INTRODUCCIÓN
El metabolismo y función de la hormona tiroidea se modifica con el envejecimiento. Con estos rangos, la prevalencia de la disfunción tiroidea subclínica es mayor en los ancianos. Cualquier persona, sin importar la edad, puede padecer una disfunción de la glándula tiroidea; aunque, se sabe por diferentes estudios que el riesgo de desarrollarla aumenta con la edad.(1)
Las enfermedades de la glándula tiroidea son comunes en los adultos mayores y cursan, además, muchas veces inadvertidas. Su incidencia aumenta con la edad y comienzan clínicamente como hipotiroidismo, bocio multinodular y nódulos tiroideos solitarios.(2)
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en el 2021 más de 750 millones de personas en el mundo tenían algún tipo de enfermedad tiroidea, y se cree que aproximadamente 60 % lo desconoce. En América Latina, del cuatro al seis por ciento lo tiene; en Cuba de 500 000 a 1 000 000 personas lo presentan. Es más frecuente en mujeres que hombres, con relación aproximada de 6/1. (3) Se ha documentado que la aparición de nódulos tiroideos en el adulto mayor se ha convertido en un padecimiento con prevalencia significativa e incluso se le ha considerado como un problema de salud pública.(2)
Se evidencia que, aunque las enfermedades tiroideas no son infrecuentes en los ancianos, existe una subvaloración del diagnóstico de este trastorno, asumiendo que es un proceso normal del envejecimiento. Sus síntomas pueden ser malinterpretados y atribuidos a problemas mentales o al envejecimiento normal, sobre todo si hay morbilidades y efectos de medicamentos asociados con ello, desconociendo que la disfunción tiroidea está estrechamente relacionada con el bienestar de las personas mayores.(4)
Según evaluaciones ecográficas realizadas por Aniceto Yerovi,(5) los nódulos tiroideos son tumoraciones cuya incidencia se ha incrementado en las últimas décadas, constituyen entre 35 % y el 70 %, con un riesgo de malignidad del 5 % al 10 %.
Alrededor del 6 % de la población adulta tiene nódulos palpables al examen físico, de los cuales cerca del 5 % son cánceres bien diferenciados; esto demanda de un control periódico por el riesgo de crecimiento que puede generar compresión en las estructuras del cuello y malignización de dicho nódulo. Sin embargo, la mortalidad por esta enfermedad continúa siendo invariablemente baja.(6,7)
Estudiosos del tema puntualizan que la enfermedad nodular del tiroides en el anciano es probablemente la principal causa de sufrimiento, además de ser un factor de riesgo importante para enfermedades cardiovasculares, y su posible malignización, por lo que se cataloga en la actualidad como un problema a resolver a nivel internacional.(8)
Las estimaciones realizadas en Cuba por el Sistema de Información Estadística Nacional de Demografía, evaluaron que el 21,6 % de la población cubana se encuentra en el rango de la tercera edad. En la provincia de Camagüey, al cierre del 2021, existían 164,562 adultos mayores de 60 años y más.(9)
Por lo anteriormente expuesto, el objetivo de este trabajo fue caracterizar clínica y ultrasonográficamente a los pacientes portadores de nódulo tiroideo, en el Servicio de Geriatría del Hospital General Docente Martín Chang Puga, de la provincia de Camagüey.
MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional descriptivo de corte transversal, en el Servicio de Geriatría del Hospital General Docente Martín Chang Puga de la provincia de Camagüey durante los años 2019 al 2022, que incluyó a todos los pacientes geriátricos portadores de nódulo tiroideo.
Las variables analizadas fueron: edad (por grupos de edades), sexo, color de la piel, manifestaciones clínicas y diagnóstico ecográfico (según el Thyroid Imaging Reporting and Data System (TIRADS, por sus siglas en inglés)
El comité TIRADS del American College of Radiology (ACR) publicó en 2017 un modelo estandarizado de clasificación de los nódulos, denominado TIRADS. Basándose en las características ecográficas de un nódulo, se le asignan puntos, el número total de puntos determina el nivel TIRADS del nódulo, que va desde TIRADS 1(TR1-benigno) hasta TIRADS 5 (TR5-alta sospecha de malignidad).(10)
Los datos se obtuvieron de la historia clínica individual. Se utilizó la estadística descriptiva e inferencial como método para el análisis de los datos. Los resultados se presentan en tablas mediante números absolutos y porcentaje.
Este estudio se realizó siguiendo los principios éticos para las investigaciones médicas en seres humanos enunciados en la Declaración de Helsinki. Se solicitó el consentimiento informado del paciente para su inclusión en la investigación.
RESULTADOS
El grupo de edad más afectado fue el de entre 60-69 años (64,6 %) y el sexo femenino el de mayor representatividad (81,25 %) en comparación con el masculino. (Tabla 1).
Hubo predominio del color blanco de la piel con 38 pacientes, el cual alcanza un 79,2 % (Tabla 2).
