INTRODUCCIÓN
Uno de los retos fundamentales de la educación superior en general, y de la educación médica en particular, en el siglo XXI, es asumir la flexibilidad en las estrategias de aprendizaje. Los nuevos tiempos exigen de las instituciones de educación superior, una voluntad hacia la reforma de sus estructuras y métodos de trabajo.(1)
Se han producido cambios en la educación médica. En los últimos años existe la necesidad de transformar el modelo del médico a formar; la tendencia mundial apunta a un diseño curricular de acuerdo con el modelo educativo basado en competencias y centrado en el estudiante.(2)
El estudiante tiene que ir construyendo, desde los primeros años de la carrera, su propio aprendizaje, bajo la orientación del profesor, cuyo rol tradicional cambia para facilitar el progreso del alumno como un todo, desplegar un conjunto de valores éticos a fin de lograr la formación humanista, desarrollar el pensamiento científico a través de la investigación y potenciar el trabajo grupal.(3)
Se acepta que el núcleo del trabajo independiente es la tarea docente y está demostrado que cuando esta actividad de los alumnos se organiza en forma de sistema, se puede lograr la activación del proceso de enseñanza aprendizaje. De esta manera, se garantizan conocimientos sólidos y duraderos.(4)
En todo este proceso tienen un papel fundamental las guías didácticas o de estudio, como también suelen denominarse; estas constituyen una herramienta pedagógica que ha sido utilizada tradicionalmente tanto en la educación médica y ciencias de la salud, como en otras profesiones, fundamentalmente por quienes sustentan su labor docente en el constructivismo.(5)
Las guías didácticas ocupan un lugar significativo en la pedagogía y la didáctica contemporáneas, al actuar como elementos mediadores entre el profesor y el estudiante, de manera que su principal objetivo es lograr concretar el papel orientador del docente, y consolidar la actividad independiente del alumno a través de la tarea docente como célula básica del proceso docente educativo.(5)
En este artículo se reflexiona acerca de la importancia de una adecuada orientación del trabajo independiente por parte del profesor, considerando que este debe proveer al estudiante los recursos para apropiarse de los conocimientos necesarios de la asignatura.
DESARROLLO
La educación superior debe contribuir a conformar y a reafirmar en los estudiantes los hábitos de autopreparación, favorecer su disposición a incrementar constantemente sus conocimientos, y a motivar su actividad creadora con el fin de desarrollar su capacidad para resolver los problemas prácticos que se presenten en el ejercicio de la profesión.(6)
La organización del estudio independiente de los estudiantes de la Educación Superior, constituye una de las principales direcciones de toda la metodología de la enseñanza. Ello está condicionado a la necesidad de elevar la actividad cognoscitiva de los futuros especialistas, y de convertir el propio proceso docente educativo, de un proceso reproductivo a uno que implique el desarrollo del pensamiento.(6)
El trabajo independiente (TI) debe ser concebido como un sistema de tareas didácticas, tendientes a promover el aprendizaje desarrollador, siempre y cuando estas garanticen el desarrollo ascendente e ininterrumpido de la independencia cognoscitiva de los estudiantes, condicionado lo anterior por una adecuada interacción profesor-alumno.(7)
En las actuales condiciones de desarrollo, una de las más urgentes e importantes necesidades pedagógicas resulta la búsqueda de estrategias que contribuyan al incremento de las potencialidades independientes y creadoras de los estudiantes.
Una adecuada orientación del TI por parte del profesor proporciona al estudiante los recursos para apropiarse de los conocimientos necesarios de la asignatura. La correcta organización a nivel de año, departamento, disciplina y asignatura contribuye, sin dudas, a elevar la calidad del proceso docente educativo.
