INTRODUCCIÓN
En una carta al editor en New England Journal of Medicine, escrita por Frank en 1973, fue descrito un grupo de veinte pacientes de su consulta en Covina, California, entre los 20 y 60 años de edad. Estos pacientes tenían, además del pliegue auricular usualmente bilateral, angina, cambios isquémicos electrocardiográficos y enfermedad coronaria confirmada angiográficamente con elevación de cifras tensionales. Por ello, se atribuye a este autor la primera descripción de asociación entre dicho pliegue y la enfermedad hipertensiva.(1)
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la hipertensión arterial afecta a uno de cada tres adultos en todo el mundo. El número de personas con cifras de tensión arterial de 140/90 mm de Hg o superiores a esta se duplicó entre 1990 y 2019 de 650 millones a 1300 millones de personas.(2) Es un problema de salud a nivel mundial, de ahí que la aplicación del método clínico en función de tomar medidas para disminuir las cifras medias de tensión arterial tiene efectos positivos en la morbilidad por enfermedades asociadas a la hipertensión.(3)
Se estima que en el mundo hay 1280 millones de adultos de 30 a 79 años con HTA, y que la mayoría de ellos (cerca de dos tercios) vive en países de ingresos bajos y medianos. Según los cálculos, el 46 % de los adultos hipertensos desconoce que padecen esta afección. En Cuba, según la Organización Mundial de la Salud, la prevalencia es de 233 personas por cada 1000 habitantes, y a nivel de la provincia de Villa Clara es de 253 personas por cada 1000 habitantes.(4)
El pliegue diagonal del lóbulo auricular o pliegue de Frank es un surco profundo claramente visible a la inspección, el cual se extiende desde el trago hasta el pabellón auricular posterior en ángulo de 45 grados. Su presencia puede ser la manifestación más temprana de enfermedad vascular generalizada en sujetos aparentemente sanos.(5)
En 1970 se propuso un enunciado que estimaba que la presencia de un surco diagonal en el lóbulo de la oreja unilateral o bilateral, así como la severidad de la lesión en cuanto a su profundidad, podría utilizarse como un predictor de riesgo hipertensivo.(6)
Al departamento de Medicina Natural y Tradicional (MNT) acuden con una alta frecuencia pacientes remitidos de diferentes especialidades, y por ende, de diferentes edades, con antecedentes o no de sufrir enfermedades hipertensivas crónicas. Una observación minuciosa sobre el lóbulo de la oreja identificar la presencia o no del pliegue del lóbulo, y precisar el padecimiento de HTA. Por tal motivo, el objetivo de esta investigación es determinar la efectividad de la presencia del pliegue auricular en el diagnóstico precoz de enfermedad hipertensiva.
MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional, descriptivo, longitudinal y prospectivo. La población estuvo constituida por los pacientes atendidos en el departamento de MNT del Hospital Provincial Clínico Quirúrgico “Arnaldo Milián Castro”; y en el Centro de Medicina Deportiva de Villa Clara, durante el período de febrero/2021 a noviembre/2023. La muestra se tomó por muestreo no probabilístico intencional. Al aplicar los criterios de inclusión (pacientes con 20 años y más, que presentaron pliegue del lóbulo de la oreja; voluntad de participar en la investigación), exclusión (pacientes que estuvieran activos en la práctica del deporte; con enfermedades psiquiátricas; o con antecedentes de cardiopatía isquémica y de tinnitus, para no crear una variable confusora), y de salida (pacientes que expresaron su deseo de no continuar en el estudio; o que no asistieron a las consultas programadas para la toma de la tensión arterial), la muestra quedó conformada por 88 pacientes.
Se aplicó una encuesta a los pacientes para la obtención del consentimiento informado. Se realizó examen físico auricular, con apoyo en una guía de observación y modelo de recolección de los datos diseñado para el examen del lóbulo de la oreja y la identificación de pliegues. (Fig. 1).
Se evaluó a los pacientes a los siete días, a los 15 días, al mes, los tres meses, seis meses, nueve meses y al año, para precisar si en ese periodo de tiempo desarrolló la enfermedad de HTA o presentó cifras elevadas de TA.
La toma de la tensión arterial, con el uso de estetoscopio y esfigmomanómetro, se realizó según la técnica estándar de medida que tiene en cuenta los siguientes aspectos:
- - El paciente descansará cinco minutos antes de la medición de la TA; no habrá realizado ejercicios físicos intensos, fumado o ingerido comida, cafeína o bebidas alcohólicas por lo menos 30 minutos antes de la medición.
