INTRODUCCIÓN
En diciembre del 2019 ocurrió un hecho que cambió al mundo; desde Wuhan-China se desencadenó un problema importante de salud pública, el virus denominado Sars-Cov2, causante de la enfermedad COVID-19, que produce principalmente infecciones respiratorias.(1)
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en datos del 2020, existían cerca de 197 países afectados, haciendo que se definiera como una pandemia.(2) A nivel de América Latina y el Caribe, el número de contagios superó los ocho millones y en cuanto a mortalidad 304 000 casos. En América Latina, el país más afectado fue Brasil con 4,2 millones de contagios y alrededor de 130.000 muertos, cifras que han sido solo superadas en el mundo por Estados Unidos. Perú no es ajeno a estas estadísticas, ya que presenta más de 702.000 casos y 30.000 muertos, según el Ministerio de Salud (MINSA), para enero del 2021, llegando a ser considerado el país más enlutado del mundo, ya que registra 92 decesos por cada 100.000 habitantes.(2)
Si bien es cierto que esta enfermedad cursa con problemas respiratorios como disnea, en un 55 % de los casos, fiebre (98 %), tos seca (76 %) y fatiga (44 %), algunos síntomas asociados pueden ser también, diarrea y mialgias (15 %),(3,4) haciendo que esta enfermedad pueda volverse de leve a grave según las características de la persona;(5) así más de 15 % de pacientes requerirán de hospitalización y 5 % de cuidados intensivos.(6)
Sin embargo, existe un grupo de pacientes que han superado la etapa aguda de la enfermedad, quienes presentan secuelas respiratorias, como disnea al esfuerzo, tos persistente, intolerancia al ejercicio, dolor de espalda y torácico, mialgias, alteraciones cardiacas e incluso artralgias, lo cual limita sus actividades de la vida diaria; lo que hace indispensable evaluar para conocer los efectos de la enfermedad y sus limitaciones en el proceso de recuperación. (7)
En los pacientes, debido a las secuelas, la valoración de la capacidad funcional es imprescindible, para evaluar la funcionalidad y respuesta al ejercicio. La prueba de caminata de 6 minutos (PC6M) es una alternativa de fácil aplicación y bajo costo,(8) factible de ser utilizada. Nishiyama y colaboradores encontraron, en una distancia recorrida media de 394 m, que la prueba final media de la SaO2 fue del 85,4 %, mostrando una desaturación leve en los pacientes con enfermedades intersticiales;(9) así también, debido a largos periodos de reposo, debilidad y fatiga muscular en miembros superiores.
Por otra parte, el dinamómetro portátil permite conocer la fuerza de agarre,(10) teniendo en cuenta que está asociada inversamente con el riesgo de mortalidad, debido a probable inflamación sistémica asociada a diferentes enfermedades no trasmisibles.(11,12)
Prueba de caminata de 6 minutos (C6M)
Es una de las pruebas de campo que, en los últimos tiempos, ha permitido tener luces de conocimiento sobre el comportamiento funcional relacionado con las actividades de la vida diaria(13) y como predictor de mortalidad en diferentes enfermedades: EPOC, hipertensión pulmonar, cirugía de reducción de volumen,(14) etc. Además, presenta una correlación indirecta con el consumo máximo de oxígeno. Estandarizada en 2002, por la Sociedad Americana de Tórax,(15) requiere equipo básico de evaluación, demostrados sus efectos de valoración, principalmente, como medición de la tolerancia al ejercicio, uso de oxigenoterapia suplementaria durante la actividad, respuesta a un tratamiento médico, quirúrgico, respiratorio, rehabilitación y de trasplante pulmonar.(13) La validación de la prueba de caminata ha sido demostrada con una alta correlación significativa con el consumo máximo de oxígeno.(16)
Fuerza de agarre: dinamometría
La medición de la fuerza muscular periférica, a través de la fuerza de agarre, medido por la dinamometría manual, es un medio de valoración de importancia clínica en la evaluación del miembro superior, permite conocer la integridad funcional,(17) que guarda relación con la capacidad para el desarrollo de las actividades de la vida diaria,(18) siendo un indicador de salud que predice el presente y futuro de diferentes patologías, dentro de ello como indicador precoz de la morbimortalidad de las enfermedades cardiometabólicas y del estado nutricional.(19)
La dinamometría manual se define como la capacidad de fuerza de presión de la mano y dedos, medida en valores absolutos de kilos o libra;(20) es una medición práctica, rápida, fácil de realizar, utilizada como un medio de valoración físico funcional que identifica estado de salud. Es aplicable en sujetos sanos y en condiciones de evaluación clínica en personas que hayan estado en periodos de reposo prolongados por la pérdida de la funcionabilidad de la mano que influye en las alteraciones del miembro superior.(21)
El objetivo principal del presente estudio fue investigar las características de pacientes que padecieron COVID-19 y la relación entre la distancia recorrida y fuerza de agarre para estimar las consecuencias funcionales y el grado de discapacidad debido a las secuelas producidas.
