INTRODUCCIÓN
La promoción de salud consiste en proporcionar a las comunidades los medios necesarios para mejorar su salud y ejercer un mayor control sobre esta.1
Uno de los aspectos a enfatizar en la promoción de salud es el autocuidado, conjunto de acciones y decisiones que toma una persona para mantener y mejorar su estado de salud, así como para prevenir, diagnosticar y atenuar el impacto negativo de la enfermedad.1
La educación para la salud como estrategia en la promoción de salud, se ha constituido en una forma de enseñanza, la cual pretende conducir al individuo y a la colectividad a un proceso de cambio de actitud y de conducta, que parte de la detección de sus necesidades e intenta redundar en el mejoramiento de las condiciones de salud del individuo y de su comunidad.1
La educación en salud de niños y niñas tiene ventajas adicionales, ya que además de desarrollar desde edades tempranas actitudes y prácticas favorables para el mantenimiento de su salud, constituye un buen camino para la educación familiar.2
El uso de juegos didácticos en estrategias educativas es eficaz y económico y el esfuerzo realizado implica el beneficio de muchas personas a la vez, las cuales crean o modifican actitudes favorables para el bienestar físico y mental,3 de ahí la motivación para aplicar un conjunto de acciones educativas. También la utilización de la Informática puede aportar mucho a la motivación del aprendizaje. Específicamente, los softwares educativos pueden ser de gran utilidad en determinados niveles de enseñanza.4
Buena parte del poblado Río Chico, Municipio Páez, Estado Bolivariano Miranda, carece del acceso a una adecuada atención estomatológica, lo que unido a la ausencia de programas preventivos, ha conducido a un deterioro del estado de salud bucal de sus habitantes, en particular de la población infantil. Ante la necesidad de contribuir a la educación para la salud bucal en los niños y maestros de la enseñanza primaria de esa comunidad, se realizó una investigación con el objetivo de evaluar la efectividad de un programa educativo sobre salud bucal para desarrollar cambios de actitud y hábitos bucales saludables, en niños de sexto grado y maestros de la Escuela Bolivariana Rafael Arévalo González.
MÉTODOS
Se realizó un estudio de intervención en la Escuela Bolivariana Rafael Arévalo González, de la Parroquia Río Chico, Municipio Páez, Estado Bolivariano Miranda, República Bolivariana de Venezuela, en el período comprendido de enero a septiembre de 2010.
Se trabajó con una muestra no probabilística de 80 niños de sexto grado, distribuidos en cuatro grupos de igual número. También fueron incluidos diez maestros: seis maestros de sexto grado, dos profesores de deporte de la misión deportiva cubana Barrio Adentro y dos profesoras de Computación.
Luego de coordinar con la dirección de la escuela y obtener su aprobación, se convocó un encuentro con padres y niños para explicar las características de la investigación, objetivos e importancia, motivándoles a participar en el proyecto, cumpliendo de esta manera con el aspecto bioético que debe respaldarlo. Se obtuvo así el consentimiento de todos y su disposición a colaborar en las actividades.
La ejecución de las actividades fue llevada a cabo por el estomatólogo autor de la investigación, con la ayuda de dos estomatólogos cubanos de la Misión Barrio Adentro, que laboraron en la misma parroquia y de diez maestros. La estrategia consideró los siguientes momentos:
- Diagnóstico de las necesidades de aprendizaje sobre Salud Bucal.
- Intervención: Aplicación del Programa Educativo sobre Salud Bucal.
- Evaluación de los resultados: 1) Comprensión de la teoría; 2) Desarrollo de hábitos de higiene.
Diagnóstico
Se aplicó una encuesta (Anexo 1) a los maestros y otra a los niños (Anexo 2), previamente validadas por criterio de expertos (psicólogos, epidemiólogos, metodólogos y estomatólogos dedicados a la atención infantil). En el caso de los maestros, permitió conocer las necesidades de aprendizaje, las cuales debían ser resueltas mediante el programa educativo encaminado a enriquecer sus conocimientos sobre salud bucal, con vistas a que fueran partícipes en la estrategia educativa aplicada a los niños. La valoración de los conocimientos sobre salud bucal se hizo al aplicar nuevamente la encuesta luego de hecha la capacitación.
En el caso de los niños, la encuesta estuvo encaminada a obtener información sobre las siguientes variables:
- Nivel de conocimiento sobre caries dental
- Nivel de conocimiento sobre cepillado y uso del hilo dental
- Nivel de conocimiento sobre enfermedad periodontal
- Nivel de conocimiento sobre hábitos perjudiciales
- Nivel de conocimiento sobre salud bucal
También se calculó el índice de higiene bucal de Love (IHB).5
Sobre esta base se diseñó un Programa Educativo nombrado Para una linda sonrisa, destinado a desarrollar conductas favorables a la salud bucal en los niños.
