Señor director:
Un problema que afecta el desarrollo del lenguaje de los niños es el poco conocimiento de las familias para realizar el proceso de alimentación de estos. Por eso queremos compartir con usted y los lectores de su revista elementos indispensables que se deben conocer para un adecuado desarrollo del lenguaje a través de este proceso, donde juega un papel importante la ablactación.
La masticación es de suma importancia por los progresos que producirá en cuanto a la inhibición de los reflejos orales y sobre todo porque implica una serie de movimientos más amplios de la lengua y una gran coordinación a nivel buco lingual. Además favorece y activa la zona oral (aparato articulatorio) en niños con determinadas afecciones como la parálisis cerebral, donde se incluye la respiración, fonación.1 Si este proceso de masticación no se realiza adecuadamente puede traer consigo posteriormente alteraciones del lenguaje, especialmente en el primer año de vida del niño.
El tratamiento de la alimentación es de suma importancia puesto que con él se ejercita una serie de movimientos de la zona oral relacionados con el habla, como son la movilidad de la lengua y la mandíbula, la coordinación de sus movimientos con la respiración, además de fortalecer todo el sistema articulatorio para la posterior pronunciación de los fonemas.2
La terapia de alimentación tiene como objetivo: desarrollar la praxis de la zona oral, favorecer la autonomía personal, participación de la familia en el tratamiento y mejorar el estado nutricional del paciente.
Durante los primeros seis meses, la leche materna cubre todas las necesidades básicas de energía y nutrientes para el niño, por lo que debe ser el único alimento esencial ingerido en este período. No es hasta pasada esta etapa que se debe comenzar con la ablactación: proceso mediante el cual el bebé se va acostumbrando gradualmente a una alimentación cada vez más compleja y similar a la del adulto.3 La lactancia puede ser suplementaria hasta los 2 años.
Junto con otros reflejos y funciones de nuestro cuerpo regidos por el cerebro, se encuentra la alimentación,4 iniciada en la edad temprana con participación de todo el aparato masticatorio; es de vital importancia no violar este proceso puesto que junto a otros reflejos orales constituyen una sinergia de acciones reflejas que posibilitan y aseguran la alimentación del recién nacido. El no desarrollo de los reflejos orales o alguna alteración en la motricidad de la alimentación pueden producir una serie de problemas en los niños que dificultarán la correcta elocución.
En el proceso de alimentación, frecuentemente se presenta una serie de problemas. Entre los fundamentales están: postura anormal del niño y de la madre; movimiento de extensión de nucas y brazos, posturas asimétricas; dificultades de la coordinación en la succión, respiración y deglución; deglución con interposición lingual; el empleo de instrumentos como biberones, vasos, cucharas, no adecuados para la edad del infante (se utilizan muy grandes); incorrecta posición de alimentación por parte de la madre( se utilizan cucharas grandes que pueden tropezar con los dientes); dificultades de la masticación; funcionabilidad labial muy reducida.
Por eso se deben tener en cuenta algunos aspectos en el tratamiento de la alimentación, que se trabajan desde el primer año de vida del niño, los principales serían:
- Posición del niño sobre la madre en una silla normal pero cuidando que el apoyo del niño sea correcto teniendo en cuenta columna y pie en un plano inclinado (cabeza en ligera flexión procurando que el control de la mandíbula sea bueno).
- Tipos de instrumentos que utiliza la madre en la comida. Los movimientos correctos serían el empleo de una cuchara normal, de un adecuado tamaño para él, poca profunda, más bien plana y de otro material que no sea plástica, el vaso debe ser plástico colocándolo sobre el labio inferior y se debe procurar que el líquido caiga regularmente y no en cantidad excesiva, se debe vigilar que no coja el vaso con los dientes.
- Velocidad con que se alimenta: se debe dar tiempo al niño a que realice una buena masticación y deglución.
- Preparación de la zona oral antes de las comidas.
- Control bucal.
Si la familia tiene en cuenta estos aspectos a la hora de la alimentación de sus hijos esto permitirá un buen desarrollo de la zona oral y por tanto un buen desarrollo de la comunicación.