INTRODUCCIÓN
Durante mucho tiempo las personas consideraron que la pérdida de sus dientes era algo natural y una característica del avance de la edad. Con el incremento del nivel educacional, las poblaciones se fueron sensibilizando con la necesidad de mantener sus dientes sanos, pero esta filosofía no ha llegado a todos por igual y se ha convertido en un reto de la Estomatología , en especial en la Estomatología General Integral(EGI), que da especial importancia a la confección de programas dirigidos a poblaciones más susceptibles, como es el plan de atención al menor de 19 años , comprometido en conducir al niño hasta la edad adulta desprovisto de todo tipo de enfermedad buco-dental mediante técnicas de cepillado , higiene , educación nutricional y corrección de hábitos. (1,2)
El sistema estomatognático está constantemente sometido y generalmente adaptado a fuerzas de diversa magnitud, dirección y frecuencia .Éstas son controladas, transmitidas y disipadas por diversos mecanismos protectores. Cuando adquieren el carácter de no funcionales, mientras más intensas, frecuentes y prolongadas sean, más daño pueden causar en los tejidos, como en el caso del bruxismo. (3)
Este hábito se define como un hábito parafuncional que consiste en apretar o rechinar los dientes de forma involuntaria, fundamentalmente durante el sueño nocturno, especialmente los dientes posteriores. Las fuerzas tensionales que se producen al apretar ocasionan presión de los músculos, los tejidos y otras estructuras que rodean la mandíbula, lo cual produce trastornos en la articulación temporomandibular (ATM), dolores de cabeza , de oído , lesiones en los dientes y parodonto (4). En 1996 Sherman lo definió como apretamiento dentario cuando el individuo no mastica o deglute.(5)
El bruxismo puede ser reconocido por el EGI, observando diferentes signos y síntomas presentes. Sus características clínicas son muy distintas en las fases incipientes y en sus estadios más avanzados. De ahí la importancia de un diagnóstico precoz y el reconocimiento de las distintas etapas de la enfermedad.(6)
La etiología del bruxismo ha sido muy discutida, se plantea que la tensión emocional y desarmonías oclusales pueden producirlo y en la actualidad la teoría psicológica va en ascenso; diversos autores reportan mayor incidencia de síntomas depresivos, de ansiedad y de tensión muscular; se considera que no es probable que las interferencias oclusales, o inadecuada alineación de los dientes, contribuyan a ocasionar bruxismo por sí solas sino cuando se combinan con tensión psíquica y siempre que exista un factor predisponente, la tensión emocional puede desencadenar el hábito.(7)
Para el Estomatólogo General Integral resulta indispensable conocer el estado de salud de su población, la atención sale de los límites de la institución de salud, visita a la familia en su propio medio, dirigido hacia dos dimensiones importantes, una a controlar factores determinantes y la otra a identificar los individuos susceptibles de riesgo para ofrecerles protección individual de enfermedades.
Esta investigación tiene por objetivo caracterizar el funcionamiento de familias con niños de 5 a 11 años que son portadores de bruxismo.
MÉTODOS
Estudio con diseño analítico de caso y control, desarrollado de marzo a junio del 2007, que incluyó niños de 5 a 11 años de 3 escuelas primarias urbanas del Área II del municipio de Cienfuegos. Se seleccionó la totalidad de niños con bruxismo como casos y los controles por pareamiento de 2 a 1.
Fueron seleccionadas las siguientes escuelas primarias: Guerrillero Heroico, Juan Suárez del Villar y Eduardo García.
Para el grupo de casos fueron escogidos todos los niños con diagnóstico de bruxismo según signos y síntomas presentes, se agruparon según sexo y a sus familias se les aplicó la prueba FF-SIL con la finalidad de evaluar el funcionamiento familiar.
Para el grupo control fue determinada de forma aleatoria una muestra de niños que no presentaban bruxismo con el doble de la cantidad del grupo de casos (pareamiento de 2 a 1)
En el criterio de inclusión se consideraron todos los niños de 5 a 11 años con diagnóstico de bruxismo, con voluntad de ellos y sus padres para participar en la investigación.
Se excluyeron los niños no comprendidos en esas edades, los que presentaran limitaciones motoras o psíquicas y niños con enfermedades sistémicas crónicas, así como los niños o los padres que no estuvieron de acuerdo con participar en la investigación.
Se realizó examen de los músculos masticatorios para definir el dolor a la palpación. Para diagnosticar las interferencias oclusales se realizó un estudio funcional, en posición céntrica, protusiva, protusiva y lateralidad derecha o izquierda
Para medir la percepción del funcionamiento familiar se aplicó la prueba denominada FF–SIL.
La mencionada prueba indica el funcionamiento familiar mediante la evaluación de los componentes siguientes: cohesión, armonía, comunicación, adaptabilidad, afectividad, rol y permeabilidad. Se calificó otorgando valores a la frecuencia con que se presentó la situación, que va desde 1 punto, en casi nunca, hasta 5 en casi siempre.
La puntuación final de esta prueba se obtiene de la suma de los puntos por ítems y permite clasificar a las familias en cuatro tipos:
Los datos recogidos en el formulario se introdujeron en una base de datos con el paquete estadístico SPSS, versión 15.0 en Español.