En las manifestaciones clínicas predominó la astenia con un 47,9 %, seguida de la constipación con un 33,3 %. (Tabla 3).
Prevaleció el diagnóstico ecográfico el TIRADS 1 con un 66,7 %. (Tabla 4).
DISCUSIÓN
Los trastornos tiroideos son muy comunes, pero a veces pasan inadvertidos, ya que los síntomas se confunden con otras enfermedades como depresión, trastornos de ansiedad o problemas cardiacos.(2)
Como se puede observar en este estudio, el grupo de edad más afectado fue entre 60-69 años y el sexo femenino el de mayor representatividad, alcanzando un 81,25 %. Prado, et al. (11) señalan un predominio de las edades comprendidas entre los 78 y 83 años de edad y otros estudios entre los 40 a 49 años,(12) datos que no coinciden con los de este trabajo.
Recio, et al.(6) consideran que la prevalencia aumenta con la edad. En los niños es menor del 2 %, los adultos lo presentan en un 30 % y las personas mayores de 80 años en un 70 %. El dato más significativo es la tendencia a la malignidad en función de la edad.
En la investigación realizada por Stable y Sosa(12)se evidenció, en una mayor proporción, que la enfermedad del nódulo de tiroides es la afección quirúrgica más frecuente en el sexo femenino, con un 89,5 % .Existe un mayor número de mujeres que de hombres que padecen dicha afección, en una proporción de 5-1, en coincidencia con los resultados del presente estudio.
Varios autores(13,14) señalan que la aparición de nódulos tiroideos es más frecuente en mujeres, con el aumento de los niveles de TSH; en personas que viven en zonas deficientes de yodo o que han recibido radioterapia de cabeza y cuello. Sin embargo, Bedoya et al.(15) vislumbran que la prevalencia incrementa con la edad y el riesgo de malignidad es mucho mayor en hombres.
En este estudio se observó un claro predominio del color blanco de la piel, lo que coincide con Chávez, et al.(1) En otros estudios no se describe predilección por color de la piel, es de recordar que el color blanco de la piel es el más frecuente estadísticamente en Cuba y muy en específico en la provincia de Camagüey.
Las consecuencias de no tratar los trastornos de la tiroides pueden ser graves, especialmente en los adultos mayores, pero si se detectan y tratan oportunamente, las personas se mantienen asintomáticas, saludables y pueden llevar una vida normal.
Por otro lado, más de la mitad de los pacientes del estudio presentaron alguna manifestación clínica, siendo la más frecuente la astenia, seguida de la constipación, similar a lo reportado en otros estudios que encontraron que las personas mayores con nódulo de tiroides pueden tener síntomas vagos, incluso solo fatiga .(11,14)
Estos pacientes suelen estar asintomáticos, aunque en ellos se han observado una gran variedad de síntomas leves e inespecíficos, algunos presentan aumento de volumen de la glándula, astenia, sequedad de piel, caída del cabello, debilidad y calambres musculares, fatiga, intolerancia al frío, estreñimiento, disfonía.(16)
Es recomendable, en el adulto mayor, explorar estos síntomas, como práctica para el diagnóstico de la disfunción tiroidea. La ecografía es el método más sensible para diagnosticar lesiones tiroideas. Es un estudio seguro, no invasivo, económico y reproducible.(17)
En el diagnóstico ecográfico se apunta que el 66,7 % de los pacientes tenía un TIRADS 1, o sea nódulos en glándula normal; sin embargo, la aparición de síntomas no está acorde a esto, aunque, en su mayoría, síntomas inespecíficos que bien pudieran correlacionarse con hipotiroidismo subclínico o síndrome del eutiroideo enfermo, como ha sido reportado en otras investigaciones.(18)
Se puede concluir que la alta prevalencia de las enfermedades del tiroides, en especial en el adulto mayor, hace necesario la realización de un cribado para el diagnóstico ecográfico, siendo una prueba diagnóstica beneficiosa, fiable y a un bajo costo en Atención Primaria de Salud.
Conflicto de intereses
Los autores declaran que no existen conflictos de intereses.
Contribuciones de los autores
Conceptualización: Jessica González Manreza, Gloría María Monné Rodríguez.
Curación de datos: Jessica González Manreza, Gloría María Monné Rodríguez.
Análisis formal: Carlos Gaspar de Zayas Galván.
Investigación: Ángela Ramírez Torres, Jessica González Manreza, Gloría María Monné Rodríguez.
Metodología: Erifran Hidalgo Garcés.
Supervisión: Jessica González Manreza.
Redacción borrador original: Jessica González Manreza, Gloría María Monné Rodríguez.
Redacción revisión y edición: Ángela Ramírez Torres, Erifran Hidalgo Garcés .
Financiamiento
Hospital General Docente Martín Chang Puga. Nuevitas .Camagüey, Cuba.