INTRODUCCIÓN
La rinoplastia es un procedimiento quirúrgico para solucionar problemas estéticos o funcionales. Aunque es rechazado por muchos cirujanos debido a la incisión externa de la columela, es muy útil en casos difíciles. Fue descrito por primera vez en 1934 por Emile Rethi, especialmente indicado para el vértice nasal difícil, mediante una incisión cutánea transcolumelar que asciende por ambos márgenes columelares y termina en la base nasal bordeando las crus laterales caudalmente y dando lugar a la llamada rinoplastia abierta (citado por Gálvez y Rodríguez-Camps).1,2
En la década del 80 era frecuente que las operaciones de deformidades labio palatinas dejaran para un segundo tiempo la nariz deformada. Por esa época se comenzó a realizar la rinoplastia abierta utilizando la incisión de Rethi, ya que brindaba un abordaje directo de las rodillas y el resto de las estructuras anatómicas del dorso nasal, sobre todo para corregir las asimetrías de las alas nasales, que quedaban como secuela de operaciones anteriores. Por los buenos resultados que ofrecía la técnica de rinoplastia abierta, comenzó a utilizarse en pacientes mestizos principalmente, siempre con el temor de alguna huella cicatrizal severa en la columela,3 extendiendo su uso en las rinoplastias primarias y secundarias que por sus características anatómicas lo requerían.4
Como alternativa para evitar la posible cicatriz en la columela en las rinoplastias abiertas, sobre todo en pacientes de piel morena, Guerrerosantos propuso en 1990 una técnica de rinoplastia abierta, pero sin incisiones externas, a través de la vía marginal bilateral, decolando totalmente las cruras laterales, mediales y domos, garantizando así una visión más amplia de todas las estructuras.5
Existen varias indicaciones para la rinoplastia nasal: aumento del dorso nasal, disfunciones de la válvula nasal, desviaciones del septum, las narices de piel gruesa, tumores nasales, lesiones pos traumatismo, secuelas de la rinoplastia primaria, secuelas de deformidades congénitas y otras deformidades de difícil acceso. En este estudio se describen los resultados de la rinoplastia abierta en pacientes con deformidades nasales.
MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo, de serie de casos, con 55 pacientes intervenidos quirúrgicamente mediante la técnica de rinoplastia abierta, durante el periodo 2005-2012, en el Servicio de Cirugía Maxilofacial del Hospital Gustavo Aldereguía Lima, de Cienfuegos.
Las variables analizadas fueron: edad, sexo, color de la piel (blanco, mestizo o negro) y tipo de incisión (en V, en V invertida, en escalón o de Rethi).
Descripción de la técnica quirúrgica empleada
Previa infiltración de lidocaína al 2 %, se realizó incisión en la base de la columela (Figura 1), continuando en forma marginal hasta la mitad del ala nasal, avanzando hacia adentro 2 a 3 cms. (Figura 2).
Se realizó decolado de la piel abordando los domos (Figura 3) mediante disección con tijera de iris. Con una pinza de Axón o gancho de Huck, se trajo hacia adelante la estructura compuesta por las cruras interna, medias y externa. De acuerdo a la necesidad de estrechar la punta nasal, se realizó disección del domo seccionando una parte de él, suturando luego con nylon 5-0. (Figura 4). Se colocó esparadrapo microsporo para dar la forma anatómica deseada y en los casos que lo requirieron se aplicó una férula de yeso. En correspondencia con las particularidades de cada caso también se pueden introducir injertos.
A todos los pacientes se les infiltró hdrocortisona o triamcinolona (100 mg) en el lecho quirúrgico.
Las imágenes y datos han sido utilizados previo consentimiento informado a los pacientes. Para la realización del estudio se contó con la aprobación del Consejo Científico de la Institución.
RESULTADOS
Predominaron los pacientes menores de 30 años, la edad mínima fue de 14 años y la máxima de 50.
También fueron más frecuentes los mestizos, seguidos de los de piel negra. El sexo femenino aportó más del 50 % de la muestra. (Tabla 1).
La incisión en V invertida (Figura 5) fue la más utilizada (24 pacientes), seguida de la incisión en V (21 pacientes) (Figura 6), la incisión de Rethi (Figura 7) y la incisión en escalón (Figura 8); estas últimas con 5 pacientes, respectivamente.
DISCUSIÓN
En la serie estudiada, ninguno de los pacientes presentó complicaciones. Los resultados fueron excelentes, aunque hubo algunas evoluciones tórpidas.
Debido a la probabilidad de accidentes anestésicos con el uso de anestesia general, se ha asumido como primicia el uso de la anestesia local en estos pacientes, sin embargo, existen casos en que es necesaria su utilización. El empleo de anestesia local contribuye a disminuir el tiempo de recuperación, a la vez que ofrece más seguridad al paciente al reducir el riesgo quirúrgico.
En cuanto a las variables edad y sexo, también en estudios precedentes similares2,6-9 se ha obtenido que los pacientes con edades cercanas a los 30 años demandan más este tipo de cirugía, y que el sexo femenino es representativo de mayor cantidad de pacientes.
El empleo de hdrocortisona o triamcinolona, intramuscular o endovenosa, al final de las intervenciones, está encaminado a disminuir el edema y por tanto, la cicatriz queloide. La efectividad de los esteroides en pacientes con riesgo de cicatriz queloidea, se ha evidenciado en este y otros estudios.7,10 (Figura 9).
Se concluye que la rinoplastia abierta ofrece una serie de ventajas que garantizan al cirujano el éxito de la intervención quirúrgica. Si se adoptan las medidas necesarias el riesgo quirúrgico es mínimo, al igual que las probabilidades de aparición de cicatriz queloide, más observada en pacientes mestizos y negros, quienes también son los que más demandan este tipo de cirugía en la serie estudiada.