Se aplicó la prueba no paramétrica Chi cuadrado para el análisis de asociación entre dos variables cualitativas que permite comparar frecuencias y verificar si los datos están relacionados en dependencia, con una exigencia de precisión del 95 %.
Los resultados se presentan en tablas con números absolutos y porcentajes.
RESULTADOS
Fueron diagnosticados con bruxismo 36 niños (20 %)
La muestra por grupos refleja que 33,3 % de los niños constituyeron el grupo de casos, con un pareamiento de 2 a 1 para el grupo de control.
Predominó el sexo masculino (53 %) entre los niños con bruxismo, sobre un 47 % del sexo femenino, sin que la diferencia resultara significativa desde el punto de vista estadístico.
Las interferencias oclusales se reflejaron en 54 % de los niños, seguidas en frecuencia por el rechinamiento dentario presentado en 41,6 % de la muestra
La estructura de la familia se caracterizó por una mayoría de las familias extensas (40,7 %) y nucleares biparentales; las de menor representatividad fueron las reensambladas (6,4 %). Sin embargo en el grupo control fueron en orden decreciente la monoparental, seguida de la reensamblada y por último la ampliada.
En relación con la puntuación obtenida del FF-SIL en la totalidad de las familias estudiadas hay 52 familias funcionales para un 48,3 % y 45 moderadamente funcionales que representan un 41,6 %.Esos dos grupos de familias acumulan el 85, 4 % del total, lo cual significó que la disfuncionalidad en sus dos acepciones (disfuncional y severamente disfuncional) manifiesta un porcentaje muy bajo (8,3 % y 1,8 % respectivamente).
Los elementos de la psicodinámica familiar más afectados fueron la permeabilidad con un 79, 5 % de familias no permeables y la adaptabilidad con un 67, 1 % de las familias poco hábiles para cambiar de estructura de poder y relación de roles y reglas ante una situación que lo requiera, seguido de un 41, 8 % de las familias con problemas en la comunicación, atribuidos a la postmodernidad, idiosincrasia, género, costumbres, tradiciones enraizadas y estructura rígida de autoridad.
A partir de la aplicación de la prueba FF-SIL se comprobó que el número de familias funcionales del grupo de casos es significativamente menor para un 19,3 %, superior en el grupo control en el que se observó un 80,7 % de familias funcionales. Se evidenció un predominio de la disfuncionalidad familiar en el grupo de estudio.
DISCUSIÓN
En la muestra estudiada fue diagnosticado con bruxismo el 20 % de los niños, lo que coincide con estudios realizados por Luzardo García quien encontró una frecuencia de 22 % en niños (8). Algunos autores como Aragón Díaz (9) plantean por cientos diferentes. Esto puede variar según la edad estudiada, el diseño de estudio, la definición utilizada y los criterios de diagnóstico. Pero lo cierto es que en la bibliografía consultada se señala que la frecuencia de bruxismo es elevada hasta rangos del 25 al 50 %, que existe una frecuencia alta en niños de 5 a11 años y además se observa en la edad de 4 años.(10)
En cuanto a sexo no se encontró diferencia significativa en ellos, femenino 47 % y masculino 53 %, similar a lo observado por Ribeiro (11) que reportó 53,1 % en niños y 46,9 % en las féminas. En otros estudios (12) realizados algunos autores refieren preponderancia femenina como Repolles.
En relación con el bruxismo y el sexo no se encontró bibliografía concluyente, pues los resultados son muy fluctuantes y dependen más, según nuestro parecer, de las características de la población estudiada. En un estudio en adultos realizado por Trejo García se señala que las mujeres tienen una frecuencia de bruxismo más elevada que los hombres y refiere que esto se debe a su mayor responsabilidad y trabajo. (13)
El rechinamiento dentario que se encontró en la muestra fue mayor (41,6 %) en comparación con el apretamiento (13,8 %) , esto coincide con los resultados reportados por Luzardo García (8) que encontró 63,8 % de rechinamiento y 36,2 % de apretamiento dentario y refiere que en niños es más reportado el rechinamiento por el sonido característico que produce , no así el apretamiento.
En esta investigación se reflejó que el dolor a la palpación afectó al 13,8 % de los niños que presentaban bruxismo, siendo similar al encontrado por Kieser en su investigación con un 15,4 % (14). En otros trabajos de investigación sobre bruxismo en niños se plantea que estos presentan dolor en la zona de la mejilla alrededor de la boca, producido por una gran actividad de los músculos de la mandíbula. (15)
El dolor en la ATM y los ruidos y chasquidos fueron reportados con un 25 % y un 5,8 % respectivamente. Similar cifra mostró Cavero con un 28 % y un 4,7 %, por lo que coincidimos con este autor que plantea que los niños logran en mayor medida una mejor adaptación de los tejidos frente a mayores fuerzas ejercidas, y también no presentan una prolongada exposición a los factores de riesgo del bruxismo como en el caso de los adultos (16).Las interferencias oclusales se reflejan en un 54 % de los niños examinados , similar cifra encontró Atmetlag (17), quien refiere que el 58 % de los casos evaluados presentaban dichas interferencias y señala que están relacionadas con la presencia de una dentición mixta en estas edades, cuando el brote de dientes permanentes más grandes que los temporales se hace evidente ,pero que solas no desencadenan el bruxismo. No se contemplan las facetas de desgaste por ser una condición que siempre está presente en el diagnóstico.
