INTRODUCCIÓN
En la antigüedad, el embarazo y la lactancia estaban vedados en mujeres cardiópatas, lo cual se evidencia en la siguiente cita: “En caso de enfermedad del corazón sería preferible que la mujer no se case, que si se casa que no sea madre, que si lo ha sido imprudentemente una o dos veces, no lo sea en adelante, que en caso de parto feliz se guarde amamantar a su hijo.” (1)
Durante el embarazo se incrementa la morbimortalidad materna y fetal, dada por las complicaciones propias de su patología de base entre las que se encuentran: edema agudo del pulmón, fenómenos tromboembólicos, insuficiencia cardiaca, arritmias, así como partos pretérminos y complicaciones fetales propias de la prematuridad, restricción del crecimiento intrauterino, cardiopatías fetales, entre otras, de ahí la necesidad del trabajo en conjunto de obstetras, cardiólogos e intensivistas. (2- 6)
Las cardiopatías más graves conllevan una elevada incidencia de aborto espontáneo, y en las cardiopatías congénitas debe valorarse el riesgo asociado de herencia. La intervención médica debe iniciarse precozmente, antes de la concepción, y se debe incluir la información respecto a las posibles repercusiones sobre la salud materna y fetal. (7)
Con el propósito de detallar los resultados perinatales obtenidos a partir de la aplicación de un nuevo protocolo de trabajo constituido por un grupo multidisciplinario de especialistas, en el Servicio de Cardiopatía y Embarazo del Hospital Docente Ginecobstétrico “Ramón González Coro”, se realiza el presente trabajo.
MÉTODO
Se realizó un estudio observacional, descriptivo y retrospectivo con algunos elementos analíticos, en el que se analizaron algunos factores perinatológicos asociados a las gestantes cardiópatas que se atendieron en el Servicio de Cardiopatía y Embarazo del Hospital “Ramón González Coro” en el período comprendido entre el 2000 al 2009.
La muestra quedó constituida por las 472 gestantes con cardiopatía diagnosticada previamente o durante el embarazo, las cuales fueron encuestadas por un equipo multidisciplinario integrado por obstetras, cardiólogos y otros especialistas según requerimientos. En todas las pacientes se aplicó el protocolo establecido, que incluía: examen físico general, que buscaba especialmente signos y síntomas de descompensación cardiaca que llevaran a reclasificarlas desde el punto de vista funcional y desde el punto de vista obstétrico ingreso a las 39 semanas o antes si aparecía complicación con discusión individualizada de la vía del parto.
Las variables estudiadas fueron: complicaciones obstétricas, modo de terminación del embarazo, indicación de la cesárea, edad gestacional al parto, complicación neonatal, se obtuvieron de las historias clínicas, se introdujeron en una base de datos en Excel 2003 y se procesaron mediante el sistema estadístico SPSS- 11,5, utilizando frecuencias absolutas y relativas.
RESULTADOS
Se encontró que de los 472 casos estudiados, solo 51 (10,8 %) presentó alguna complicación obstétrica, las principales fueron: diabetes mellitus con 18 casos para un 35,3 %, seguido de las complicaciones puerperales con 11 casos (21,6 %), retardo del crecimiento intrauterino 7 casos (13,7 %) y la anemia en 5 pacientes para el 9,8 %. Es de señalar además que en 3 (5,9 %) casos, se presentó muerte fetal intrauterina (óbito fetal). (Tabla 1).
Se muestra, que en 85 pacientes (18 %), se interrumpió la gestación mediante legrado instrumental, debido a una clasificación funcional IV o contraindicación para continuar la gestación, 242 (51,3 %) casos, tuvieron parto eutócico y 146 (30,9 %) pacientes terminaron su gestación mediante la operación cesárea, siendo la causa mas frecuente el antecedente de cesárea anterior en 42 (28,8 %) casos, las complicaciones cardiovasculares como causa de cesárea, se presentó en 25 (17,1 %) parturientas, el resto, por otras indicaciones obstétricas. En 33 (7 %) pacientes, el parto fue inducido con oxitocina y en 6 (1,3 %) se administró esta para conducir el trabajo de parto. Solo 17 casos para el 3,6 % presentaron complicaciones neonatales, de ellas, la prematuridad, el Apgar bajo al nacer y el íctero neonatal, se presentaron en igual número de casos, 4 (23,5 %) el bajo peso se presentó en 3 (17,5 %) y se diagnosticó cardiopatía congénita en 1 caso para el 5,9 %. (Tabla 2).
DISCUSIÓN
Diversos autores han señalado que la asociación entre las cardiopatías y las complicaciones del embarazo tales como: la toxemia de la gestación, las infecciones, así como los procesos hemorrágicos pueden y en muchas ocasiones ensombrecen el pronóstico materno fetal y eventualmente pueden ser causa de muerte. (3) La mayoría de las pacientes cardiópatas no tienen problemas para llegar al término del embarazo, sin embargo, en pacientes con un grado funcional elevado, con severo compromiso de la función cardiaca, las portadoras de hipertensión pulmonar de cualquier origen, las cardiopatías congénitas con cianosis, el síndrome de Marfan, las lesiones obstructivas izquierdas severas, las portadoras de válvulas cardiacas artificiales y las pacientes con antecedentes de miocardiopatías asociadas al embarazo, son pacientes cardiópatas en las cuales se debe de desaconsejar el embarazo o, en caso de producirse debe recomendarse la interrupción de este. (7, 8)
La reducción significativa de la cardiopatía reumática y el progreso de la cirugía cardiovascular han permitido que la asociación de cardiopatía y embarazo, independientemente del alto riesgo que esta conlleva tanto para la madre como para el feto, con un adecuado manejo obstétrico, se puedan obtener buenos resultados perinatales. (9)
El empleo de oxitocina no está contraindicado en pacientes cardiópatas si, como en todo embarazo, es aconsejable que su uso tenga una indicación precisa. Durante el embarazo de la paciente cardiópata existe un incremento de la morbimortalidad materna y fetal dada por los partos pre-términos y las complicaciones fetales propias de la prematuridad: la restricción del crecimiento intrauterino, las cardiopatías fetales, entre otras, las cuales plantean de por sí la urgente necesidad del trabajo conjunto entre obstetras, cardiólogos e intensivistas si se quiere obtener mejores resultados. (2, 10)
La atención multidisciplinaria, fue el pilar del protocolo establecido en el seguimiento de las gestantes cardiópatas y el eslabón fundamental, para la obtención de los resultados perinatales que se exhiben