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FOLLETO

Guía para la evaluación del desarrollo psicomotor del recién nacido y el lactante.

Guidelines for psychomotor development assessment of newborns and infants.

1 Policlínico Área III, Cienfuegos, Cienfuegos, Cuba


INTRODUCCIÓN

En el período neonatal la condición necesaria para la maduración normal del cerebro es el adecuado entrenamiento de los órganos sensoriales, de tal forma que la falta de estimulación sensorial disminuye bruscamente el desarrollo.

Los retrasos en el desarrollo en el lactante pueden ser señal de enfermedad, por lo que detectarlos tempranamente posibilita la atención oportuna adecuada. A veces se descubre una enfermedad orgánica, quizás también una lesión cerebral mínima o extensa. Cuando se detectan estos problemas a tiempo - de ser posible durante los primeros 6 meses de vida –, se puede influir de modo mucho más efectivo en ellos.

La estimulación adecuada al recién nacido (RN), tanto cuantitativa como cualitativa, propicia el incremento y diversificación de los reflejos de orientación y aparece la concentración visual y auditiva, condición esencial para el futuro desarrollo psíquico.

Pudiera considerarse la estimulación temprana como el conjunto de acciones dirigidas a promover las capacidades físicas, mentales y sociales del niño; esto significa prevenir el retardo psicomotor, curar y rehabilitar las alteraciones motoras, los déficits sensoriales, las discapacidades intelectuales, los trastornos del lenguaje, y sobre todo, lograr la inserción de estos niños en su medio, sustituyendo la carga de una vida inútil por la alegría de una existencia útil, transformando los sentimientos de agresividad, indiferencia o rechazo, en solidaridad, colaboración y esperanza.

La evaluación del desarrollo psicomotor en RN y lactantes, desde hace ya muchos años, es realizada por el pediatra, y desde hace más de una década, también por el médico de la familia. En Cuba, desde la década del setenta, los psicólogos de salud comenzaron también la evaluación del recién nacido a través de las normativas de Gessell y Brunet Lezine. Específicamente en el área de salud III de Cienfuegos, se ha puesto en práctica desde hace algunos años, una modalidad de dicha evaluación, que consiste en una prueba de cribado, fundamentada teóricamente en una revisión de la literatura más actualizada relacionada con el tema.

La utilidad de esta prueba de cribado está en la rapidez con que puede llegarse a un diagnóstico en el contexto de la atención primaria de salud. Hasta el momento, su empleo ha servido no solo para el restablecimiento de un retardo por hipo estimulación, sino que generalmente se extiende como medida profiláctica para obtener un desarrollo normal en cada caso.

El contenido está organizado de la siguiente forma: En una primera parte se ofrecen algunas especificidades acerca del desarrollo psicomotor (desarrollo psíquico, evaluación de motricidad amplia y de motricidad fina, relaciones y vínculos sociales); luego se dedica un espacio a la estimulación psico-senso-motriz y por último aparecen los cuadros de contenido: el primero, para plantear el desarrollo psicomotor propiamente dicho y el segundo, de carácter instructivo, para la evaluación de dicho desarrollo. Este último se corresponde con la etapa de la prueba que requiere del empleo de una serie de materiales imprescindibles para el examinador: aro rojo (puede ser realizado con cartulina) maruga, dados o cubos rojos (pueden ser realizados en cartulina), caja de cartón mediana, botoncitos de colores, cinta o cordón, pelota y frasco de boca no ancha.

I. Consideraciones generales acerca del desarrollo psicomotor.

El desarrollo psicomotor es una evolución continua desde la descoordinación inicial del RN y su incapacidad cognito – verbal de dar cuenta de lo que sucede, hasta la total maduración de los patrones de movimientos con una movilidad autónoma y la adquisición de esquemas mentales.

Un tipo poco frecuente de variaciones o trastornos del desarrollo se agrupan bajo el nombre de “disociaciones aparentes del desarrollo”. Consiste en un retardo cronológico en un área circunscrita del desarrollo que en las restantes áreas es normal. Este retardo localizado se recupera con el paso del tiempo sin dejar secuelas aparentes.

En la disociación del desarrollo motor, los niños adquieren la motricidad fina (pinza, paso de objetos de mano, etc.) a una edad habitual y sin embargo el gateo y la marcha son adquiridas con gran retardo, lo que significa signos de disfunción neurológica.

Algunas variaciones de la normalidad sin carácter patológico:

  • Pinza entre el dedo pulgar y medio.
  • Desplazamiento sentado sobre las nalgas.
  • Marcha de pie sin pasar por la etapa del gateo.
  • Rotación persistente de la cabeza
  • Marcha de puntillas.

 

Las desviaciones llamativas son fácilmente detectables, pero las finas, que representan el 70-y 80 % de la población con retardo, a menudo se escapan a la evaluación, por la información que dan los padres sobre el desarrollo de sus hijos a la evaluación pediátrica.

Desarrollo psíquico del niño normal de 0-12 meses (m).

0-1m: Grupo de reflejos incondicionados que se completan tempranamente con reflejos condicionados.
1-4m: Las diversas actividades reflejas se modifican por la experiencia y comienzan a coordinarse una con otra en forma más compleja.
4-8m: Realiza acciones orientadas más definitivamente hacia hechos y objetos que se hallan fuera y más allá de su propio cuerpo.
8-12m: Intencionalidad clara: se define como la búsqueda deliberada de una meta por medio de comportamientos instrumentados.

La intencionalidad es una de las características definitivas de la inteligencia. Los logros motores tienen que ver con la mielinización y crecimiento del cerebelo; por ejemplo: al principio se lo lleva todo a la boca, con el tiempo levanta objetos, los examinan, los pasan de una mano a otra, los golpean, los dejan caer, etc.
Evaluación de la motricidad amplia.

