INTRODUCCIÓN
La Organización Mundial de la Salud,(1) ha estipulado que la obesidad, desde los años 1975, se ha triplicado en todo el mundo, nada más en 2016 ya existían 1900 millones de adultos mayores a 18 años con índices de sobrepeso, de estos, 650 millones ya eran obesos, así mismo, 41 millones de niños menores a 5 años estaban en sobrepeso, y 340 millones de niños y adolescentes entre los 5 a 19 años padecían de esta condición.
La mayor parte de estos sujetos con obesidad terminan sufriendo de múltiples enfermedades no transmisibles, como la diabetes, hipertensión, enfermedades respiratorias, y cardiovasculares.(1) Por lo tanto, se ha recomendado la realización de ejercicio y actividad física que genere mejora en la condición física y resistencia cardiopulmonar en los pacientes.(2)
No obstante, el ejercicio físico ha surgido desde hace muchos años como la herramienta más eficaz en el control y mantenimiento de la salud en los pacientes que padecen algún tipo de enfermedad no transmisible.(2)
Generalmente, los sujetos actuales buscan tener conocimiento de los medios, métodos, síntomas o estado de salud actual, con el fin de prevenir cualquier agravio de salud o, en el peor de los casos, la muerte súbita por infarto al miocardio. De tal manera, la frecuencia cardiaca se ha convertido en un buen predictor del comportamiento cardiopulmonar,(3) generando interés en su comportamiento por parte de los sujetos tanto activos físicamente como inactivos. Así, se busca, por medio del ejercicio y actividad física, que la población sea más sana y libre de enfermedades no transmisibles.
Las medidas de frecuencia cardiaca durante el ejercicio y finalizado el mismo, pre y post ejercicio han recibido gran atención en el seguimiento de las variables fisiológicas como la respuesta de la fatiga, la condición física y el rendimiento de resistencia, lo cual se relaciona directamente con la prescripción del ejercicio, a través del ajuste de las cargas de entrenamiento; su principal interés se debe a que es un método de medición no invasivo, de bajo costo y eficiente, además de la ventaja de que se puede aplicar de forma rutinaria y simultáneamente a un gran número de deportistas.(4)
La recuperación de la frecuencia cardiaca después del ejercicio es un parámetro comúnmente monitoreado durante el estudio de las respuestas cardiovasculares, esto se debe a que la recuperación de la frecuencia cardiaca refleja los ajustes hemodinámicos simpático y parasimpáticos de un organismo y se asocia con la capacidad del organismo de adaptarse para un mejor desempeño, no solamente a nivel de la condición física sino, también, a los múltiples beneficios que conlleva la misma; ayuda a la prevención de los riesgos de las enfermedades no transmisibles,(5) y al rendimiento de los deportistas.(6)
Diversos estudios adelantados han demostrado que la disminución en la recuperación de la frecuencia cardiaca representa un alto riesgo de mortalidad en pruebas de esfuerzo y durante el mismo desarrollo de la actividad física, por no prescribirse de una forma correcta.(7)
Por otro lado, la recuperación de la frecuencia cardiaca se ha definido como la disminución de la misma, a partir de la frecuencia cardiaca 1 minuto después de la culminación del esfuerzo físico,(8) la recuperación tardía de la frecuencia cardiaca es un predictor de la enfermedad de las arterias coronarias(9) y de la mortalidad general en sujetos con y sin diagnóstico de enfermedad cardiovascular.(10) Así mismo, se ha evidenciado que los deportistas de rendimiento presentan una recuperación acelerada postejercicio(11) y por ello se ha demostrado que la aplicación de un programa de entrenamiento influye positivamente en la mejora de la recuperación de la frecuencia cardiaca postejercicio.(10)
