INTRODUCCIÓN
La adolescencia constituye un período de la vida donde ocurren con rapidez una serie de cambios anatómicos, fisiológicos, psicológicos, socioeconómicos y culturales, que inducen el inicio de una intensa sexualidad y de sentimientos relacionados, generadores de ansiedad, disgustos y rechazo por parte de los adultos, temor, culpa o vergüenza en los jóvenes, lo que dificulta la comunicación y el desarrollo de una sexualidad bien orientada, favoreciendo una actitud sexual temprana, embarazos no deseados, abortos, infecciones de transmisión sexual y cáncer ginecológico. (1, 2)
La Organización Mundial de Salud (OMS), fija sus límites entre los 10 y 19 años de edad y la define como el "período de la vida en el cual el individuo adquiere la capacidad reproductiva, transita los patrones psicológicos de la niñez a la adultez y consolida la independencia socio – económica". (2)
El embarazo en la adolescencia, que se asocia a mayores riesgos médicos, problemas psicológicos y desventajas sociales, va más allá de un problema estrictamente fisiológico o meramente social, sino que es producto de múltiples interrelaciones, de estos y otros factores; obedece al funcionamiento mismo de la sociedad. (3)
A pesar de la disponibilidad de variados métodos contraceptivos para el control de la natalidad, muchas adolescentes quedan embarazadas sin haber usado nunca algún anticonceptivo, en general, las adolescentes viven el presente, tienen baja percepción del riesgo que conlleva mantener relaciones sexuales sin protección, para el tema que nos ocupa, el embarazo, y en ocasiones este puede verse como una manera de alcanzar la independencia deseada. (4)
En distintas investigaciones se ha demostrado además, el desconocimiento en la población adolescente de los riesgos que implica un embarazo temprano, pues su actividad sexual no va aparejada con información y educación oportuna en temas de sexualidad y salud reproductiva. (5)
Con el objetivo de identificar la percepción de riesgo en embarazadas adolescentes del policlínico “Rafael Valdés”, se realiza el presente estudio.
MÉTODO
Se realizó un estudio descriptivo, prospectivo de todas las embarazadas adolescentes en el área de salud del Policlínico “Rafael Valdés”, del municipio Cotorro de La Habana, en el período del 1ro de enero al el 31 de diciembre del 2009. La muestra quedó constituida por 79 gestantes adolescentes, que representó el 44,38 % de las embarazadas adolescentes del municipio y el 17,75 % del total de embarazadas.
Las variables del estudio fueron: edad, nivel de escolaridad, estado de los estudios, edad al inicio de las relaciones coitales y estado civil, las cuales se tomaron por entrevista directa junto a una encuesta para valorar la percepción de riesgo del grupo.
Las gestantes se clasificaron en dos grupos, de 10 - 14 y de 15 - 19 años. A todas se les solicitó el consentimiento informado para participar en la investigación. Los datos se almacenaron y procesaron a través de Excel 2007, utilizando como medidas de la estadística descriptiva la frecuencia absoluta y porcentual.
RESULTADOS
De las 79 embarazadas adolescentes durante el año 2009, el mayor grupo se encontraba entre 15-19 años de edad, 71 (89,9 %). El 92,9 %, cursaban el nivel escolar secundario o pre-universitario. En cuanto al estado civil, 54,4% mantenían una relación de pareja inestable y 37,1% eran madres solteras. El inicio de la actividad coital fue a partir de los 15 años en el 74,7 % de las pacientes y en el 3,8 % fue tan precoz como antes de los 12 años. Se muestra que prácticamente la mitad de las adolescentes 39 (49,4%), habían abandonado los estudios y se encontraban como amas de casa, fundamentalmente en el grupo de 15-19 años y 10 (12,6%) habían comenzado su vida laboral tempranamente. (Tabla 1).
En la precepción de riesgo, se encontró que la respuesta fue afirmativa en un elevado porcentaje de las gestantes, en las preguntas relacionadas con conocimientos de anticoncepción y sexualidad (96,2 % cada uno) y riesgos del embarazo precoz (88,6 %), además se evaluó que la mayoría de las adolescentes (98,7 %) tuvieron apoyo de la familia y la captación del embarazo fue precoz (83,5 %). Sin embargo, al preguntarles la razón de continuar el embarazo, el porcentaje de respuestas tales como: deseaba tener el hijo, tenerlo porque me embaracé, temor al legrado, y otras, no se correspondieron con el grado de conocimientos expresado. (Tabla 2).
DISCUSIÓN
Los resultados de este estudio, no se apartan de lo encontrado por otros autores, en lo referente a la edad de inicio de las relaciones coitales, que según investigadores cubanos oscila entre 12-17 años (6) y en otra poblaciones se reporta después de los 15 años. (3, 7, 8) La intensidad con que irrumpe la sexualidad en la adolescencia, unido a conocimientos poco profundos, no permite la diferenciación entre coito y relación sexual, como un conjunto armónico de factores, de los cuales forma parte el coito.
La adolescencia es una fase indudablemente difícil, de gran vulnerabilidad, esto explica la incongruencia entre los conocimientos referidos sobre anticoncepción y sexualidad y las respuestas dadas al preguntar por qué se continuó con el embarazo.
Múltiples investigaciones incluyen encuestas a las adolescentes, embarazadas o no, para identificar los factores relacionados con la gestación precoz, (3, 5, 7) Soto Martínez y col. (9) encontraron significativo, el desconocimiento de los días fértiles del ciclo, la edad óptima para el embarazo y de las complicaciones de este, así como considerar el aborto como método anticonceptivo.
En este estudio, las adolescentes refirieron tener conocimientos sobre anticoncepción, sexualidad y riesgos del embarazo, este último, así como el apoyo familiar mayoritario, debe haber influido en que en el 83,5 % de ellas la captación del embarazo fuera precoz. No obstante las respuestas dadas a la pregunta de el por qué continuaron la gestación, en un porcentaje no despreciable de las adolescentes, denota inmadurez y poca consolidación de los conocimientos antes referidos.
Las consecuencias psicosociales negativas del embarazo en adolescentes son mayores que los efectos biológicos, tomando en consideración que la adecuada atención prenatal, puede minimizar los resultados maternos y perinatales desfavorables. (10) Es contraproducente, que las adolescentes, con las extensas posibilidades de superación y ampliación de sus proyectos de vida, expresen la necesidad de tener un hijo y mucho menos que utilicen el embarazo como una vía para escapar del medio familiar y lograr una falsa independencia.
La deserción escolar, la limitación de sus aspiraciones al cuidado del hijo, la posibilidad remota de seguir estudiando, con un futuro de vida restringido, es el cuadro que deberán afrontar la mayoría de las madres adolescentes. Nos corresponde a nosotros, de forma sencilla y sistemática, desarrollar un proceso de educación y orientación, que pueda prepararlos para gozar de una sexualidad plena, responsable y participativa en relación a los aspectos de la salud reproductiva.