El acto motor voluntario discurre con progresiva diferenciación de global a individual (desde actos amplios, indiferenciados a precisos y refinados) en proyección céfalo caudal de axial a distal. Esta transformación es posible por la evolución del tono muscular, la disminución de la tonía flexora, la desaparición de reacciones arcaicas (su persistencia e intensidad anormales son signos de disfunción del sistema nervioso) y el desarrollo de reacciones de equilibrio.

Evaluación de la motricidad fina.

Para que la mano inicie el proceso que ha de llevarle su prominente función como órgano motriz sensorial y de comunicación, debe antes liberarse de la acción de la sinergia tónica flexora (reflejo de prensión palmar) lo que alcanza de 8 a 12 semanas de vida; además, es necesario superar la etapa de la hipertonía flexora de las extremidades.

La coordinación con el sentido de la vista, es posible a partir de los cuatro meses. Hasta los 4 años a 6 años el niño no logra el trípode manual (postura que adoptan los dedos pulgar, índice y medio para sostener el lápiz).

Las manos permanecen cerradas los primeros 4 meses, abiertas completamente desde los 8 meses. La prensión se inicia por el borde cubital y lentamente progresiva a prensión radial.

Desarrollo sensorial

En contraste con el desarrollo motriz, el sensorial es tan acelerado que todos los sistemas funcionales son capaces de funcionar antes del parto. Existen interrelaciones entre los diferentes estímulos y las correspondientes experiencias. Las etapas de comunicación pre- verbal, (llantos, gritos) y verbal (uso de la palabra) están estrechamente ligadas a las etapas del desarrollo senso-motriz. Un estudio de Le Normand et al. (1995) indica que el desarrollo del lenguaje es hasta cierto punto independiente de las habilidades motoras.

Es posible que el niño desde su nacimiento tenga su equipo afectivo en función y que perciba las manifestaciones del afecto. La primera respuesta afectiva es la sonrisa, aparece después de las 8 semanas (en nuestra observación aparece a las 4 semanas).

No obstante el estudio mencionado antes, la comparación entre la afectividad y el tono muscular, ha evidenciado que la hipertonía del RN coincide con la etapa desprovista de respuestas afectivas.

Vínculos y relaciones sociales.

El contacto directo con la madre, durante las primeras 24 horas, tiene un beneficioso efecto en el desarrollo de los lazos y vínculos, persistiendo durante los primeros cuatro años. La maduración psicológica del niño parece depender del desarrollo de estos vínculos. En la firmeza de está unión radicarán luego sus lazos sociales con otros seres humanos, el equilibrio armónico entre agresión y angustia y con ello la maduración de la inteligencia. Al final del primer año desarrolla fuertes vínculos con los padres, así como malestar al ser separado de ellos.

Las necesidades del RN son orgánicas, mientras que otras son ligadas al desarrollo funcional del cerebro. Las más importantes son las de su propia esencia, las necesidades sociales, la necesidad de otra persona, de la atención y cuidado de esta y de la comunicación con ella. En el 1er y 2do mes de vida se forma en el niño una acción emotiva-motora dirigida al adulto (el complejo de animación).

Las acciones perceptivas del niño se forman en el proceso de comunicación con los adultos. En la 2da mitad del 1er año de vida, con la colaboración del adulto, se inicia en el bebé la formación de acciones objetal- manipulatoria, cuya vía fundamental es la imitación de las acciones que le son mostradas por el adulto, y con lo que aparecen los primeras generalizaciones sensoriales en el niño.

La falta de estimulación sensorial disminuye bruscamente el desarrollo. Su gran objetivo es mejorar la calidad de la vida y lo logra al aprovechar al máximo el vasto potencial existente en el sistema nervioso central (SNC) del niño, despertando capacidades dormidas, recuperando restos anatomo-funcionales y desarrollando nuevas posibilidades.

Existen test creados para la evaluación del desarrollo psicomotor, los cuales enfatizan en los aspectos motores y sensoriales, como el de Gessell y Brunet Lezine con medidas cuantitativas que llevan a un cociente diagnóstico del desarrollo. También se cuenta con otros instrumentos de examen del desarrollo destinados a diferenciar de una manera rápida y sencilla, niños normales de aquellos con posibles anomalías.

II. Estimulación psico–senso–motriz.

Durante los primero días de nacido, el niño debe ser cargado con alguna frecuencia, se le debe hablar y cantar al asearle o dormirle.
1m-3m: Posición abdominal con alguna frecuencia al día; debe ser estimulado con objetos rojos, sonidos de maruga, la charla y las canciones.
4m: Estimular posiciones abdominal y supina, asociadas a estimulaciones con objetos de colores y que produzcan sonidos. Repetirle sus vocalizaciones.
5m: Acercarle objetos en posición abdominal. Apoyarlo en algunas ocasiones en las piernas. Participar en sus soliloquios.
6m: Levantarlo en ocasiones, repetirle sus sonidos silábicos y proporcionarle objetos adecuados para su manejo.
7m-8m: Estimular juegos de los escondidos. Mantener estimulación con objetos adecuados y la motivación para el desarrollo del lenguaje.
9m-10m: Estimular manejo de objetos ya de forma más compleja. Proporcionarle un recipiente que puede ser una cajita, colocando dentro objetos que pueda agarrar; así como un espacio físico para el arrastre o gateo. Mantener la estimulación del lenguaje, introduciendo la asociación entre palabra y objeto.
11m-12m: Estimular manejo de objetos y juegos sencillos. Mantener la estimulación del lenguaje.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Editada en la Universidad de las Ciencias Médicas de Cienfuegos. Directora: Dra.C Dunia María Chavez Amaro