El desarrollo de la estrategia de universalización de la educación superior ha sido la expresión más coherente de la política educacional cubana en relación con los estudios superiores; se inserta orgánicamente en el propósito de elevar a niveles cualitativamente superiores la cultura general integral del pueblo y desempeña un importante papel en la aspiración de que todos los hombres y mujeres del país ejerzan plenamente, sin discriminaciones de ningún tipo, todos sus derechos. (1)
La universidad cubana, desde 1959, ha formado de manera gratuita los profesionales para la sociedad y ha ido ampliando sus posibilidades de acceso. De solo tres centros universitarios existentes en ese entonces se han venido multiplicando en cada provincia y más recientemente en cada municipio del país. Además se han diversificado notablemente las carreras ofrecidas en correspondencia con el aumento sostenido de las necesidades sociales y de los compromisos internacionales que el país ha asumido. De la misma manera la incorporación de todos los grupos sociales que tradicionalmente habían sido excluidos de los estudios universitarios, es hoy una realidad. Este fenómeno diversifica la masa universitaria desde perspectivas no clasistas, no sexistas, no racistas y no etnocéntricas. (2)
A los planes de estudio de las carreras se les ha brindado atención especial y han mantenido un sistemático y continuo perfeccionamiento, en estos momentos se desarrollan los de tercera generación, que se basan en el perfil ocupacional amplio, apoyados en el desarrollo de habilidades profesionales de los estudiantes; sin descuidar su formación teórica fundamental, caracterizada por la actualización científico-técnica y la vinculación de profesores y estudiantes con la práctica productiva y de servicios.
El centro actual del trabajo de la educación superior cubana está en consolidar esta interrelación entre la formación de profesionales y la vida económica, política y social del país, a partir del concepto de integración de la docencia con la producción y la investigación en su concepción más amplia y más rica, que es aquella que revela que sus productos finales son competitivos. En la educación superior cubana se entiende que sólo con un proceso docente que sea capaz de garantizar esta integración se podrán formar profesionales para afrontar los retos de un presente complejo y de un futuro de inserción en la competencia a nivel mundial.
Las propias transformaciones económicas, sociales y culturales emprendidas por la Revolución condicionaron el papel que debía desempeñar la universidad moderna en la transformación de la sociedad, tanto por su responsabilidad en la formación de profesionales y científicos, como por ser vía para que la ciencia y la técnica, que ella encerraba, se pusiera en función del desarrollo ascendente del país.
Partiendo del principio de que no hay desarrollo de la educación superior sin investigación, desde la segunda mitad de la década de los 60 se trabaja para lograr una adecuada interrelación docencia-investigación-producción y por emplear del modo más eficiente posible el potencial científico de profesores y estudiantes universitarios, con el doble objetivo de elevar el nivel y la calidad de la propia docencia universitaria y de contribuir directamente a mejorar las condiciones económicas y sociales del país.
Hoy las universidades cubanas investigan fundamentalmente para resolver problemas, con pertinencia, impacto y consecuencia tecnológica en función de los intereses del desarrollo socioeconómico del país, todo lo cual se manifiesta en el satisfactorio cumplimiento de sus elevados compromisos en los planes de resultados y su generalización, en los recursos que van apareciendo para sostener la investigación, en los registros y patentes de nuevos productos y tecnologías. Ello supone un alto componente de superación profesional para la transferencia y asimilación de las nuevas tecnologías, en el marco de una buena gestión innovadora.
Todo esto ha sido posible porque el país considera el desarrollo científico como un pre-requisito y no como una consecuencia del desarrollo económico y social, y por una política acertada de potenciar el papel de las universidades en este desarrollo.
El modelo cubano de universidad científica y tecnológica tiene como estrategia clave la flexibilidad organizativa, la cooperación nacional e internacional y la búsqueda de recursos materiales y financieros por las más diversas vías. (3)
Esta flexibilidad organizativa es particularmente importante en el proceso de municipalización de la enseñanza superior donde se producen cambios profundos no solo en los escenarios docentes sino que también la formación del profesional docente y su desarrollo posterior requieren de cambios en sus concepciones.
Hoy, la matrícula universitaria total en el país alcanza ya más de 510 000 estudiantes en este curso (2007-2008), atendidos por 122 000 profesores. Las Sedes Universitarias Municipales, ascienden a 3 150 en todo el país, incluidas las adscritas al Ministerio de Educación Superior, Ministerio de Salud Pública, Ministerio de Educación y el Instituto Nacional de Deporte y Recreación, según datos ofrecidos por el compañero Fidel, en el acto del 1ero de mayo del año 2006 en La Habana. (4)
En la provincia de Cienfuegos, el Sistema de Salud Pública, en la esfera docente, tiene más de 8 mil estudiantes, incluidos todos los modelos pedagógicos y especialidades, atendidos por un claustro de 1500 profesores con tendencia al aumento, en la medida en que el proceso de categorización docente avance. (5)
Este complejo panorama requiere no solo de la identificación de las particularidades de cada sede desde el punto de vista de recursos humanos y del soporte material necesario para enfrentar estos programas sino también de la flexibilidad y la utilización de alternativas para lograr los objetivos propuestos.
