Sr. director:
Varios estudios han demostrado que la amelogénesis imperfecta encierra un grupo heterogéneo de trastornos hereditarios, los cuales afectan la formación del esmalte tanto en cantidad como en calidad, en la dentición primaria y permanente. Puede decirse que es una enfermedad rara y compromete a ambos sexos. Los informes varían mucho, en dependencia de la reserva genética.(1,2)
Existen numerosas clasificaciones de amelogénesis imperfecta, dígase según fenotipo, herencia, defectos moleculares y bioquímicos. Las diversas publicaciones de casos clínicos utilizan la clasificación según el fenotipo, la cual se basa en criterios clínicos y radiográficos. Han surgido nuevas clasificaciones, cada vez más complejas, fundadas en una combinación del fenotipo, la forma de herencia y los defectos moleculares y bioquímicos, con la limitación de que estos no siempre se conocen. A pesar de todos esos intentos nosológicos que tratan de ser cada vez más precisos, en la actualidad la clasificación más utilizada a nivel general sigue siendo la de Witkop CJ Jr, revisada en 1988. Esta divide la amelogénesis imperfecta en cuatro tipos, atendiendo principalmente al fenotipo (hipoplásica, hipomadurativa, con hipocalcificación e hipoplásica-hipomadurativa asociada con taurodontismo).(1,2,3)
La amelogénesis imperfecta afecta de forma más o menos homogénea a todos, o casi todos los dientes temporales y permanentes, y ocasionalmente, a otros tejidos orales y extraorales. Cada una de las variantes presenta características clínicas peculiares, las cuales dependen, a su vez, del estadio de formación del esmalte que se ve afectado en cada paciente. Desde el punto de vista clínico, el defecto del esmalte puede caracterizarse fundamentalmente por hipoplasia, hipomineralización o hipomaduración, aunque con frecuencia esas características no coexisten en el mismo paciente.(4,5)
Los pacientes con amelogénesis imperfecta se asocian a niveles significativamente más altos de evitación social y angustia, que los sujetos sin esta condición; en los adultos, se ha evidenciado un impacto social en la educación, satisfacción laboral y construcción de la familia. En niños y adolescentes, la preocupación radica en las implicaciones en el plano de las relaciones sociales con los de su edad, contexto en que las burlas y la no aceptación por determinada característica pueden hacer mucho daño.
Para ellos, el objetivo más importante es la mejora del color de sus dientes. Y el tratamiento debe orientarse a ese fin, a devolverles la estética y la funcionalidad, con vistas a evitar consecuencias a largo plazo. Existen diversas técnicas y materiales para restaurar los dientes afectados por la amelogénesis imperfecta, como coronas totalmente cerámicas, coronas de metal y cerámica, carillas de porcelana y restauraciones directas e indirectas de resina compuesta; estas últimas con buenos resultados estéticos.(4,5,6)