Ahora bien, una forma relativamente nueva de ejercicio conocida como functional-fitness (también conocida como entrenamiento funcional de alta intensidad; programas de acondicionamiento extremo) viene actualmente comercializándose para diferentes poblaciones (atletas, militares, inactivos, entre otros),(12) y se han venido desarrollando estudios para comprender a mayor profundidad este tipo de entrenamiento desde una perspectiva fisiológica,(13) dado a que este tipo de ejercicio está diseñado para producir adaptaciones mecánicas y metabólicas significativas.(14) Entre los principales avances en esta temática se ha evaluado la respuesta autonómica a diferentes entrenamientos funcionales de alta intensidad,(15,16) y este tipo de ejercicio genera una respuesta hipotensiva que puede tener un papel importante en la prevención de enfermedades cardiovasculares.(17) Sin embargo, no existen estudios que asocien el consumo máximo de oxígeno con la recuperación de la frecuencia cardiaca en esta modalidad de ejercicio físico, y algunas investigaciones previas exponen que la recuperación de la frecuencia cardiaca se ha correlacionado previamente con la aptitud aeróbica en poblaciones clínicas(18,19) y atléticas.(20,21)
Comprendiendo los beneficios que trae consigo la aplicación de los entrenamientos de alta intensidad en la recuperación de la frecuencia cardiaca postejercicio(6) y, siendo un predictor en la enfermedad de las arterias coronarias,(9) que surgen en su mayoría debido al aumento de la obesidad y el sobrepeso generado por los malos hábitos alimenticios, este tipo de entrenamiento es un método no invasivo, (4) económico, y de fácil acceso para toda la comunidad, que sirve para ser utilizado en las poblaciones que lo requieran. Por ello, el propósito del presente estudio fue relacionar la recuperación aguda de la frecuencia cardíaca en una sesión submáxima de functional fitness con el consumo máximo de oxígeno en sujetos físicamente activos.
MÉTODOS
Este estudio es un resultado secundario del proyecto “Análisis de la condición física a través de la musculación y el fitness en universitarios físicamente activos”.
Para desarrollar esta investigación se consideró un estudio descriptivo de enfoque cuantitativo con una muestra a conveniencia conformada por 14 hombres (edad 21,32±4,36 años; masa corporal 71,42±14,68 kg; talla 1,75±0,17 m; IMC 23,01±3,61 kg/m2) y 5 mujeres (edad 22,81±3,48 años; masa corporal 65,82±8,45 kg; talla 1,56±0,21 m; IMC 21,54±1,35 kg/m2) de la Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Educación Física, Recreación y Deportes de la Universidad de Pamplona, extensión Villa del Rosario.
Estos participantes fueron seleccionados dada la conveniencia de los investigadores, teniendo en cuenta los siguientes criterios de exclusión: a) presentar algún tipo de enfermedad cardiovascular o metabólica que pudiese afectar el desempeño en las pruebas, b) presentar alguna afección o lesión que pudiera afectar la fuerza muscular o tener sensación de molestia o dolor durante la evaluación, o c) estar capacitado en el entrenamiento funcional de alta intensidad (experiencia mayor a 3 meses).
El procedimiento fue llevado a cabo en dos días con un intervalo de 48 horas, en el Centro de acondicionamiento físico en la ciudad de Cúcuta, Norte de Santander, Colombia (Altitud: 320 metros sobre el nivel del mar; clima cálido: promedio 27º C).
Cada sujeto realizó una prueba de aptitud cardiorrespiratoria en la primera jornada para determinar la frecuencia cardiaca máxima (FCmáx) y consumo máximo de oxígeno (VO2máx), para esto se empleó la prueba de Course-Navette la cual es una prueba incremental, maximal y continua que se realiza en un tramo de 20 metros con una velocidad inicial de 8,5 km e incrementos paulatinos de 0,5 km/h por cada minuto transcurrido.
Para obtener el VO2máx se utilizó la ecuación propuesta por Léger y Lambert(22):
VO2máx = 5,857 (x) – 19,458
Donde x = velocidad (km/h) del último palier completado.
Por otra parte, en la otra jornada se realizó el WOD Pukie el cual consiste en ejecutar 150 repeticiones en el menor tiempo posible de un ejercicio que combina sentadilla, apoyo frontal en suelo y salto vertical (burpee), y después del cese del ejercicio se registró la frecuencia cardiaca final, igualmente se recolectó la frecuencia cardiaca postesfuerzo, al cabo de 1, 2 y 3 minutos después del ejercicio.
Para determinar la frecuencia cardiaca de recuperación se empleó la frecuencia cardiaca final obtenida en la sesión y se restó la frecuencia cardiaca de cada lapso posterior al ejercicio como sugieren Esco y Williford.(23)
Cabe resaltar que la frecuencia cardiaca durante el WOD Pukie se realizó por medio de pulsómetros Polar H7 y fueron recolectados los valores cada 30 repeticiones (30 rep, 60 rep, 90 rep, 120 rep y 150 rep) para promediar la intensidad media relativa del entrenamiento con respecto a la FCmáx obtenida en la prueba de Course-Navette.