Es importante que el EGI en la primera visita del niño a consulta realice un examen bucal minucioso, buscando cualquiera de estos signos o síntomas para tempranamente realizar un diagnóstico y un tratamiento adecuado.
La estructura de la familia se caracterizó en este estudio por la mayoría de las familias extensas (40,7 %) y nucleares biparentales, las de menor representatividad son las reensambladas (6,4 %). Respecto a la relación entre la estructura de la familia y la presencia de bruxismo se pudo apreciar que la mayor prevalencia se encontró en las familias nuclear monoparental (46 %) en la que están presentes sólo uno de los cónyuges con la responsabilidad que esto conlleva, seguida por la nuclear reensamblada (43 %) dónde conviven parejas con hijos de matrimonios anteriores y en tercer lugar la familia ampliada (40 %)donde viven otras personas como parientes y amigos , esta situación puede influir sobre el desarrollo de la vida en común y crear situaciones de conflicto.
En relación con estos resultados podemos decir que en otros trabajos realizados sobre la aparición de hábitos parafuncionales en niños (18), se encontró que solo porque una familia tenga determinada estructura no quiere decir que sea disfuncional o no, ya que en esto intervienen otros componentes. Pueden existir familias nucleares biparentales donde están presentes los dos cónyuges y ser a la vez disfuncional por otras causas. Pero pensamos que existe un mayor riesgo de conflictos cuando en la familia conviven diferentes generaciones y personas con otro parentesco o amigos.
En relación con la puntuación obtenida del FF-SIL en la totalidad de las familias estudiadas hay 52 familias funcionales para un 48,3 % y 45 moderadamente funcionales que representan un 41,6 %.Esos dos grupos de familias acumulan el 85 ,4 % del total lo cual significa que la disfuncionalidad en sus dos acepciones (disfuncional y severamente disfuncional) manifiesta un porcentaje muy bajo (8,3 % y 1,8 % respectivamente).
El resultado anterior refleja que, a pesar de todas las implicaciones que tiene la convivencia en familia y las relaciones en el hogar, las familias tienen una tendencia a lograr un desarrollo más o menos armónico y de bienestar.
Para analizar la influencia que pudieran tener los componentes en el funcionamiento familiar se ha recurrido a los estadísticos que definen su comportamiento, pero esta vez en cada uno de los grupos determinados por la presencia o no de bruxismo.
Se reflejó que en el grupo de casos las medianas de los índices de cada categoría son más bajas, la afectividad y la cohesión son las categorías que menos diferencia presentan. El rol tiene entre ambos grupos de caso y control una diferencia máxima de 2. En el grupo de casos se comportan afectados la comunicación por debajo de 7, la adaptabilidad y el rol. Las diferencias entre las medianas de ambos grupos es en esas tres mayor que 1. Con lo analizado acerca del funcionamiento familiar al tener en cuenta las medianas del índice de cada categoría pudo inferirse que en el grupo de casos, las familias se comportan más disfuncionalmente que las del grupo de control, lo cual se evidencia también en el comportamiento de lo componentes que determinan el funcionamiento familiar.
A partir de la aplicación de la prueba FF-SIL el número de familias disfuncionales y severamente disfuncionales son mayores en el grupo de niños con bruxismo o sea , siete familias disfuncionales para un 77,8 y el total de las severamente disfuncionales. El número de familias funcionales del grupo de casos es significativamente menor para un 19,3 %; en el grupo control se observó un 80,7 %. Similares resultados se encontraron en otros estudios citados por algunos autores, quienes han observado una estrecha relación entre la funcionalidad de las familias y la aparición de hábitos deformantes en niños, como la succión del pulgar.(19)
En nuestra experiencia en la atención de niños que acuden a consulta con sus padres o algún familiar hemos observado que los casos diagnosticados con bruxismo presentan determinadas características desde el punto de vista de entorno familiar y social como los siguiente: ser niños muy intranquilos o por el contrario tímidos o poco comunicativos.
Por los resultados que se obtuvieron se comprobó la dependencia entre las variables bruxismo y funcionamiento familiar. Al analizar cuáles son las relaciones existentes entre dichas variables se evidencia que el mayor porcentaje del total de niños con bruxismo proceden de familias no funcionales, lo que demuestra que de alguna forma el bruxismo prevalece en familias en las cuales hay alguna causa que impide un funcionamiento familiar óptimo.
Por ello se puede afirmar que para lograr un buen estado de salud bucal y desarrollo psicológico del niño, es necesario la preocupación conjunta de instituciones y padres, y en general de la comunidad, donde juega un papel importante el EGI y el equipo de salud promoviendo actividades de prevención y la necesidad de fomentar en las familias la capacidad de actuar por su propia salud.