- - Paciente sentado, con el brazo apoyado a nivel del corazón. En casos especiales se midió en posición supina. En ancianos y diabéticos se tomó además la TA de pie.
- -El manguito de goma del esfigmomanómetro cubrió por lo menos 2/3 partes de la circunferencia del brazo, el cual estaba desnudo.
- Se insufló el manguito, se palpó la arteria radial y se siguió insuflando hasta 20 o 30 mm Hg por encima de la desaparición del pulso.
- Se colocó el diafragma del estetoscopio sobre la arteria humeral en la fosa antero-cubital y se desinfló el manguito, de manera que la columna de mercurio o aguja fue descendiendo lentamente, a una velocidad aproximada de 2 a 3 mm Hg/s.
- El primer sonido (Korotkoff I) se consideró la presión arterial sistólica (PAS); y el último, la presión arterial diastólica (PAD) (Korotkoff V). Es importante señalar que la lectura de las cifras se fijó en los 2 mmHg o divisiones más próximas a la aparición o desaparición de los ruidos.
Se utilizaron como variables del estudio: edad (grupos etarios: 20-29 años, 30-39, 40-49, 50-59, 60 y más años), sexo (femenino, masculino), color de la piel (blanco, no blanco), presencia del pliegue auricular (si, no); localización (unilateral, bilateral); profundidad del pliegue (superficial, profundo) y tiempo de aparición de la HTA (7 días, 15 días, 30 días, 3 meses, 6 meses, 9 meses, 12 meses).
La información se almacenó en un fichero de datos en el paquete estadístico SPSS versión 15.0 para Windows.
Para medir la asociación entre variables cualitativas se empleó la Prueba de independencia basada en la distribución Chi-cuadrado (método no paramétrico), es decir, el estadígrafo X2 y su significación asociada p.
Para conocer si la evolución de los pacientes estudiados fue estadísticamente significativa se empleó la prueba estadística de comparación de muestras relacionadas de Friedman y de Wilcoxon.
Para la toma de la decisión estadística de las pruebas que se aplicaron, se utilizó un nivel de significación en p de 0,05
Previo a la realización del estudio, se obtuvo la aprobación del Consejo Científico y del Comité de Ética, del Hospital Clínico Quirúrgico “Arnaldo Milian Castro”.
RESULTADOS
En todos los grupos etarios se manifestó la aparición de pacientes con pliegue auricular, lo cual fue aumentando a medida que avanzó la edad. Así, predominó el grupo de edades comprendidas entre 50-59 años 48,8 %, mientras el 20-29 años fue el menos representado, con solo tres casos (3,4 %). El sexo masculino representó el 53,4 % de la muestra. (Tabla 1).
Al relacionar la localización del pliegue con su profundidad, se encontró un predominio del pliegue profundo (49 pacientes) y bilateral (54 pacientes), cifras que expresaron diferencias significativas (X2=4,724; pX2=0,0297). (Fig. 2).
A medida que fue incrementándose el tiempo programado del estudio, aumentó el número de pacientes con cifras elevadas de tensión arterial, sobre todo a los 9 meses (20,5 %). (Tabla 2).
De los 59 pacientes con cifras elevadas de tensión arterial y que debutaron durante el período del estudio con hipertensión, 37 (62,7 %) presentaron un pliegue profundo del lóbulo de la oreja, detectado en el examen inicial realizado. (Fig. 3).
Al realizar las pruebas estadísticas de asociación entre variables se demostró una alta asociación entre la presencia de pliegue profundo y la aparición de hipertensión arterial (p= 0,002).
