INTRODUCCIÓN
Los hábitos bucales deformantes son considerados como un problema de salud frecuente en la población infantil. El origen multicausal de hábitos como la succión del dedo, así como su mantenimiento o aparición en edades tempranas, condicionan la necesidad de realizar programas preventivos basados en diferentes medidas y procederes, con el objetivo de disminuir la incidencia de este hábito. (1,2)
La succión del pulgar o “chuparse el dedo” es una de las costumbres más frecuentes en los niños. Aproximadamente del 50 al 87 por ciento de los niños se chupan el pulgar.
El hábito comienza en las primeras horas de vida: el 90 por ciento de los recién nacidos muestran alguna forma de chuparse la mano. (3-5)
La American Dental Association (Asociación Estomatológica de los Estados Unidos de América) considera que el niño puede succionar el pulgar hasta que tenga 4 años sin dañar sus dientes. Sin embargo, este hábito finalmente debe ser interrumpido, porque si continúa después que han brotado los dientes permanentes, puede dar lugar a alteraciones de la oclusión. (6-9)
Se ha determinado que en la etiología de los hábitos orales pueden intervenir, además de factores epidemiológicos, factores biopsicosociales. Los hábitos orales pueden ser considerados un azar en la salud por tener una alta incidencia. El tratamiento próspero requiere de una visión multidisciplinaria de la causa básica del problema. El enfoque psicopatológico del hábito de succión del dedo, considera que los niños por medio de esta acción pueden manifestar sentimientos de ansiedad, estrés o frustración que muy bien pueden darse en su entorno familiar. (10)
Una familia con un funcionamiento adecuado, o familia funcional, puede promover el desarrollo integral de sus miembros y lograr el mantenimiento de estados de salud favorables; mientras que una familia disfuncional debe ser considerada como factor de riesgo, al propiciar la aparición de signos y síntomas de enfermedades de sus miembros. (8,11)
La necesidad de vivir en familia que tiene el ser humano, se acrecienta ante el carácter eminentemente psicológico que tiene la relación niño–adulto durante todo el período de crecimiento y de desarrollo de la personalidad del niño; son los padres los que permiten al niño el contacto social que posibilita el desarrollo humano de forma auténtica, bajo determinadas condiciones afectivas y materiales. Una familia donde se abuse física, psicológicamente o simplemente por negligencia, no cumple de manera óptima con sus funciones básicas y se convierte en fuente de insatisfacciones y malestar y es capaz de generar conductas que rompen el equilibrio, biológico, psicológico y social que debe tener todo individuo para su desarrollo saludable. Sin embargo, el funcionamiento de la familia no es sólo el cumplimiento de las funciones familiares, sino también la capacidad para resolver posibles crisis que generalmente surgen en el seno familiar. (12)
Mediante este trabajo se desea profundizar en el enfoque psicopatológico del hábito de succión del dedo, al considerar que los niños por medio de este hábito pueden manifestar sentimientos de ansiedad, stress o frustración; por ello, el objetivo es evaluar la relación entre el hábito de succión del dedo y el funcionamiento familiar en niñas y niños de 5to y 6to año de vida de 8 círculos infantiles en el municipio de Cienfuegos.
MÉTODOS
Se realizó un estudio analítico, de casos y controles, en niñas y niños de 5to y 6to año de vida de 8 círculos infantiles, pertenecientes al Área II del municipio de Cienfuegos, durante el curso escolar 2005-2006.
Para el grupo de casos se seleccionaron todos los niños que presentaban el hábito de succión del dedo (N=38). Esta selección se realizó mediante la observación clínica e indagaciones a través de preguntas realizadas a niñas, niños, educadores y auxiliares.
Para el grupo control fue determinada una muestra de niñas y niños que no presentaban el hábito de succión, seleccionada de forma aleatoria y casual (N=76).
Como criterios de exclusión se tuvieron en cuenta la presencia de problemas psíquicos y motores y el hecho de que los padres no estuvieran de acuerdo en participar en el estudio.
La recolección de datos se realizó en la planilla formulario confeccionada para ese fin, donde se consideraron las siguientes variables: edad, sexo, año de vida, círculo infantil, dirección postal, succión del dedo, y funcionamiento familiar. Para medir la percepción del funcionamiento familiar se aplicó la prueba denominada FF–SIL, de alta confiabilidad y validez según resultados de otros estudios. (13)
Los cuestionarios respondidos y el examen clínico se procesaron con el paquete estadístico SPSS, Versión 11.0 para Windows, los resultados se presentaron en tablas y gráficos para su mejor comprensión. Para evaluar la significación estadística de la dependencia de las variables se utilizó la prueba Chi cuadrado.