MÉTODOS
Estudio descriptivo, correlacional, que incluyó 88 pacientes mayores de 20 años, (36,4 % mujeres), con secuelas de la primera ola de COVID-19 que asistieron al Centro Privado de Rehabilitación Respiratoria, RESPIRANDO2, en Lima, Perú, durante los meses de enero a marzo del 2021.
Todos los pacientes estaban hemodinámicamente estables, con 30 días de evolución luego del alta. Se les informó el objetivo del trabajo de investigación y se obtuvo la participación voluntaria a través del consentimiento informado, con la explicación correspondiente sobre la medición de fuerza de agarre y caminata de 6 minutos.
Los datos presentados para los análisis estadísticos del estudio cuantitativo fueron mediante la media y desviación estándar, correlación de Pearson entre ambas variables para la confiabilidad y coeficiente alfa de Cronbach entre caminata de 6 minutos y fuerza de agarre, medida a través del dinamómetro Camry. Se utilizó el programa SPSS V.23.
RESULTADOS
Predominó el sexo masculino, las edades entre 51 y 60 años. La fuerza de agarre fue de 27,21±5,50. (Tabla 1).
La correlación de Pearson entre caminata de seis minutos y la fuerza de agarre mediante dinamometría fue de 0,236 siendo mayor a p<0,05, por lo que no existe relación entre ambas variables, el coeficiente de correlación resultante fue de 0,128. Sin embargo entre la distancia recorrida y la fuerza de agarre baja se presentó un coeficiente de correlación resultante de 0,218 y correlación de p<0,017; mientras con la fuerza de agarre normal el coeficiente de correlación resultante fue de 0,477 y correlación de p<0,032; en tanto con fuerza de agarre fuerte el coeficiente de correlación resultante fue de -0,609 , lo que significa que existe correlación inversamente proporcional, con nivel de significancia 0,391 mayor a p>0,05. (Tabla 2).
DISCUSIÓN
La presente investigación tuvo como objetivo determinar la caracterización y correlación entre la distancia recorrida evaluada con la prueba de caminata de 6 minutos y la fuerza de agarre medida con la dinamometría en kilogramos, de los pacientes después de padecer COVID-19. Los resultados obtenidos muestran que no existe relación entre ambas mediciones de las variables de estudio, por lo que son variables independientes, siendo la distancia recorrida media de 504,44 ± 56,30; mientras Huang et al.(22) encontraron una media de 561,97±45,29; en pacientes graves: 517±44,55 y en los no graves 573,52±38,38; valores cercanos a los encontrados en la presente investigación.