La tabulación y análisis estadístico se llevó a cabo en el paquete estadístico PSPP (Licencia libre) con un 95 % de confianza y un p-valor de 0,05. Se aplicó una prueba de normalidad de Shapiro-Wilk y el coeficiente correlacional de Pearson.
Esta investigación se realizó considerando los parámetros establecidos para investigaciones con seres humanos en la Declaración de Helsinki(24) y los estándares éticos para investigaciones en ciencias del deporte y del ejercicio,(25) igualmente este estudio cuenta con el aval del comité de ética e impacto ambiental de la Universidad de Pamplona, por medio del Acta n° 002 del 4 de marzo de 2019.
RESULTADOS
Los hombres presentaron un mayor desempeño en la prueba de aptitud cardiorrespiratoria con relación a las mujeres, no obstante, las mujeres presentaron mayor frecuencia cardiaca final, frecuencia cardiaca media del WOD e intensidad relativa con respecto a los hombres. (Tabla 1).
Los hombres registraron menor tiempo en completar el entrenamiento; no obstante, las mujeres presentaron una mayor frecuencia cardiaca de recuperación en todos los lapsos. (Tabla 2).
El VO2máx no se relacionó significativamente en hombres (p>0,05), en el caso de las mujeres el VO2máx fue positivo con la frecuencia cardiaca de recuperación en todos los lapsos, pero con significación en 1 minuto (r = 0,81; p<0,05) y 3 minutos (r = 0,93; p<0,01). (Tabla 3).
DISCUSIÓN
El propósito del presente estudio fue relacionar la recuperación aguda de la frecuencia cardíaca en una sesión submáxima de functional fitness con el consumo máximo de oxígeno de sujetos físicamente activos y sanos.
Entre los principales hallazgos se evidencia una tendencia positiva de la frecuencia cardiaca de recuperación en 1 minuto, 2 minutos y 3 minutos en ambos grupos con respecto al VO2máx; no obstante, solamente las mujeres obtuvieron una asociación significativa en 1 minuto (r = 0,81; p<0,05) y muy significativa a los 3 minutos (r = 0,93; p<0,01).
Dentro de las principales limitaciones se encontró que las investigaciones previas hasta la fecha no han relacionado el VO2máx con la frecuencia cardiaca de recuperación en sesiones de entrenamiento funcional de alta intensidad; dentro de los escasos estudios similares se concluyó que la frecuencia cardiaca de recuperación se asoció significativamente con el VO2máx,(26) al igual la velocidad de carrera y frecuencia cardíaca a un umbral de lactato especifico en futbolistas,(27) como también la fatiga postesfuerzo y el VO2máx en nadadores;(28) por lo que, algunos de estos cambios pueden ser necesarios para la adaptación a largo plazo al ejercicio, y algunos pueden provocar inestabilidad cardiovascular durante la recuperación.(29)
Sin embargo, desde otra panorámica se sugiere que las medidas de recuperación de la frecuencia cardiaca no son indicadores válidos para el fitness cardiorrespiratorio en adultos jóvenes y sedentarios, (30) así mismo, no es recomendable predecir el rendimiento atlético por medio de la frecuencia cardiaca de recuperación.(31) Cabe resaltar que, en sujetos físicamente activos con bradicardia (FC < 60 ppm) se asocia con una mayor modulación cronotrópica y parasimpática en reposo, así como una mayor reserva cronotrópica, durante la prueba de esfuerzo submáximo y la recuperación de la frecuencia cardiaca con una reactivación parasimpática más rápida después del esfuerzo,(32) por lo que, además de considerar la asociación con el VO2máx es necesario analizar los casos particulares de bradicardia, normocardia y taquicardia en sesiones de entrenamiento funcional de alta intensidad. Y sumado a todo ello, se debe tener en cuenta la alimentación e hidratación, tanto antes de realizar la actividad física, para una mejor liberación de la energía que permita que el músculo trabaje de forma eficiente, y que la recuperación postesfuerzo sea la más apropiada, pese a que no es indicativo de tener una buena o mala condición física.(33)
