Estimado director:
La reflexión colectiva de los miembros de la Sociedad Cubana de Geriatría y Gerontología del Capítulo de Cienfuegos, el pasado 4 de octubre del 2024, como parte de la actividad científica GERISUR 2024, sin dudas, tocó la fibra de los discípulos de los postulados de Hipócrates y de Esculapio en la praxis de la Medicina Moderna de todos los profesionales de las diferentes ramas del saber de las Ciencias Biomédicas, reunidos en el Teatro Universitario Ernesto Che Guevara de la Serna, del Hospital General Universitario de la provincia de Cienfuegos. Desde hace una década hemos venido reflexionando acerca de la imperiosa necesidad del aprendizaje, la consolidación y el ejercicio de geriatrización de los servicios, lo que, todavía hoy, es una utopía en la red sanitaria.
El profesor e investigador Espinosa Brito en su artículo, refiere: “recientemente la 73.ª Asamblea General de las Naciones Unidas declaró 2021-2030, la Década del Envejecimiento Saludable, principal estrategia para lograr acciones destinadas a construir una sociedad para todas las edades”. Las áreas principales de esta Estrategia Mundial apuntan a: cambiar la forma en que pensamos, sentimos y actuamos hacia la edad y el envejecimiento; asegurar que las comunidades fomenten las capacidades de las personas mayores; ofrecer atención integrada centrada en la persona y servicios de salud primaria que respondan a las personas mayores y brindar acceso a la atención a largo plazo para las personas mayores que la necesitan”.(1)
Las investigaciones, protocolos y actualizaciones presentadas por profesores y residentes de la Especialidad de Geriatría y Gerontología, alertan de las particularidades semiológicas y diagnósticas de las personas mayores, influenciadas por los cambios inherentes al envejecimiento que, en la praxis cotidiana, limitan el tratamiento quirúrgico oportuno, la prescripción según las mejores evidencias y la generación de insatisfacciones por deterioro de la comunicación y la influyente carencias de recursos; que no sustituyen el uso eficiente del método clínico, la evaluación geriátrica exhaustiva, la calidad del cuidado y la orientación veraz y oportuna profesional para minimizar riesgos y complicaciones, en el contexto salubrista actual, tanto en el hogar como en las instituciones sanitarias.
En la actualidad, América Latina y el Caribe es la subregión del mundo que envejece con mayor rapidez. Dentro de los países representativos, Cuba es el 4to país de la región con mayor densidad demográfica de personas geriátricas, resultados de su proyecto social con el incremento de la calidad y esperanza de vida.(2) En este análisis, el informe del anuario estadístico 2023, señala a Cienfuegos como provincia con mayor tasa de envejecimiento del último decenio y mayor representatividad de personas longevas en los municipios Cruces, Cumanayagua, Rodas y Cienfuegos, respectivamente.(3)
Por encargo social, la red de salud pública tiene en sus acciones estratégicas, los movimientos “Hospital amigo del adulto mayor y su familia” y las “Comunidades amigables”, herramientas que, para los profesionales salubristas, pueden y deben generar un cambio en la mentalidad, en el modo de hacer y saber hacer.
Esta es una disyuntiva mundial que se extiende, se ha encontrado el edadismo como un estereotipo cargado de prejuicios y de discriminación en el mundo y en nuestro medio ha calado en el imaginario y la acción familiar y social.(4)
Los profesionales de las Ciencias Médicas hoy, en cualquiera de los niveles de atención, enfrentamos el cotidiano estrés del cuidador, jerarquizado por el sexo femenino, superior al 70 %, con una repercusión familiar de aislamiento y maltrato de la persona mayor y en no pocos casos el abandono; desechando todo el aporte de experiencias, creencias, costumbres, estilos de vida de arraigo familiar que complementan la cubanía, que dejan de sembrarse y geminar en el sistema de valores agregados de las nuevas generaciones.
En la Cuba actual, la atención a las personas geriátricas se complejiza con el incremento de la fragilidad, la polifarmacia, las comorbilidades y los efectos económicos asociados a su calidad de vida; es por ello que una tarea pasada con programas, acciones y estrategias claras, le ha faltado participación colectiva priorizada, diferenciada y con un cuidado holístico e integral; que inicia en la familia y sus funciones para generar un ambiente familiar inclusivo y participativo que potencie el rol útil, minimice la depresión y potencie, desde el pensamiento salutogénico, la construcción de un autocuidado enriquecido con la reincorporación social a círculos de abuelos, club de ejercicios, intercambios generacionales y la trasmisión de las experiencias acumuladas en la Cátedra del Adulto Mayor en las Universidades del territorio.(5,6)
Por ello, el reto y el camino a seguir, fue abrazado con fervor por los geriatras, fisiatras, enfermeras, psicólogos, nutricionistas, trabajadores sociales y otros profesionales que, comprometidos y ocupados, entregamos cada minuto, cada hora y cada día, nuestros conocimientos, altruismo, consagración y entrega profesional para, juntos, fraguar y consolidar que la atención a las personas geriátricas deje de ser una emergencia de hoy para convertirse en el actuar cotidiano con calidez y calidad en el Hospital insigne de la familia cienfueguera y la red provincial de salud; en acción inclusiva, intersectorial e interdisciplinar regalar a las personas geriátricas una calidad y esperanza de vida en una sociedad amigable, sin maltratos y con el abrazo cálido que cura el alma envejecida, pero con sentimientos encontrados.