RESULTADOS
El hábito de succión del dedo predominó en las niñas. (Tabla 1)
Al analizar el año de vida con hábito de succión del dedo, no se obtuvo una relación significativa. (Tabla 2)
En toda la serie estudiada se encontraron 54 familias funcionales y 49 moderadamente funcionales. Esos dos grupos de familias acumularon el 90,4 % del total. (Tabla 3)
El mayor porcentaje de familias disfuncionales fue aportado por el grupo de los niños que sí tenían el hábito en cuestión (23 %). Al aplicar la prueba Chi–cuadrado, se observó que existía relación entre la variables hábito de succión del dedo y funcionamiento familiar, pues la significación obtenida es menor que el nivel de significación asumido (p=0,001). (Tabla 4)
DISCUSIÓN
El hábito de succión del dedo es frecuentemente abordado buscando su prevalencia en niños de edad preescolar y escolar, así como su relación en la aparición de malas oclusiones. En un estudio realizado por Berry, solo el 6 % de los bebés que se chupaban el dedo en el primer año de vida, siguieron teniendo el hábito después de cumplir un año de edad, y solo el 3 % continuaron después de los 2 años. Sin embargo, un estudio más reciente encontró que el 15 % de los niños de 4 años se chupaban el pulgar. Los niños que se siguen chupando el dedo después de los 4 años, a menudo han tenido en sus primeros años conflictos con uno de sus padres. La etiopatogenia del hábito de succión del pulgar no está bien definida. Los principales factores parecen ser los trastornos afectivos emocionales y la insuficiente lactancia materna en edad temprana. (6,14)
Como estudios similares al nuestro puede citarse el realizado en niños de 3-6 años en círculos infantiles, en Pinar del Río por Podadesa Valdés, (2003) el cual estudia la prevalencia de hábitos deformantes y anomalías dentomaxilofaciales. (15,16)
En relación a la distribución del hábito según el sexo, las niñas presentaban un porcentaje mayor que los niños, resultado que se asemeja al de un estudio realizado en nuestra provincia por Pentón García ; sin embargo, al relacionarla con el año de vida de los niños, no se encontraron diferencias significativas, ya que existía la misma cantidad de succionadores del pulgar en ambos años.
De los 114 niños estudiados, 54 procedían de familias funcionales (47,4 %) y 49 moderadamente funcionales (43,0 %). Esos dos grupos de familias representaron el 90,4 % del total, lo cual significa que la disfuncionalidad en sus dos acepciones (disfuncional y severamente disfuncional) se manifestó en un porcentaje muy bajo.
El estudio de la familia ha constituido un reto para el médico de la familia y objetivo de numerosos trabajos, no así por parte de los estomatólogos. Investigación de referencia obligada es Disfuncionalidad familiar y estrés, realizada por Aragón (1998), donde se evidencia la relación entre alteraciones patológicas y funcionamiento familiar.
Otros trabajos en la provincia de Cienfuegos han estudiado aspectos como la aparición de síntomas y enfermedades en los miembros de una familia, asociada a alteraciones del funcionamiento familiar, entre ellos los realizados en el municipio de Cienfuegos por García Ruiz y en Abreus, por García Rodríguez, respectivamente.
La mayor cantidad de niñas y niños con hábito de succión del dedo proceden de familias en las cuales no hay un funcionamiento familiar óptimo. Las familias disfuncionales y severamente disfuncionales son proporcionalmente mayores en el grupo de niñas y niños con dicho hábito por lo que se pudo apreciar que existe dependencia entre las variables succión del dedo y funcionamiento familiar. En tal sentido, en el tratamiento de este hábito se debe incorporar el análisis de la problemática familiar y ver al niño como portador de dicha problemática.
Para realizar un cuidado integral del ser humano se hace necesario tener presente su contexto, y entre ellos la familia como uno de sus componentes más relevantes. La familia como la unidad social primaria y universal, debe ocupar una posición central para la comprensión de la salud y la enfermedad, el diagnóstico y tratamiento. La familia transmite creencias, actitudes, comportamientos, hábitos que tienen gran importancia en la salud, constituyendo un grupo multiplicador de salud donde los padres actúan como agentes. El 60 % de lo que aprende un hombre en su vida lo aprende en el hogar, por lo que la atención estomatológica con énfasis en la familia constituye el paradigma de la promoción de salud.