Sr director:
A partir del mes de diciembre del año 2019 comienzan a documentarse los primeros enfermos con un síndrome respiratorio agudo de etiología desconocida. Apenas una semana después se informó que un nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2, era responsable de la afección denominada COVID-19, la cual comenzó a extenderse de forma rápida por todo el mundo y se decreta como pandemia por la OMS.(1)
Ante la situación epidemiológica existente en el mundo y en el país, por indicación del Ministerio de Salud Pública, se comenzó en Cuba la pesquisa activa desde el mes de marzo de 2020, en busca de síntomas respiratorios que se correspondieran con los causados por la COVID-19. El contexto cubano, en función de su perfeccionamiento continuo, incorpora la aplicación del método de pesquisa activa de forma permanente y sistemática para la identificación y respuesta a los problemas de salud. Este proceder representa un cambio en la atención tradicional de la salud, pues se buscan de forma activa los riesgos y afectaciones, incluso en estadios pre sintomáticos de la enfermedad; se llega a la totalidad de la población, en el contexto social de la familia y la comunidad, por lo que se organiza en tal sentido el sistema de Salud y se incorpora a otros sectores para la intervención y solución oportunas de todos los casos identificados por esta vía.(2)
La pesquisa masiva permite identificar de modo diferenciado a los grupos vulnerables, así como la detección de personas con sintomatología respiratoria, posibles contactos de casos confirmados o sospechosos, lo cual garantiza un seguimiento y atención continuados e implica la existencia de un sistema de atención de Salud asequible y sostenible, además de la necesidad de procesos continuos de investigación clínico-epidemiológica a cargo de personal profesional,(2) en el caso de Cuba, el Equipo Básico de Salud (EBS) apoyado por estudiantes y profesores de las Ciencias Médicas, conjuntamente con otros profesionales del ramo.
La pesquisa activa descansa fundamentalmente en la exploración clínica sistemática y periódica de la población objeto de atención de salud.(3) Precisamente por la transmisibilidad de esta enfermedad, no se recomienda que el personal de la pesquisa realice la exploración física, paso ineludible al aplicar el método clínico en la construcción del conocimiento médico, al ser vital la sinceridad de la población para identificar a todas las personas que pudieran estar contagiadas o en riesgo.
En contextos de crisis e incertidumbre tiende a emerger entre la población una percepción de riesgo, es decir, juicios subjetivos realizados a nivel individual sobre las posibles consecuencias de una enfermedad.(4)
Las estadísticas provinciales demuestran un incremento del número de casos positivos en el primer trimestre de 2021, motivado entre otras causas, por la indisciplina social. Ello evidencia que, en nuestra población, dicha percepción del riesgo es aún insuficiente.
Los factores sociales e individuales de los investigadores e investigados son trascendentales para un trabajo científico. Así, la toma de decisiones se vuelve un continuo enfrentamiento entre la subjetividad y la objetividad.(5)
La omisión de síntomas o de posibles contactos, generados por el temor al aislamiento institucional, interfieren negativamente en la obtención de los datos de la pesquisa,y por ende, en el proceso de prevención, diagnóstico y tratamiento de los enfermos.
Considerando resueltas las deficiencias objetivas identificadas en el pesquisaje, que incluyen el diseño y la aplicación de una guía estructurada para la obtención de la información, aún queda el sesgo de la subjetividad, sustentada principalmente en la información que aporta la población, teniendo en cuenta que la pesquisarealizada excluye la exploración clínica del individuo, debido a la elevada transmisibilidad del virus.
Sin embargo, la subjetividad no tiene por qué ser un impedimento para alcanzar un conocimiento sobre un fenómeno; incluso, puede convertirse en un elemento favorecedor del análisis y la interpretación de los datos, de manera más apegada a la realidad de los sujetos de investigación. La subjetividad no debe ser vista tampoco como la negación de un estudio sostenido en la razón y los hechos: los datos científicos deben ser recogidos y analizados con teorías que no tengan como única base el juicio y la percepción humana.(5)