INTRODUCCIÓN
La creciente necesidad del conocimiento de idiomas extranjeros para los profesionales es un hecho. Las relaciones de trabajo, investigación y económicas con el resto del mundo demandan no solo del desarrollo de habilidades de comunicación efectivas en términos de entender el idioma hablado, hablar, leer y escribir sino también de un conocimiento de la cultura general que permitan la adecuación de esos conocimientos a diferentes contextos comunicativos.
Históricamente, en nuestro país, los organismos relacionados con el diseño de los planes de estudio (MINED, MES, MINSAP) han incluido la disciplina Inglés como parte de esos planes de estudio y han incluido en los perfiles de salida elementos que necesitan del conocimiento del idioma para ser cumplidos. Se ha invertido en la formación de profesores, en la reproducción de materiales, (libros, manuales), en la compra de métodos diseñados en el exterior por especialistas hablantes nativos de la lengua, en algunos medios de reproducción de sonido en correspondencia con las posibilidades económicas del país; más recientemente, se ha convocado a colectivos de autores cubanos, especialistas en la lengua, para diseñar los materiales básicos con que se imparten los programas.
Se ha desplegado un esfuerzo a través de los años y se han logrado algunos resultados, aunque a nuestro juicio podrían ser cualitativamente superiores, ya que en la mayoría de los casos los estudiantes comienzan a aprender el idioma en secundaria básica y muchos veces llegan a las universidades sin poder comunicarse en el idioma extranjero, pero además, ya en las universidades no logran llegar al final de sus carreras con el óptimo aprovechamiento de estos esfuerzos. Es a esta etapa, en particular a la Universidad de Ciencias Médicas, a la que dedicaremos esta reflexión.
DESARROLLO
Aunque conocemos que se están dando pasos para resolver esta situación, nos proponemos analizar las causas que a nuestro juicio inciden en este asunto y expresar algunas ideas que pudieran mejorarla.
Analizaremos primeramente los elementos básicos que interactúan en el proceso: el profesor y el alumno.
Los profesores
Con excepción de los Institutos de Lenguas extranjeras y los departamentos que tienen como función la formación de recursos humanos de la especialidad, el resto de los profesores se desempeñan como prestadores de servicio para la formación general. Para su superación profesional, a menos que sean los propios profesionales de la lengua inglesa quienes se gestionen sus formas de superación, la actualización de conocimientos no se logra, ya que depende muchas veces de conocer los contactos, de las gestiones personales de los profesores. En nuestra opinión debe ser el departamento de posgrado de la institución quien gestione con universidades de formación de profesionales de idioma extranjero, oferte cursos y compulse esa superación profesional, como ocurre para las especialidades propias del sistema, no debe dejarse a la iniciativa y posibilidades de los profesores y departamentos. Aunque se puedan diagnosticar las necesidades desde los departamentos.
Habría que añadir que la demanda de idioma extranjero en el mercado laboral por cuenta propia también ha aumentado y es frecuente encontrar profesores de Inglés prestando servicios como dependientes, guías de turismo u otros relacionados con los servicios, con una altísima remuneración económica. Además otros trabajos particulares de corte docente que también cuentan con altos honorarios.
En este complejo panorama se desempañan hoy los profesores de Inglés que laboran en las Universidades Médicas, cuando más se requiere de la formación idiomática para la colaboración médica en el exterior.
De manera que es muy difícil poder contar con los recursos humanos necesarios para lograr la cobertura total de la matricula, a pesar del alto número de docentes de la especialidad que se gradúa cada año. En la Reunión Regional de Recursos Humanos para la Salud, Cuba fue representada por el Dr. Marcos del Risco del Río, Director Nacional de Recursos Humanos del MINSAP quien expuso la ponencia ¨ Experiencia de Planificación de Recursos Humanos en Salud en el Marco de la Cooperación Internacional”, significó como uno de sus retos es garantizar los compromisos de la cooperación internacional e incrementarla entre los gobiernos y ministerios de salud. Esto requiere, en nuestra opinión y en el caso particular del Idioma Inglés en las Médicas de un abordaje desde la perspectiva de la formación y estabilidad de los claustros en el sistema de enseñanza de idiomas en las Universidades Médicas.1
Una gestión al más alto nivel entre universidades que garantice la incorporación de profesores recién graduados a la universidad médica y su tratamiento adecuado para lograr su permanencia en ella, podría atenuar el déficit de profesores. En nuestro caso, se hacen esfuerzos y aunque contamos con un escaso número de profesores, se logra impartir todos los programas cada curso, pero los resultados podrían ser cualitativamente superiores.
