INTRODUCCIÓN
Las lesiones nasales son las fracturas más comunes del complejo maxilofacial llegando a ocupar el tercer lugar de todas las fracturas del cuerpo, justificado por la prominencia de la pirámide nasal (1,2) y en otras series alcanzan el segundo lugar con el 38,5% (3).Las causas más frecuentes de esta fractura son agresiones, accidentes deportivos y de tráfico, así como las caídas casuales (4), Tomando en consideración el agente causal y la dirección del trauma para su diagnóstico (5) clínicamente puede ir desde la epistaxis y crepitación de los fragmentos nasales hasta el edema, que llega a dificultar un correcto diagnóstico inmediato, esta sintomatología no siempre se puede confirmar con las radiografías que se indican de rutina (6,7). Si bien no parece existir acuerdo entre los distintos autores sobre cuanto tiempo puede transcurrir desde el momento de la fractura hasta su reducción, todos coinciden en que cuanto antes se intente su reducción más posibilidades existen de éxito utilizando para ello anestésicos locales y en algunos casos asociándolos con sedación intravenosa o anestesia general teniendo en cuenta la cooperación del paciente. Pasadas unas horas de la fractura el edema puede impedir un correcto diagnóstico y reducción. (8).Considerando el número de pacientes, que son recibidos y atendidos diariamente en la unidad de emergencia médica del hospital por dichas fracturas, nos proponemos dar a conocer la experiencia en el manejo de este tipo de trauma.
MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional descriptivo que incluyó todos los pacientes (114) con 15 años de edad o más y que fueron atendidos con el diagnóstico de fractura nasal en el departamento de urgencias en el Servicio de Cirugía Máxilo Facial del Hospital Universitario Clínico Quirúrgico “Gustavo Aldereguía Lima” en Cienfuegos en el período comprendido entre junio 2006 y abril del 2007. Los datos se obtuvieron de la hoja de registro de casos, en el departamento de urgencias y de la historia clínica ambulatoria que se confeccionó a cada uno de los pacientes con este diagnóstico. La información se recolectó de forma sistemática en una planilla diseñada con este objetivo.
Los pacientes se evaluaron en consulta semanalmente hasta la sexta semana.
Variables estudiadas: edad, sexo, etiología, signos clínicos, clasificación según exposición del foco de fractura y dirección del trauma, tratamiento según Guías de Prácticas Clínicas y evaluación postratamiento.
La fractura se consideró sin tratamiento si no se redujo, con tratamiento inmediato si la reducción se realizó en el departamento de urgencias y mediato si fue diferida para días posteriores con el uso de anestesia local, por
cirugía ambulatoria y a los pacientes que fueron necesarios realizarle técnicas de rinoplastia correctora con anestesia general se consideraron tratamientos tardíos.
El procesamiento estadístico de los datos se realizó utilizando el programa estadístico SPSS para Windows versión 11.0, mediante estadística descriptiva y tablas de contingencias, como medida de resumen se utilizó el porcentaje, y como medida de dispersión el test de proporción. Los resultados se exponen en tablas estadísticas para su análisis.
RESULTADOS
Predominó el sexo masculino (64%) y los grupos de edades de 15 a 44 años con el 77,2% el más significativo el de 15 a 24 años con 35,1%. (Tabla 1)
Las causas de fracturas más frecuentes fueron las riñas 30,7 %, y los accidentes de tránsito con el 28,9 %, su predominio además fue en el sexo masculino y los accidentes del hogar (15,7%) que predominó en el femenino. (Tabla 2)
Los signos clínicos que presentaron con más frecuencia fueron la epistaxis con el 99,1%, laterorrinia y dificultad respiratoria con el 94,7% cada uno y la crepitación de los fragmentos en el 78%. (Tabla 3)
En relación con la clasificación de .las fracturas nasales, según la exposición del foco de fractura, predominaron las cerradas con el 96.5% y según la desviación del dorso las fracturas con desviación lateral en el 94,7%. (Tabla 4)
Según las Guías de Prácticas Clínicas, 102 pacientes recibieron tratamiento quirúrgico inmediato para un 89,4%, 6 fueron sometidos a tratamiento quirúrgico mediato (5,3%), 1,8 necesitó tratamiento tardío y 4 de ellos no necesitaron reducción. (Tabla 5)
En la evaluación postquirúrgica se presentaron tres signos clínicos fundamentales que fueron la congestión nasal con el 15,7% y en menor cuantía la asimetría de la pirámide 5,2% y el edema residual 4,4%.
DISCUSIÓN
El predominio del sexo masculino y los grupos de edades comprendidos entre 15 y 34 años, de ambos sexos, se explican por ser los más expuestos a los factores de riesgo capaces de causar estas fracturas, similar a los
resultados encontrados por varios autores. (3, 9, 10,11)
En el estudio de estas fracturas y su relación con la etiología, vemos que como muestran los resultados predominaron las riñas, sobre todo por el abuso de alcohol, coincidiendo con varias bibliografías revisadas, que la reportan en primer lugar (4,12), los accidentes de tránsito, que en nuestro estudio fue la segunda causa en otras series estudiadas resultó ser la primera (13,14), consideramos que esta diferencia está muy relacionada
con los factores socio culturales del sitio donde se realiza el estudio. Los accidentes del hogar son la causa fundamental en el sexo femenino, lo que se correspondió con explosiones de cafeteras, ollas y caídas de objetos. En ambos sexos las caídas casuales ocuparon el tercer lugar.
En cuanto a los signos clínicos más relevantes en estos pacientes encontramos la epistaxis, laterorrinia, dificultad respiratoria y en menor cuantía la crepitación de los fragmentos, considerados por otros autores como los síntomas que caracterizan este tipo de fractura. (15)
El predominio de las fracturas cerradas con desviación lateral del dorso nasal en nuestro estudio lo relacionamos con los factores etiológicos, porque fueron producidas por golpes laterales y objetos romos, utilizados muy frecuentemente en agresiones interpersonales (riñas) que fue la causa fundamental de las fracturas estudiadas, esta opinión la refieren otros autores consultados. (5,12)
El tratamiento quirúrgico immendiato resultó ser el más frecuentemente utilizado que coincide con las Guías de Prácticas Clínicas (16, 17,18)
Los que fueron sometidos a tratamiento quirúrgico mediato coincidieron con los que no asistieron inmediatamente al servicio de urgencia o estaban muy edematosos durante el examen inicial y se le realizó el tratamiento entre el día 2 y 6 después del trauma por cirugía ambulatoria con anestesia local, esta modalidad de tratamiento nos ha dado buenos resultados en el servicio. Los pacientes que requirieron tratamiento tardío (rinoplastia correctora) se debieron fundamentalmente a los que tenían lesiones asociadas de gravedad y fue necesario esperar su mejoría clínica.
En la evaluación postquirúrgica realizada a este tipo de pacientes constatamos que sólo el 15,7 % de los pacientes presentó congestión nasal, seguida de la asimetría de la pirámide y edema residual, otros autores refieren las sinequias como complicación secundaria pero en nuestra serie no la encontramos (19).