Las guías didácticas surgieron, fundamentalmente, para dar cobertura a la educación a distancia. Desde la primera mitad del pasado siglo algunas universidades y escuelas en el mundo, y sobre todo de Norteamérica, desarrollaron estas técnicas con el propósito de formar profesionales y técnicos de forma no presencial.(8)
Generalmente estas guías se asocian a la educación a distancia o la modalidad semipresencial, lo cual constituye un error, ya que una educación presencial, que abogue por la autonomía del aprendizaje, requiere también necesariamente que los profesores elaboren guías enfocadas no solo a orientar, sino también a contribuir a la organización del trabajo del estudiante y el suyo propio.(5)
Aunque las guías didácticas constituyen un recurso tradicional en el proceso enseñanza aprendizaje, su uso en lo concerniente al TI no siempre es el que realmente debe tener por parte del estudiante para perfeccionar su aprendizaje; al mismo tiempo se considera que una función importante de las guías didácticas está dada por su influencia en la educación de valores, especialmente la responsabilidad, laboriosidad y solidaridad.(5)
Autores cubanos definen como guía didáctica al instrumento digital o impreso que constituye un recurso para el aprendizaje, a través del cual se concreta la acción del profesor y los estudiantes dentro del proceso docente, de forma planificada y organizada, brinda información técnica al estudiante y tiene como premisa la educación como conducción y proceso activo.(4)
Son diferentes las denominaciones que se le asignan a este documento y que varían en dependencia de los diferentes contextos, así se le puede nombrar como guía didáctica, guía de estudio o guía docente, según García Aretio.(7) En la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos se les ha denominado Guías autoformativas, y son utilizadas en las asignaturas correspondientes a las Ciencias Básicas Biomédicas.
Para García Aretio, la guía didáctica es “…orienta el estudio, acercando a los procesos cognitivos del alumno el material didáctico, con el fin de que pueda trabajarlos de manera autónoma”; y le confiere tal importancia, que señala: “…en realidad, una guía didáctica bien elaborada y al servicio del estudiante, debería ser un elemento motivador de primer orden para despertar el interés por la materia o asignatura correspondiente”.(7)
De forma continua se busca el perfeccionamiento en su diseño; en tal sentido, son acertados los criterios de Pino Torrens(8) y González Jaramillo,(5) donde deben ser elaboradas a partir de lo que deben saber y saber hacer los estudiantes, de la síntesis del contenido y la dirección de los objetivos en función de las competencias, estas últimas formuladas de manera que puedan evaluarse, redactadas desde la planificación del trabajo del estudiante para construir su proceso de aprendizaje.
Debe ser instrumento idóneo para guiar y facilitar el aprendizaje; ayuda a comprender, y en su caso, aplicar los diferentes conocimientos, así como para integrar todos los medios y recursos que se presentan al estudiante como apoyo para su aprendizaje. De igual manera, se manifiesta su trascendencia en el proceso de aprendizaje al expresar: “…todo docente debe ser competente para diseñar, elaborar, actualizar una guía didáctica, de estudio o docente, porque es un material altamente recomendable y en muchos casos de obligado uso”.(7)
En los colectivos de asignatura se constata, por parte de algunos profesores, el rechazo a la confección de las guías, pues les resulta engorroso y se evidencia cierta “resistencia al cambio”. Persiste la tendencia al abordaje de determinados contenidos de la forma en que tradicionalmente se ha hecho a lo largo de los años. Las conferencias continúan siendo extensas y no resultan ser tan “orientadoras”, por lo que los estudiantes no valoran la necesidad de acudir a las guías para realizar el trabajo independiente.
CONCLUSIONES
Si bien es cierto que se han logrado avances en la confección de las guías en cada tema impartido, todavía persisten insuficiencias en la planificación, desarrollo y control del trabajo independiente, a partir de los documentos elaborados.
Conflicto de intereses:
Los autores declaran que no existe conflicto de intereses.
Contribución de los autores:
Conceptualización: Zulema Tamara Mesa Montero
Visualización: Zulema Tamara Mesa Montero
Redacción-borrador original: Zulema Tamara Mesa Montero, Marlen Llanes Torres, Daimy Nualla Bolufé
Redacción-revisión y edición: Zulema Tamara Mesa Montero
Financiación:
Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos. Cienfuegos, Cuba