Los estudiantes
El desarrollo de habilidades de comunicación en un idioma extranjero requiere de tiempo y empeño, además no ocurre a la misma velocidad en todos los aprendices, depende de su estilo de aprendizaje y de que el profesor logre identificarlo. No es un secreto que no es una prioridad para los estudiantes de las Ciencias Médicas este desarrollo, ya que no existen necesidades inmediatas de uso del idioma. Si bien es cierto que se dan pasos para la integración interdisciplinar, las actividades que demandan el uso del idioma inglés en la actividad profesional dentro del país no son suficientes para compulsar su aprendizaje por lo que los estudiantes priorizan las asignaturas médicas y relegan el idioma extranjero. En este sentido sería muy necesaria la colaboración de los profesionales de la salud, médicos, enfermeras u otros que han colaborado en el exterior para realizar actividades profesionales como pueden ser pases de visita, discusiones de casos, seminarios en inglés. Hoy, salvo excepciones, es difícil lograr involucrarlos en este tipo de actividades.
El nivel idiomático que han adquirido los estudiantes al llegar a la universidad no es homogéneo. Algunos han alcanzado altos niveles de desarrollo de las habilidades de comunicación por diferentes vías, para lo que se han diseñado los exámenes de suficiencia. Esto les permite eximirse de la participación en clase y dedicar el tiempo a las asignaturas médicas. Pero ¿hasta dónde es beneficioso para ese nivel alcanzado, separarse totalmente de la práctica del idioma? Si bien es un derecho de los estudiantes, sería mucho más provechoso poder agruparlos de acuerdo a los niveles alcanzados y darles un tratamiento diferenciado, que nunca sería separarlos del proceso para idioma, al contrario diseñar actividades de más alto nivel que les permitan mantenerse en contacto con él y resolver problemas de la investigación y la docencia.
Al efecto, realizar exámenes de diagnóstico antes de comenzar y poder agrupar los estudiantes para la disciplina Inglés de acuerdo a su nivel idiomático permitiría no solo dar un tratamiento específico a cada nivel sino además llegar al final del período con un grupo de estudiantes identificados con muy alto nivel idiomático con los que se podría contar para empeños profesionales determinados, y trabajar intensa e intencionadamente con los estudiantes del resto de los niveles. Hoy los que se eximen por examen de suficiencia, se separan del proceso y los que se quedan reciben tratamiento de la media, ya que el número de estudiantes por grupos es un promedio de 25, aunque conocemos que para idiomas extranjeros los grupos no deben exceder 15 estudiantes.
Otra situación no menos controversial es la atención a becarios extranjeros cuya lengua materna es el inglés. Estos, compartiendo espacios docentes con el resto de los estudiantes se desmotivan ya que como anteriormente hemos planteado se ofrece una docencia para la media, nivel en el cual ellos no están incluidos. Aun cuando los profesores podrían diseñar actividades diferentes que demanden más de estos estudiantes, requeriría de una gran maestría pedagógica además de que no es posible hacerlo en todas las clases y crearía diferencias notables, no saludables para los colectivos de estudiantes.
Analicemos también los demás elementos del proceso
Trabajo metodológico
Con los actores básicos que hemos caracterizado anteriormente se desarrolla el trabajo metodológico, pero analicemos el profesor y su labor.
La Resolución 210 del MES en su artículo 27 plantea que el profesor es el responsable fundamental de que la asignatura que imparte posea la calidad requerida, desarrollando una labor educativa desde la instrucción. Para ello debe poseer una adecuada preparación pedagógica y dominar los contenidos de la asignatura, así como orientar, controlar y evaluar a los estudiantes para lograr un adecuado dominio de dichos contenidos, en correspondencia con los objetivos generales de la asignatura, contribuyendo así a su formación integral.2
Para lograr un trabajo metodológico coherente en una disciplina que consta en la carrera de medicina de 10 asignaturas, y en el resto de 8, es necesario tener una visión muy clara de los niveles que se deben lograr en cada una de ellas de manera vertical, qué incluye cada uno de esos niveles en cada una de las habilidades. Es conocido que las habilidades receptivas, que son entender el idioma hablado y leer se desarrollan con más facilidad que las productivas, hablar y escribir.
Pero esta visión debe estar clara desde el diseño de las actividades para clase y el tratamiento metodológico a cada contenido y posteriormente en el diseño de cada instrumento evaluativo en el sistema de evaluación.