Intervención
La intervención propiamente dicha, consistió en la aplicación de un programa educativo mediante juegos didácticos y el software educativo Quiero sonreír.4 El objetivo principal fue desarrollar en el niño conocimientos, habilidades y hábitos para proteger su salud bucal y ejercer el autocuidado. Estuvo conformada por tres temas fundamentales: Cuido mi salud bucal, Viajemos por la boca y Cuando la boca no está bien. Estos fueron desarrollados mediante la consulta del software educativo Quiero sonreír situado en las computadoras de la escuela.
Evaluación
La evaluación de los resultados obtenidos luego de la intervención mediante la aplicación del programa educativo para la salud bucal, se desarrolló de diferentes formas: a través del desempeño de los niños durante la participación en los diferentes juegos didácticos, a través del módulo de comprobación del software educativo, en las actividades prácticas para mejorar el IHB y con la aplicación de la encuesta inicial una vez más. También el IHB fue calculado después de aplicar el programa.
A cada cuestionario de preguntas aplicadas a los niños y a maestros, se le estableció una clave de respuestas y de acuerdo con el resultado de su puntuación sobre la base de 10 puntos, se evaluó de: bien, regular y mal. Este valor se obtuvo del resultado de la sumatoria de las respuestas de cada pregunta.
El resultado del cuestionario se calificó de la siguiente forma:
- Bien: 7 – 10 (más del 70 %)
- Regular: 5 – 6 (de 51 % a 69 %)
- Mal: 1-4 (menos del 50 %)
También se evaluó el grado de satisfacción de los niños (dos grupos de diez niños cada uno) con respecto al programa, lo cual se desarrolló mediante el instrumento grupo focal.
Para el análisis e interpretación de los resultados, se empleó el análisis porcentual y se aplicaron pruebas estadísticas no paramétricas. Se aplicó la Prueba de Wilcoxon a muestras pareadas. Para determinar si existían diferencias significativas entre el estado inicial y final de los conocimientos, se aplicó el Test de Mc Nemar, fijando un margen de error en 0,05.
RESULTADOS
Con respecto a los conocimientos sobre caries dental, donde más deficiencias se encontraron fue en lo referente a los alimentos que favorecen la aparición de la caries, aspecto en el que se obtuvo una mejoría notable. (Tabla 1).
Antes de la intervención educativa, el 72,5 % de los niños fue calificado de mal en cuanto al conocimiento sobre la forma correcta del cepillado; luego de aplicado el programa, el 86,2 % se calificó de bien. (Tabla 2).
Analizando el aspecto sobre las causas de que enfermen las encías, se observó que el 70,0 % de los niños contestó mal antes de aplicado el programa educativo y luego de aplicado nuevamente el cuestionario, el 87,2 % respondió correctamente. (Tabla 3).
Antes de aplicado el programa educativo solo el 7,5 % de los niños conocía las causas que provocan las maloclusiones y luego de aplicado este, el 88,7 % las identificó correctamente. (Tabla 4).
En un primer momento el IHB se calificó de mal en la mayoría (73,7 %) de los niños, de regular en el 20,0 % de ellos, y de bien en el 6,3 %. Esto logró revertirse en buena medida, luego de aplicar el programa, mostrando diferencias estadísticamente significativas. (Tabla 5).
Se observaron diferencias moderadamente significativas (p=0,06) para las variables concepto de promoción y malos hábitos como causa de alteraciones, entre otras, al comparar los resultados antes y después de la intervención. En lo concerniente a las acciones estomatológicas, si deben ser curativas o preventivas y a la finalidad de la aplicación del flúor, se obtuvo una variación altamente significativa p=0.13. (Tabla 6).
De forma general, la evaluación del nivel de conocimientos de los niños fue satisfactoria, pues la categoría de bien se elevó del 28,7 % al 97,5 %, para una diferencia estadística altamente significativa. (Tabla 7).
Se elevó a la categoría de bien al 100 % de los maestros que participaron. (Tabla 8).
Al aplicar el instrumento grupo focal, la mayoría de los niños expresó que consideraban importante la salud bucal una vez que se les había instruido; del primer grupo, 7 manifestaron lo interesante de los temas con frases como “no sabía que la caries la causaban las bacterias”, “creía que los dientes de leche se podían extraer sin importancia”, “es importante no fumar ni comer muy caliente”; dos de los niños del segundo grupo expresaron que los dientes son muy importantes para el desarrollo del cuerpo y las relaciones entre las personas. En cuanto al análisis del software, todos manifestaron que les gustaba aprender a través de la computadora, porque podían ver figuras relacionadas con lo que aprendían y videos de cómo cepillarse, además de contestar preguntas acerca de lo aprendido.
DISCUSIÓN
En la literatura científica, tanto cubana como extranjera, pueden encontrarse muchas estrategias similares, con variaciones en cuanto a población y ubicación geográfica. La esencia suele ser siempre la misma: lograr cambios en el pensar y actuar de los sujetos, sobre la base de una concepción preventiva más que curativa de la estomatología. En el caso de esta investigación, los autores se han nutrido de experiencias precedentes, aunque también se incluyen nuevos elementos.
