tabla 1)
En el estudio realizado por Paz y colaboradores,(11) la desnutrición crónica en un grupo de niños ecuatorianos menores de 5 años fue de 23 %, en respuesta de lo cual se describieron acciones de enfermería centradas en atención integral, capacitación nutricional y aumento de la motivación de los cuidadores. En un grupo etario similar, Reyes(15) en 2019 llevó a cabo un programa de intervención a nivel comunitario en Perú, cuyos resultados tuvieron un impacto positivo en la reducción de desnutrición infantil, donde las actividades de enfermería fueron de carácter participativo y se enfocaron a mejorar la alimentación, complementación nutricional, saneamiento, educación, salud y promoción de hábitos saludables. De acuerdo con la evidencia analizada, el papel de enfermería en el cuidado de niños menores de 5 años con desnutrición infantil es fundamental e incluye actividades de control de crecimiento y desarrollo, manejo nutricional, suplementación y educación a familias y cuidadores.
Se encontraron también estudios realizados con las madres de niños menores de 5 años.(14, 15, 22) Martínez y colaboradores observaron que menos del 50 % de las madres tiene controles periódicos según la edad de sus hijos y la mayoría ha recibido información acerca del estado nutricional de su niño; en tal sentido, los cuidados de enfermería se centran en la identificación de las causas, educación materna, lactancia materna exclusiva, integrar alimentos variados en la dieta y control antropométrico.(14) Castillo y colaboradores,(16) en Perú, concuerdan con Martínez al describir similares resultados, o sea, las madres también recibieron educación en desnutrición crónica, sobre todo en prevención, alimentación complementaria y parámetros estandarizados de crecimiento y desarrollo, para lo cual se efectuaron visitas domiciliarias. Pincay(22) identificó factores de riesgo maternos como: edad, factor económico y nivel de educación, los cuales influyen en la salud del niño, y repercuten en el crecimiento y desarrollo físico, social y mental. El análisis de estos factores es fundamental debido a que interfieren en el estado nutricional de la familia del menor de 5 años, por tanto, deben ser indagados por parte del profesional de enfermería para poder brindar cuidados contextualizados con vistas a prevenir y sobrellevar condiciones de desnutrición infantil.
Cortez y Pérez(12) afirman que el estado de desnutrición del niño menor de dos años está influenciado por factores inherentes a la madre, niño y entorno sociocultural, para el cual aseveran la importancia de investigar factores de riesgo que pueden desencadenar desnutrición crónica y medir el estado nutricional. Perdomo y colaboradores,(21) en México, implementaron un programa de prevención caracterizado por seguimiento mensual, suplementación nutricional, desparasitación, asesoría a madres y cuidadoras de la sala de espera y visitas domiciliarias planificadas a niños con riesgo social, teniendo como resultados la mejora de los indicadores antropométricos.
El accionar de enfermería es vital, porque con la adecuada valoración se previenen enfermedades y alteraciones del crecimiento. Es por ello, que se debe brindar mayor énfasis a la educación y seguimiento de peso y talla en los menores de 5 años.
La intervención de enfermería para prevenir la desnutrición crónica infantil debe iniciarse desde la gestación, donde la madre recibe toda la educación posible. Nyarko y colaboradores, a través de su estudio en Sudáfrica,(23) afirman que los primeros 1000 días de la vida de un niño, desde el día de la concepción hasta que cumple 2 años, tiene impacto en el crecimiento y desarrollo futuro de ese niño. Para ello, es importante desarrollar talleres, brindar educación escrita en las citas médicas y llevar un mejor control del embarazo.
Para Bravo,(17) la oportuna valoración nutricional de la gestante juega un papel importante para el diagnóstico precoz, prevención y tratamiento oportuno de patologías fetales, por tanto, la educación y asesoramiento nutricional son las principales y más efectivas acciones de enfermería en este campo. Dimo y colaboradores,(19) en un estudio realizado en Sudáfrica, reportaron que la desnutrición infantil contribuye a la morbilidad, mortalidad, desarrollo intelectual deficiente, una capacidad de trabajo adulta subóptima y un mayor riesgo de enfermedades en la edad adulta. Por tales motivos, es necesario que el personal de enfermería realice una adecuada evaluación de medidas antropométricas, emitan diagnósticos y den seguimiento al desarrollo y crecimiento de los menores para mejorar su estado nutricional.
La lactancia materna también se expresó como una herramienta importante para la prevención de desnutrición infantil. Westerbotn y colaboradores,(18) a través de su investigación en Bangladesh, así como Martínez y colaboradores(14) y Álvarez,(20) determinaron que la lactancia materna debe iniciarse en el momento del parto y continuar como forma exclusiva de nutrición del niño hasta los 6 meses. Esta práctica garantiza la prevención de alteraciones nutricionales. De tal modo, el personal de enfermería debe gestionar patrones de lactancia eficaces (postura, agarre, frecuencia, cantidad de leche), técnica de extracción y almacenamiento de leche, además de informar sobre los beneficios psicológicos y físicos de la lactancia para el binomio madre-hijo.
CONCLUSIONES
El rol de enfermería tiene un papel fundamental en el manejo integral de la desnutrición crónica infantil, desde la detección hasta el tratamiento, mediante servicios integrales que involucran aspectos clínicos, psicológicos, sociales y culturales dentro del contexto familiar y comunitario donde se desenvuelve cada niño afectado por este problema global.
La intervención de enfermería incluye actividades de control de crecimiento a través de indicadores antropométricos como peso y talla, así como también una labor educativa a la madre, la cual debe iniciarse desde la propia gestación, mantenerse en el proceso de ablactación, y también en cada etapa de vida del niño. La promoción de la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida es fundamental.
Además del control nutricional en niños menores de 5 años, es necesario que el personal de enfermería controle el cumplimiento de suplementación con micronutrientes, inmunizaciones y desparasitación, con vistas a garantizar un adecuado crecimiento y estado de salud en los niños.
Conflictos de intereses:
Los autores declaran no tener conflictos de intereses.
Contribución de los autores:
Conceptualización: Shirley Katherine Barrera Loayza
Curación de datos: Shirley Katherine Barrera Loayza, Lilia Marisol Guamaní Cangui
Análisis formal: Shirley Katherine Barrera Loayza, Lilia Marisol Guamaní Cangui, José Antonio López Gómez
Investigación: Shirley Katherine Barrera Loayza, Lilia Marisol Guamaní Cangui, José Antonio López Gómez
Metodología: Shirley Katherine Barrera Loayza
Visualización: Shirley Katherine Barrera Loayza
Redacción-borrador original: Shirley Katherine Barrera Loayza
Redacción-revisión y edición: Shirley Katherine Barrera Loayza, Lilia Marisol Guamaní Cangui, José Antonio López Gómez
Financiación:
Autofinanciado.
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