Mientras, Cursi et al.,(23) en un estudio sobre 32 pacientes que estuvieron grave durante la COVID, con edad media: 72,6 ± 10,9 observaron un cambio de distancia de 45,0 ± 100,6; Nishiyama et al.(9) en 46 pacientes, reportan una distancia de 394 ±17.3 con enfermedad pulmonar intersticial difusa, enfermedad que se considera semenjante a la COVID-19; así también, Betancourt J,(24) en 18 pacientes con EPID, edad media: 60,6±13,9, encontró al final del ejercicio la media de 615±68,6; de lo cual se infiere que las distancias son diferentes en dependencia de la severidad y las afecciones, por lo que se esperan nuevos estudios para corroborar los valores encontrados respecto a la caminata recorrida.
Con respecto a la fuerza de agarre medida a través del dinamómetro, en 88 pacientes que padecieron COVID-19, edad media de 61,7±14,5 tuvo una media de 27,21±5,50, siendo los varones quienes presentaron valores más altos: 28,3±4,2 versus 20,2±6,7. Mitzi R, Guerrero M, Henríquez A, encontraron, en 42 adultos mayores de 60 a 75 años, la media: 25,38±9,5, siendo cercanos al presente estudio; los varones presentaron una fuerza de 36,07±7,9 y mujeres 20,58±5,3; Araya S,(25) en mujeres sanas mayores de 60 años encontró en la mano dominante 24,24±11,18. Bustos et al.,(26) observó, en varones 36,71±9,61 y en mujeres 22,20±8,65 en sujetos aparentemente sanos de 60 a 69 años, población cercana al presente trabajo, sin embargo en otra investigación se encontró una fuerza de prensión media de la mano dominante de 38,4 ± 9,7 kg y 22,5 ± 6,6 kg (varones y mujeres),(27) siendo mayores a los encontrados en la investigación realizada.
Según los diferentes trabajos referenciados, la fuerza de agarre es predominante en los varones, influenciado por el trabajo que siempre realizan y en los que biológicamente se evidencia mayor masa muscular. Pareciera que la edad es un factor a considerar producto de la disminución de la masa y la fuerza, de la que se sabe que conforme avanzan los años neuronalmente también disminuye la capacidad de respuesta; y en los pacientes que han sufrido la COVID-19 se suman los efectos del reposo prolongado, inflamación sistémica, edad y miopatía. Razón para entender la significancia que tiene la relación entre la distancia recorrida y la fuerza de agarre baja, con una significancia de 0,017 (p<0.05), coeficiente de correlación de 0.218.
Se puede concluir que el sexo masculino, el tiempo de internamiento en UCI e IMC son factores influyentes en los pacientes que han padecido de COVID-19. En esta investigación el grupo principalmente afectado fue el de mayores de 50 años en ambos sexos, así como quienes estuvieron en cuidados intensivos; existiendo relación entre la fuerza de agarre baja y normal con la distancia recorrida; por tanto, con instrumentos accesibles y de bajos costos es posible definir el estado de funcionabilidad y fuerza de agarre luego del alta por COVID-19.
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de interés potencial con respecto a la investigación, autoría y/o publicación de este artículo.
Contribuciones de los autores
Conceptualización de ideas: Santos Lucio Chero Pisfil.
Metodología: Santos Lucio Chero Pisfil, Aimeé Yajaira Díaz Mau.
Investigación: Santos Lucio Chero Pisfil, José Darío Gutiérrez Vicuña.
Curación de datos: Aimeé Yajaira Díaz Mau.
Análisis formal: Aimeé Yajaira Díaz Mau.
Adquisición de fondos: José Darío Gutiérrez Vicuña
Administración del proyecto: Aimeé Yajaira Díaz Mau, Santos Lucio Chero Pisfil.
Supervisión: Santos Lucio Chero Pisfil
Validación y Verificación: José Darío Gutiérrez Vicuña.
Visualización: Santos Lucio Chero Pisfil.
Redacción del borrador original: Santos Lucio Chero Pisfil.
Redacción, revisión y edición: Aimeé Yajaira Díaz Mau.
Financiamiento
Los autores no recibieron ningún apoyo financiero para la investigación, autoría y/o publicación de este artículo.