INTRODUCCIÓN
La formación de un profesional activo, reflexivo y creativo es una aspiración social del modelo pedagógico cubano. Para lograrla se consideran varias dimensiones, entre ellas, la dimensión curricular, la relacionada con la extensión universitaria y la relacionada con actividades socio-políticas de la universidad.
Entre los aspectos que requieren de una transformación en la formación de los profesionales, se encuentran la formación de la independencia cognoscitiva como premisa indispensable para que estos puedan en su actitud laboral desarrollar al máximo el pensamiento creador. Deberán aportar iniciativas que contribuyan a buscar soluciones eficientes a los problemas profesionales de su vida social.1,2
El posgrado tiene sus antecedentes en los grados de doctor, máster o profesor, y los países de Alemania, Estados Unidos, Francia, Rusia e Inglaterra, poseen los cinco sistemas de posgrado principales o dominantes del siglo XX. Sin embargo, en América Latina es de aparición muy reciente, prácticamente desde hace solo medio siglo, y ha estado estimulado por los procesos de urbanización, industrialización y democratización. A este nivel de educación se le denomina avanzada o cuarto nivel de enseñanza, y reviste gran importancia puesto que, actualmente, en pleno siglo XXI con los avances científico-técnicos y la rápida obsolescencia de los conocimientos, se impone actualizar continuamente a los profesionales, para que enfrenten las demandas de la sociedad en los diferentes centros de producción, servicios y/o investigación, donde se desenvuelven.3,4
La especialización en las carreras médicas constituye una de las formas de la educación posgraduada. Se considera necesario buscar nuevas formas que contribuyan a mejorar el proceso docente educativo en este régimen, las cuales deben ser aplicables a todas las especialidades médicas, donde la educación en el trabajo constituya la forma organizativa fundamental y por tanto, la dirección y orientación de la autopreparación facilitará una mayor independencia cognoscitiva y, al mismo tiempo, deberá favorecer el desarrollo de este proceso.
DESARROLLO
La autopreparación de los alumnos es una actividad que debe ser bien organizada y ejecutada por el estudiante. Así se eliminan muchos esfuerzos inútiles, pérdida irreparable de tiempo y mucha preocupación perjudicial, que se produce cuando no está organizado el tiempo de estudio. Un elemento de primer orden a tener en cuenta para poder organizar la autopreparación, es saber de cuánto tiempo se dispone para vencer las tareas planteadas por las asignaturas.
En la organización de la autopreparación de los estudiantes, es necesario promover su independencia cognoscitiva. Para lograr la mayor efectividad del proceso docente, hay que cambiar el papel del maestro y del alumno, es decir, cambiar su rol de enseñar, a enseñar a pensar.
Según esté organizada y estructurada la autopreparación para desarrollar la actividad cognoscitiva de los estudiantes en el transcurso de su aprendizaje, así será el desarrollo alcanzado por ellos y su capacidad para resolver independientemente los problemas de su profesión.
La autopreparación del educando es la expresión esencial de la dirección organizacional del proceso docente educativo y debe propiciar en cada momento del aprendizaje la actividad cognoscitiva de forma independiente, lo que contribuye a que el estudiante aumente su independencia.5
En el régimen de especialización hay que integrar de forma armónica y sistemática las actividades en los tres componentes (académico, laboral e investigativo) y la autopreparación como vía fundamental para desarrollar la independencia profesional.
En la autopreparación, según plantea la literatura pedagógica, el estudiante considera las fuentes del contenido orientado, se prepara para cada forma organizativa y sus diferentes tipos, desarrolla habilidades profesionales, obtiene métodos de trabajo científicos, se prepara para el sistema de evaluación de las diferentes asignaturas. En cada una de las actividades que realiza el estudiante, siempre revelará el trabajo independiente como modo fundamental para vencer las dificultades planteadas, demostrándose así el papel que desempeña la autopreparación en la formación de las cualidades independientes cognoscitivas del estudiante.6-8
Escotet ha expresado: "La universidad debe ante todo, enseñar a pensar, ejercitar el sentido común y dar rienda suelta a la imaginación creadora”.9
El carácter activo del estudiante en contraposición a la pedagogía tradicional que se centra en el profesor, tiene una amplia repercusión en la formación del especialista en las carreras médicas, en las que el residente desarrolla una parte importante de su aprendizaje en los escenarios reales (instituciones asistenciales), donde guiado por el docente y su grupo de trabajo, comparte los roles de estudiante y gestor de salud simultáneamente. El residente participa en el proceso docente asistencial, insertado en un grupo de trabajo, lo que contribuye a la formación del futuro especialista; esto es la materialización del concepto introducido por Vigotsky, de zona de desarrollo próximo (ZDP) según la cual, hay una diferencia sustancial entre lo que el estudiante es capaz de aprender solo, y lo que puede aprender asistido por el profesor y su grupo de trabajo.10
La vía que se propone para la autopreparación del residente es la tarea docente. Esta propicia que dedique más tiempo a la actividad de estudio, posibilita la aplicación de los contenidos en la práctica, da a conocer los contenidos, brinda la posibilidad de buscar independientemente la información necesaria para vencer la contradicción fundamental del proceso, desarrolla la independencia cognoscitiva y contribuye a la integración de los componentes, académico, laboral e investigativo.11
La función fundamental del maestro es enseñar cómo se aprende, inculcar en los estudiantes los hábitos y habilidades para el trabajo independiente de manera que ellos se conviertan en agentes de su propio aprendizaje.