DISCUSIÓN
El pliegue auricular correspondiente a la hipertensión, se manifiesta en la cuarta y quinta décadas de la vida, o más; y muestra su prevalencia más allá en los años siguientes. En este trabajo se observó un comportamiento similar, a medida que aumentó la edad también lo hizo el número de pacientes con surco diagonal en el lóbulo de la oreja, resultado que coincide con lo obtenido por otros autores.(5, 7) Aunque Barbán y colaboradores observaron predominio de pacientes de 65 años y más.(8)
Prangenberg y colaboradores realizaron un estudio retrospectivo y prospectivo en 2022 sobre el valor pronóstico del signo Frank. Utilizaron material fotográfico del Instituto de Medicina Legal del Hospital Universitario de Bonn, e identificaron el vínculo del signo de Frank con cambios macroscópicos en las arterias coronarias, independientemente de otros factores de riesgo cardiovascular.(9)
A medida que avanza la edad el riesgo en los pacientes a padecer hipertensión es mayor, pues generalmente después de los 50 años se producen una serie de cambios en la estructura y en el funcionamiento de las arterias. Unido a esto, los adultos de mediana edad realizan muy pocas acciones de prevención encaminadas a disminuir los factores de riesgo relacionados con la enfermedad, lo cual, con el paso de los años y debido a afección del sistema circulatorio periférico conlleva al aumento de la resistencia arteriolar por deterioro del endotelio vascular y pérdida de la respuesta a la acetilcolina, asociado a vasodilatación reducida y formación de placas de ateroma.(10)
Recientemente, en un estudio en el que colaboraron pacientes japoneses con múltiples factores de riesgo para hipertensión arterial y con la presencia del surco diagonal del lóbulo de la oreja, se encontró un mayor resultado en los del sexo masculino presentes en la investigación, como sucedió en la presente serie.(11)
La presencia de mayor número de pacientes del sexo masculino encontrados en el estudio, se corresponde con los resultados de investigaciones precedentes, donde los hombres también fueron más representativos. Aunque se contrapone con el estudio de Rivera y colaboradores, el cual mostró prevalencia del sexo femenino (58,3 %).(12, 13)
Este predominio en el sexo masculino lo explica el hecho de que los pacientes masculinos no demandan mucha atención para tratar sus problemas de salud, ya sea porque no tienen mucho tiempo disponible para hacerlo, por poseer mayor tasa de empleo fuera del hogar, o porque se exponen a más situaciones estresantes, capaces de generar una mayor cantidad de trastornos psicosomáticos causantes de dicha afección.
El comportamiento variable que se encuentra en las diversas publicaciones revisadas, aun perteneciendo a una misma provincia, está dado por el carácter multifactorial de la enfermedad, las condiciones de vida y hábitos alimentarios de las diferentes regiones, todo lo cual influye en su incidencia.
Por otra parte, las diferencias en cuanto a género en el estilo de vida se manifiestan en relación con el grado de tensión experimentado por los pacientes en lo referente a los comportamientos: “responsabilidad con la salud” (a favor de las mujeres) y “actividad física” (a favor de los varones). Estas conductas, derivadas en cada caso de los estereotipos tradicionales de lo femenino, asociado a la expresividad, ternura y alta emocionalidad; y de lo masculino, relacionado con la racionalidad y la competencia.(14)
En este estudio se evidenció mayor frecuencia del pliegue auricular bilateral, resultado que coincide con otro realizado en 2019 por Oosterveer y colaboradores, quienes, al evaluar una población de 415 pacientes, hallaron una relación significativa e independiente del pliegue auricular bilateral con enfermedad hipertensiva.(15)
En relación a los factores de riesgo cardiovascular modificables, el signo de Frank bilateral es significativamente más prevalente en pacientes hipertensos que en normotensos, lo cual se ha constatado por las evidencias de la presente investigación.(16)
Al examen físico, se observa el lóbulo de la oreja plegado; la presencia del pliegue auricular diagonal, especialmente cuando este es de presentación bilateral, no debería interpretarse como una variante anatómica normal o simplemente una curiosidad clínica. Los múltiples estudios realizados en las últimas tres décadas han demostrado su asociación con enfermedad hipertensiva. Por lo tanto, dicha anormalidad puede interpretarse como un marcador cutáneo de enfermedad hipertensiva, sobre todo en los asintomáticos. Esto conduce a que todo profesional de la salud, médico o enfermera, de la atención primaria, deba estar alerta a su identificación en pacientes con factores de riesgo tradicionales y no tradicionales, o incluso en aquellos sin ninguno de ellos reconocido, con el objetivo de iniciar acciones de promoción y prevención de enfermedad hipertensiva para minimizar la posible aparición y complicaciones de esta entidad.
Conflicto de intereses:
No se declaran conflictos de intereses.
Contribución de los autores:
Conceptualización: Mariela del Carmen Morales Okata
Curación de datos: Misleidy Estévez Rubido
Análisis formal: Mariela del Carmen Morales Okata, Misleidy Estévez Rubido
Investigación: Mariela del Carmen Morales Okata, Misleidy Estévez Rubido
Metodología: Orlays Fontaine Cordero, Neisy Oropesa Nerey
Software: Liudmila Cordovés Kletsman
Supervisión: Mariela del Carmen Morales Okata
Redacción – borrador original: Marta Ferriol Rodríguez
Redacción – revisión y edición: Mariela del Carmen Morales Okata, Neisy Oropesa Nerey
Financiación:
Hospital Clínico Quirúrgico “Arnaldo Milian Castro”.