INTRODUCCIÓN
La adolescencia, considerada en nuestro país hasta los 20 años (1) y en otros como España, hasta los 25, (2) es una etapa crucial en la vida y el desarrollo humano, que trae aparejadas una serie de complicaciones para el individuo y para la Salud Pública, las cuales deben tomarse en cuenta a la hora de enfrentar los grandes retos que tiene ante sí la humanidad a comienzos de este siglo.
El actual incremento de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) es la mayor amenaza para la salud de los adolescentes; incluyendo el riesgo de infertilidad, cáncer y muerte. (1) Cada año 2 500 000 adolescentes en los EEUU contraen ITS. (3)
Se ha observado un aumento de la incidencia de las lesiones pre-malignas de cuello uterino en edades tempranas, debido, entre otras causas, al aumento de las ITS relacionadas con la etiología del cáncer cervical, fundamentalmente la infección por el Virus del Papiloma Humano (HPV). (4)
La asociación del HPV con el cáncer cervical y la enfermedad del tracto genital inferior, llevó a una nueva clasificación, Sistema Bethesda, que propuso el término: lesión intra-epitelial escamosa, dividida en lesión intra-epitelial escamosa de bajo grado y lesión intra-epitelial escamosa de alto grado. Esta última incluye la displasia moderada, displasia severa y carcinoma in situ. (5)
Por lo que esta se propone en esta investigación caracterizar las lesiones de alto grado en las adolescentes y mujeres jóvenes.
MÉTODO
Se realizo un estudio observacional, descriptivo, retrospectivo en 52 pacientes adolescentes con diagnostico de lesión de alto grado, según la clasificación de Bethesda, atendidas en la consulta de patología de cuello del Hospital Ginecobstétrico ¨Ramón González Coro¨ de La Habana de enero 2007 a diciembre 2008.
Se estudiaron las variables: edad, número de parejas sexuales, antecedentes de aborto, uso de anticonceptivos y tipo, antecedentes de ITS y método utilizado para el de diagnóstico de lesión de alto grado, tipo de diagnóstico.
Los datos se obtuvieron de las tarjetas de citología orgánica y de la microhistoria clínica perteneciente a la consulta de patología de cuello, se vertieron en una base de datos en Excel 2003 y se procesaron mediante el sistema estadístico para Windows, SPSS-11,5, mediante determinación de frecuencias absolutas y relativas como técnicas de estadística descriptiva.
Éticamente, los datos se obtuvieron solamente para esta investigación, sin divulgación de aspectos que permitieran la identificación de las pacientes.
RESULTADOS
De las 52 pacientes estudiadas, 41 (78,8 %) tenían entre 20 y 24 años de edad y 11 (22,1 %) de 15 a 19 años, no hubo pacientes menores de 15 años.
Se muestran algunos factores de riesgo presentes, todas las pacientes habían iniciado sus relaciones sexuales durante su vida adolescente, de ellas, 11 (21,1 %) antes de los 15 años y la mayoría, 34 (65,3 %) en la adolescencia intermedia. En cuanto al número de parejas sexuales, 36 (62,2 %), habían tenido 3 o más. Más de la mitad de las pacientes 27 (51,9 %), tenían antecedentes de interrupciones de embarazo, 67,3 % no usaban ningún método contraceptivo y solo 23,1 % utilizaban métodos de barrera. Es notorio que 48 (92,3 %) tenían diagnóstico de infección por HPV. (Tabla 1)
En relación a cómo se llegó al diagnostico de la lesión cervical de alto grado, en 41 pacientes (78,8 %) el diagnostico resulto por colposcopia, solo en 11 (21,2 %) lo fue por citología. El diagnóstico citológico al compararlo con el resultado de la biopsia coincidió en el 100 % para el NIC II (35 pacientes/67,3 %) y el NIC III (7/13,5 %) y en el 62,5 % para el CIS, pues de 8 (15,4 %) pacientes con diagnostico citológico de CIS, en 3 (5,7 %) se diagnosticó NIC III por biopsia. 2 casos con diagnóstico citológico de NIC I, resultaron ser NIC III por histología. (Tabla 2)
DISCUSIÓN
Se reconoce, que el cáncer de cuello uterino es una enfermedad que tiene su génesis en la infección por el HPV, y que la población de más alto riesgo de contagio son las adolescentes, pero la mayor incidencia se observa a los 20-24 años. (1) En la experiencia de Agramunt y col. (2) el 21,18 % de las adolescentes con patología cervical, tenían una lesión de alto grado.
La edad de la primera relación sexual es cada vez más temprana, varios estudios expresan que la mayoría de los casos con lesiones de alto grado iniciaron sus relaciones sexuales con 16 años o menos. (6) En Estados Unidos, las personas que comienzan sus relaciones sexuales temprano en la adolescencia, están en mayor riesgo de adquirir ITS. (7) La edad al primer coito o cohabitarquia precoz antes de los 18 años es uno de los cofactores importantes en la aparición del carcinoma del cuello. (8)
Se infiere, que a mayor cantidad de compañeros sexuales, mayor probabilidad de adquirir la infección por HPV, como ocurre en todas las ITS. El hombre, sobretodo el varón de riesgo, tiene un importante papel en la infección por el HPV y en la génesis del cáncer cérvico-uterino por la presencia de ADN viral en el pene o la uretra. (9) Massad y col. (10) hallaron en su investigación, que el antecedente de ≥ 5 parejas sexuales, fue un predictor significativo (p= 0,003) de diagnóstico de NIC II y III en mujeres jóvenes.
El hecho que el 67,3 % de las pacientes no usaran ningún método anticonceptivo y que solo el 23,1 % usaran métodos de barrera, habla de una conducta sexual de riesgo muy peligrosa en este grupo de edad. Los componentes inmunosupresores del líquido eyaculable, afectan las funciones de diferentes células del sistema inmune, que, en presencia de carcinógenos, puede constituir un cofactor que acelera o contribuye al desarrollo de neoplasias. (8)
La infección por HPV puede ser clínica, sub-clínica o latente. La infección asintomática es frecuente y usualmente auto-limitada, se estima que el 50 % de las personas sexualmente activas se infectan al menos una vez en la vida. La persistencia de cepas oncogénicas (16 y 18), es un factor de riesgo para el desarrollo de lesiones pre-cancerosas o cáncer. (11)
La correlación cito-histológica debe definirse como la revisión concomitante de los materiales citológico e histológico que se obtuvieron en un breve lapso de tiempo y del mismo sitio del paciente, permite una discrepancia diagnóstica de un grado si se utiliza la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). (12) No hay dudas que la correlación entre la citología orgánica del cérvix uterino, la colposcopia y el estudio histológico, brinda un buen índice de diagnóstico para la infección por HPV. Teóricamente, la correlación cito-histológica, se debería dar entre las lesiones intra-epiteliales de bajo grado y el NIC I y las lesiones de alto grado y el NIC II, NIC III y CIS. (2)
En coincidencia con nuestro estudio, Sarduy encontró una elevada correlación cito-histológica para el NIC II/III. Cuitiño y col. (12) también encontraron una correlación significativa entre el informe citológico para lesión intra-epitelial y el informe histopatológico de biopsia realizada bajo visión colposcópica o con asa electroquirúrgica. En el Instituto Nacional de Cancerología en México, la concordancia citohistológica en el año 2006, fue del 80,14 %. (13)