Es además necesario subrayar que el proceso de aprendizaje en los tiempos actuales debe ocurrir con una alta responsabilidad de los propios estudiantes con el soporte de las tecnologías de información y las comunicaciones y que el profesor es un facilitador para que los estudiantes se apropien de los conocimientos.
Todos estos aspectos nos han hecho reflexionar sobre la situación actual de nuestra provincia y las tendencias de la Educación a Distancia. La dirección del país, el Ministerio de Educación Superior, de Salud Pública y otros involucrados en la formación de profesionales han realizado enormes esfuerzos por informatizar la sociedad cubana y dotar el sistema de educación con los recursos informáticos y las posibilidades de conectividad necesarios para facilitar el acceso a los conocimientos para la formación y desarrollo de los profesionales de las diferentes especialidades, sin embargo ¿ cuáll es la situación real en el territorio ?
Escribir esta reflexión fue objeto de una polémica entre los autores ya que podría parecer contradictorio que en pleno siglo XXI, con los esfuerzos significativos realizados por el estado cubano, tanto en el plano material como en la preparación de los recursos humanos, se identificaran aspectos que pueden constituir barreras para la explotación máxima de esos recursos y obtener de ellos todo el fruto que se espera. A pesar de esto, decidimos escribirlo. Es de la polémica, de la reflexión colectiva y del intercambio de donde deben surgir las iniciativas y basados en ellos es que podemos diseñar estrategias para modificar este estado de cosas.
El Grupo Funcional Provincial de Medios de Enseñanza el Sistema de Salud de la provincia ha estado realizando un levantamiento de la situación que existe en cada una de las Sedes Universitarias de la provincia. De esta caracterización podemos señalar los siguientes como aspectos a profundizar y perfeccionar si realmente queremos lograr nuestros objetivos:
Primeramente, a pesar de que la mayoría de las sedes universitarias están conectadas a la red provincial, los puntos presenciales con estas características no son suficientes para que el número de cursos y propuestas alternativas que se han diseñado desde la Facultad, puedan llevarse a cabo.
Hemos realizado un Coloquio Internacional de Educación a Distancia, un entrenamiento a los profesores de la Facultad sobre la Plataforma MOODLE en los cuales se han presentado excelentes propuestas. En un sentido más práctico y para realmente poder aplicarlos en el desarrollo del proceso docente habría que analizar inicialmente ¿para los profesionales de qué lugar se han diseñado los cursos? Y, segundo, si ellos están realmente capacitados desde el punto de vista de informática para interactuar con la computadora.
El segundo aspecto a observar es la capacidad de conectividad con que cuenta hoy la provincia, pero además el uso que hacemos los profesionales de esa capacidad. Conocemos que el país destina cuantiosos recursos a pagar la conexión internacional y que posiblemente no sea suficiente, pero ¿estamos haciendo un uso de ella que tribute a nuestro desarrollo profesional y al de nuestros estudiantes?.
El tercer y último aspecto está en relación con la visión que existe en cada uno de los niveles del sistema. Primeramente, el nivel central tiene toda la información, acceso a las estrategias de desarrollo y visión general de país. En el nivel intermedio, las provincias, los profesionales no se han alfabetizado informacionalmente de manera homogénea, por lo que las diferentes disciplinas han alcanzado niveles disímiles en este sentido, pero tienen el beneficio permanente de los cursos de informática que constantemente se imparten por los especialistas. Y finalmente el nivel más en la base, donde se encuentra la mayoría de los profesionales y estudiantes, que además de proceder de otros paradigmas de formación en los cuales las TICs constituían un medio auxiliar, ahora deben utilizarlas como herramienta fundamental para el proceso de enseñanza aprendizaje. Ellos no cuentan con todas las posibilidades de acceso y tiempo adecuados para trabajar, además de cumplir disímiles actividades de la asistencia. Por otra parte, tienen también acceso limitado a los cursos de los especialistas que anteriormente señalamos.
Como se puede observar son asuntos que conducen a la polémica, pero que indiscutiblemente necesitan ser considerados para trazar estrategias que permitan la explotación óptima de los recursos que hoy están en nuestras áreas de salud.
La formación masiva de profesionales para Cuba y para el mundo es un reto que tiene el país y solo se logrará si se desarrollan, en el ámbito de la informática, CONCIENCIA, CONOCIMIENTOS Y ESTRATEGIAS CONTEXTUALIZADAS A LAS NECESIDADES DE CADA LUGAR.