En Cuba, figuras como JA Caballero, Varela, JL Caballero, José Martí, EJ Varona, en el siglo XIX, y entre 1902 y 1958 A Aguayo, D González, D Escalona, L Martínez, R Guerra, entre otros, han valorado la importancia de la educación autónoma, donde la participación del estudiante debe tener un carácter activo. Más cercanos a nuestros días, han trabajado esta línea JM Lois, C Rojas, G Valdivia, J López, P Rico, A Labarrere, C Álvarez de Zayas, y en Cienfuegos, la Dra. M Iglesias, Dra. M Cáceres y el Dr. E Arteaga, entre otros.
La concepción de sistema de tareas como vía para la autopreparación, contribuye al cumplimiento de los diferentes niveles de asimilación de los contenidos en función de los objetivos. Los autores toman como referencia el algoritmo utilizado por Iglesias León en su tesis doctoral para estructurar el sistema de tareas. El objetivo general de la propuesta es contribuir a la planificación, organización, orientación, ejecución y control de la autopreparación en la enseñanza posgraduada de las carreras médicas. Se regirá y sustentará en los siguientes principios:
- Principio de la atención a la diversidad.
- Principio del incremento sistemático del grado de complejidad y de dificultad de las tareas.
- Principio del incremento sistemático de la actividad y la independencia durante el desarrollo de la actividad cognoscitiva.
- Principio de la integración de lo individual y colectivo durante la actividad cognoscitiva independiente.
- Principio de la vinculación de lo académico, lo laboral y lo investigativo.
Se muestra a continuación el esquema o algoritmo del sistema de tareas para la autopreparación del residente en las diferentes especialidades médicas (Cuadro 1), el que podrá ser adecuado a los programas analíticos correspondientes, incluso dirigirse a los objetivos y temas que se consideren fundamentales en cada especialidad, o a los identificados con mayores problemas de aprendizaje.
Las funciones que cumple este sistema de tareas son:
- Dar a conocer nuevos contenidos a los residentes.
- Fijar los conocimientos y consolidar y desarrollar habilidades para la utilización del contenido.
- Posibilitar que el residente dedique mayor tiempo al estudio.
- Favorecer la búsqueda independiente de la información necesaria para vencer la contradicción surgida en el proceso.
- Propiciar la aplicación de la teoría con la práctica.
- Garantizar la preparación del estudiante para nuevas tareas.
- Autoevaluar y evaluar la asimilación de los contenidos.
- Contribuir al desarrollo de la actividad cognoscitiva independiente.
- Integrar los componentes académico, laboral e investigativo.
CONCLUSIONES
El esquema para la autopreparación que se presenta, garantiza que el estudio deje de ser una serie de acciones particulares, poco concatenadas entre sí y con un bajo nivel de desarrollo e integración, para convertirse en una actividad con todos sus elementos y componentes, dotados de una secuencia lógica, y que garantizan que el residente se convierta propiamente en sujeto de la actividad, con pleno dominio de su regulación y control.
El sistema de tareas por temas se elabora al tomar como fundamento la actividad del residente y se estructura en acciones, operaciones y la evaluación de los conocimientos y habilidades en función de los objetivos del programa analítico de las especialidades. Se pueden establecer identificaciones de módulos que sean considerados de mayor importancia, o con mayores dificultades para el aprendizaje según su complejidad.
El sistema de tareas para la autopreparación de los residentes es un elemento importante dentro del proceso docente educativo, en tanto que se desarrolla en la dinámica e interrelación de las categorías y componentes de este, además de que sirve como herramienta de trabajo para el profesor.