Al analizar los conocimientos de los niños acerca de algunos aspectos puntuales relacionados con la caries dental, se observaron cambios significativos al contrastar las respuestas antes y después de la intervención, los cuales denotaron el aprendizaje adquirido mediante los métodos empleados. Con respecto a esta variable otros autores cubanos han publicado similares resultados.4,6 De igual manera sucedió con los conocimientos sobre cepillado y uso del hilo dental, hábitos que el niño debe desarrollar de manera correcta para que el resultado sea efectivo. Específicamente el uso de hilo dental es un tema poco tratado, tal vez por ser un aspecto difícil de manejar, al ser más complicado para los niños el hecho de lograr acceder a zonas de difícil acceso y para cuya limpieza no basta con el cepillado.7
El conocimiento de los niños sobre la enfermedad periodontal, es ya un aspecto más complejo, al estar relacionado con los factores de riesgo y síntomas de esta enfermedad, es decir, supone un conocimiento más profundo y más difícil de encontrar en la mayoría de las personas; así, los niños se encuentran también desprovistos de esa información. Existe un estudio relacionado con esto de manera específica, cuyo propósito fue determinar la efectividad de un programa educativo sobre prevención de gingivitis asociada a placa bacteriana utilizando títeres como ayuda educativa, en 110 niños de cinco, seis y siete años de edad;8 dicho estudio mostró buenos resultados, al igual que el nuestro, pues fue posible constatar, por parte de los niños, el reconocimiento de los factores de riesgo y en especial de la placa dentobacteriana. También adquirieron nociones sobre las características de la encía enferma, lo que los pone en condiciones de detectar a tiempo estadios tempranos de la enfermedad periodontal, como la gingivitis.
También fueron analizados los hábitos perjudiciales que afectan el equilibrio del aparato estomatognático, en especial los que causan las maloclusiones y los que dañan los tejidos blandos. Para evitar las maloclusiones es necesario conocer las causas que las provocan, como son la pérdida prematura de los dientes temporales, el uso del tete o biberón, el hábito de succión digital y la respiración bucal. Estos contenidos también fueron transmitidos a los niños mediante las diferentes acciones didácticas desarrolladas, quedando así en condiciones de evitar algunas de estas deformidades del aparato estomatognático. También se trabajó con las causas que dañan los tejidos blandos de la cavidad bucal; luego de aplicada la estrategia los niños estuvieron en condiciones de reconocer como factores de riesgo asociados el hábito de fumar, el alcohol y los alimentos calientes. En un estudio similar, Fernández Martínez9 intervino en niños con hábitos deformantes y expuso resultados similares a los de este estudio.
Inicialmente, se observó que la mayoría de los niños presentó un IHB deficiente; una vez que se implementó el programa, los resultados se invirtieron para bien, similar a lo ocurrido en el estudio de García Álvarez4 al emplear técnicas afectivo-participativas con el mismo fin. Este factor es muy importante pues tanto la caries como otras enfermedades de la cavidad bucal, tienen como base una mala higiene bucal.
Durante la niñez debe guiarse adecuadamente el trabajo de educación para la salud, pues si se fomentan comportamientos positivos en esta etapa, no habrá que modificarlos en etapas posteriores de la vida, lo cual se convierte en un proceso más difícil y complejo; de aquí la importancia de aplicar programas educativos que se hagan extensivos a maestros, educadores en general. Los conocimientos de los maestros acerca de la salud bucal, evaluados antes y después de la intervención, muestran diferencias moderadamente significativas para las variables concepto de promoción, relación de hábitos y caries. En cuanto al concepto de promoción, muchos lo relacionaron antes de la intervención con los resultados numéricos obtenidos de las evaluaciones en sus clases, logrando después de la intervención resultados favorables. También mejoró la apreciación de los maestros respecto a la aplicación de la promoción de salud bucal en las escuelas, la correcta apreciación de la influencia negativa de los malos hábitos bucales y de la caries dental en los problemas de salud del niño. Otros estudios4,6 también han analizado este aspecto al examinar los conocimientos sobre salud bucal del personal docente, y han expuesto el bajo índice de información, evidenciado por las encuestas. Ello justifica que las estrategias de intervención educativa estén dirigidas también a los maestros.
De forma general, la evaluación del nivel de conocimientos de los niños después de aplicar el programa, fue satisfactoria, lo cual demuestra la efectividad de las acciones realizadas en esta investigación. Así mismo ocurrió en el caso de los maestros, lo cual reviste una gran importancia, pues son ellos junto con la familia los responsables de la educación y la formación integral de los pequeños. Otros autores4,10,11 también lograron elevar el nivel de conocimiento de los niños al realizar intervenciones educativas, con similares medios y técnicas de aprendizaje; lo mismo para el caso de maestros, cuidadores, padres,4,6,12 convertidos en algunos casos en promotores de salud, como en este estudio.
Puede concluirse que la intervención fue efectiva, ya que con la aplicación del programa educativo, los niños y maestros adquirieron nuevos conocimientos de salud bucal, referentes a alimentación adecuada, cepillado y uso del hilo dental, enfermedad de las encías, maloclusión y causas que dañan los tejidos bucales, poniéndolos en condiciones de realizar acciones de autocuidado y mantener así la salud bucal.