Fundamento: las mediciones cefalométricas son un instrumento útil en la atención ortodóncica, pues junto a otras mediciones cefalométricas completan y guían el plan de tratamiento que el especialista puede trazar en función de la resolución de las anomalías dentomaxilofaciales.
Objetivo: determinar la comorbilidad entre el biotipo facial y la clasificación esquelética maxilomandibular en pacientes angolanos con anomalías dentomaxilofaciales.
Métodos: se realizó un estudio descriptivo transversal, en la Clínica Meditex, en Luanda, Angola, en el período agosto/2021-julio/2023. La población de estudio fue de 123 telerradiografías del perfil de pacientes con anomalías dentomaxilofaciales, ingresados en la consulta de Ortodoncia. Para el análisis de la telerradiografía de perfil se realizaron mediciones del cefalograma de Ricketts y de Steiner, y se utilizó el software Facad versión 3403. Se estudió la clasificación esquelética maxilomandibular (clase I, clase II, clase III) y el biotipo facial (dolicofacial, mesofacial, braquifacial).
Resultados: el 46,34 % de los pacientes presentó una clase II esquelética maxilomandibular. Mediante el índice VERT de Ricketts, el 49,59 % de los casos fue clasificado como dolicofacial, seguido del 42,27 % como braquifacial. El 83,60 % de los pacientes con biotipo dolicofacial se caracterizó por presentar una clase II esquelética maxilomandibular, y el 76,92 % de aquellos con biotipo braquifacial clasificó como clase III. Se encontró una asociación significativa entre el biotipo facial y la clasificación esquelética maxilomandibular (p= 0,000).
Conclusiones: en la mayoría de los pacientes con anomalías dentomaxilofaciales se evidenció una relación entre el biotipo dolicofacial y la clase II esquelética maxilomandibular, por lo que existe una comorbilidad entre ambas características esqueléticofaciales.