En cuanto al establecimiento de niveles de idiomas, el Grupo Nacional para la Enseñanza del Inglés en el MINSAP, ha tenido a bien ajustarlos basados en el Marco Común Europeo de Referencia Lingüística. Así, en su capítulo I. Orientaciones Metodológicas, Pág. 12, el grupo nacional hace una distribución equivalente a los niveles del Marco y los años de las carreras.3 Se trata de establecer qué habilidades corresponden a cada asignatura y poder certificar, al final, que el alumno efectivamente puede comunicarse. Si tenemos en cuenta, además, las declaraciones de funcionarios del Ministerio de Educación Superior, sobre el imperativo de poder comunicarse en inglés y certificar ese conocimiento para poder graduarse, entonces podremos darnos cuenta de la necesidad de profundizar en la obtención de resultados cualitativamente superiores que permitan el cumplimiento de tales objetivos.
Métodos
Los métodos de enseñanza de idiomas han ido variando con el tiempo y así, de acuerdo a las corrientes sicológicas del momento, han ido apareciendo diversos métodos todos con una fundamentación que niega al anterior y defiende puntos de vista novedosos. Sin embargo, generación tras generación, se ha aprendido con uno u otro método. Algunos estudios plantean que los profesionales defienden y creen en el método con el que han aprendido. En nuestra opinión, más que eso, se trata de identificar el estilo de aprendizaje de los estudiantes y aplicar el método con el que aprende.
Esto, lógicamente, requiere del conocimiento profundo de los profesores y de la actualización constante de las tendencias que se mueven en el mundo. Conocemos que hoy técnicas antiguas como la repetición y el dictado, que fueron criticadas y relegadas durante el período en el que se aplicó el Enfoque Comunicativo para la enseñanza de lenguas extranjeras, vuelven a ser recomendadas por los más importantes especialistas del mundo y usadas con éxito. Esta es una de las razones por la que la actualización constante de los profesores es imprescindible, que consolide los conocimientos y ofrezca experiencias de referencia.
Medios
Aprender un idioma extranjero requiere de exponer al aprendiz a un modelo de lenguaje de nativos, de que el estudiante acceda a poder grabarse y escucharse. Hoy existen en el mundo un número importante de multimedias que facilitan ese acceso a la práctica.
En el caso particular de las Ciencias Medicas, no existen grabaciones de los ejercicios de audición que aparecen en los textos. Pero más difícil aún se hace cuando se trata de Inglés con fines médicos, donde la pronunciación de terminología médica es desconocida también para los profesores noveles que dependen solo de los diccionarios, no suficientemente accesibles y de los conocimientos de los profesores de más experiencia.
Se hacen esfuerzos para la creación de aulas especializadas para atender el posgrado y las diferencias individuales. Pero pensamos que es necesario, además, algo más común al que tengan acceso todos los profesores y estudiantes para el trabajo diario, como pueden ser medios de reproducción de audio y materiales que podrían almacenarse hasta en una memoria y ser utilizados con facilidad en las actividades docentes.
No obstante lo expresado acerca de los métodos y medios, es conveniente hacer énfasis en lo planteado por la prominente lingüista Mary Finnochiaro, en su trabajo The functional-Notional approach acerca de que, con independencia de estos métodos y medios, para la enseñanza aprendizaje del idioma extranjero, es el profesor el recurso crucial en el proceso de instrucción.4
Evaluación
Si se logra hacer un trabajo metodológico coherente, armónico, entonces se debe hacer corresponder el sistema de evaluación que responda a los niveles que debemos alcanzar. En ocasiones los instrumentos de evaluación parciales y finales no son lo suficientemente integradores parta determinar el nivel de desarrollo de las habilidades comunicativas. El diseño de este sistema desde la primera unidad del contenido y la claridad de los objetivos que queremos lograr en cada etapa es una necesidad imperiosa y es tributario de los mayores esfuerzos que se realizan para mejorar la calidad de los resultados del trabajo en nuestro departamento.
CONCLUSIONES
Podemos concluir que la declaración de que el desarrollo de habilidades comunicativas y la formación idiomática son una prioridad, no es suficiente. Aunque se dan pasos para mejorar la infraestructura, el principal recurso es un profesor motivado por hacer su trabajo de excelencia, que si cuenta con el apoyo y con los medios que necesita para desarrollarlo, logre resultados de excelencia.
Es necesario escuchar la teoría para la enseñanza de las lenguas extranjeras y a los especialistas que la conocen, estar al tanto en las tendencias más actualizadas de esta área del conocimiento.
Las autoridades académicas de las instituciones a las que los profesores de idiomas le prestan servicios deben actualizarse con sistematicidad sobre el trabajo de estos departamentos, entenderlos y compartir sus preocupaciones para ayudar a resolverlas hasta donde sea posible.