Es importante aclarar que, en medicina preventiva, la frecuencia cardiaca de recuperación es fundamental para analizar la actividad vagal e inferir tanto en la mortalidad como la morbilidad por lo que debe evaluarse a lo largo del tiempo,(31) debido a que es un factor pronóstico de la muerte cardiovascular y no cardiovascular en prevención primaria, aun clasificando por sexo, edad, obesidad, hipertensión y diabetes, aunque con algunas limitaciones con pacientes que toman betabloqueadores, fumadores actuales y con fitness cardiorrespiratorio normal.(34)
En todos los programas de rehabilitación cardiaca el entrenamiento físico resulta un elemento crucial para la mejora de la calidad de vida y disminuir la morbilidad en pacientes con enfermedades cardiovasculares;(35) en este caso, el entrenamiento funcional de alta intensidad/CrossFit® ocasiona respuestas agudas de estrés oxidativo en la sangre similares a una carrera en cinta rodante de alta intensidad.(36)
En sesiones Round For Time (RFT) como la aplicada en este estudio, se ha notificado previamente que existe una mayor dependencia del metabolismo glucolítico independientemente del género.(37) Por ende, existe un papel importante en el diseño de la sesión de entrenamiento funcional de alta intensidad para la prevención de enfermedades cardiovasculares, dada la hipotensión postejercicio ocasionada.(17)
Sí bien, las sesiones de entrenamiento funcional de alta intensidad ocasionan estrés metabólico y muscular, los niveles se recuperan a las 48 horas y no induce un estado patológico,(38) aunque ciertos parámetros como la frecuencia cardiaca no difieren de acuerdo al diseño de la sesión o el sexo, aunque, la percepción subjetiva del esfuerzo, el lactato y la carga de entrenamiento sí presentan variaciones significativas según el sexo y el tipo de sesión,(39) por lo cual, en caso de aplicar este tipo de sesiones en rehabilitación cardiovascular sería importante considerar otros indicadores de la carga de entrenamiento interna y externa para la cuantificación del esfuerzo físico.
Ahora bien, el entrenamiento funcional es diferente al entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIT) sin embargo ambos se asemejan en que se realizan a una alta intensidad y en sesiones de corta duración, por ejemplo, un estudio bibliométrico identificò que los temas relevantes en rehabilitación cardiaca y HIIT se enfocaron en la enfermedad arterial coronaria, la capacidad de ejercicio, la insuficiencia cardíaca, la aptitud cardiorrespiratoria y la actividad física,(40) por ende, dentro de las futuras líneas de investigación en la temática se podría replicar estas tendencias en estudio de rehabilitación cardiaca por medio del entrenamiento funcional de alta intensidad.
En conclusión, el consumo máximo de oxígeno se relacionó positiva y significativamente con la frecuencia cardiaca de recuperación en una sesión de functional fitness en mujeres físicamente activas, por lo que resultaría interesante aplicar este tipo de formaciones basadas en ejercicios funcionales de alta intensidad en los programas de prevención y tratamiento de enfermedades cardiovasculares, en poblaciones tanto físicamente activas como no activas, desarrollando programas mucho más específicos y acorde a la necesidad de cada sujeto.
Conflicto de intereses
Los autores no declaran conflicto de intereses.
Contribuciones de los autores
Conceptualización: Brian Johan Bustos-Viviescas.
Curación de datos: Amalia Villamizar Navarro, John Alexander García Galviz.
Análisis formal: Brian Johan Bustos-Viviescas, Carlos Enrique García Yerena, Rafael Enrique Lozano Zapata, Rafael Enrique Lozano Zapata, Amalia Villamizar Navarro
Investigación: Brian Johan Bustos-Viviescas.
Metodología: Brian Johan Bustos-Viviescas.
Visualización: Amalia Villamizar Navarro
Redacción del borrador original: Brian Johan Bustos-Viviescas, Carlos Enrique García Yerena, Rafael Enrique Lozano Zapata, Amalia Villamizar Navarro, John Alexander García Galviz.
Redacción, revisión y edición: Brian Johan Bustos-Viviescas, Carlos Enrique García Yerena, Amalia Villamizar Navarro, John Alexander García Galviz.
Financiación
El trabajo forma parte del proyecto “Análisis de la condición física a través de la musculación y el fitness en universitarios físicamente activos”.