INTRODUCCIÓN
Considerando que la educación sobre alimentación y nutrición es uno de los factores determinantes del nivel de nutrición de una población, la Conferencia Internacional sobre Nutrición, en 1992, recomendó trazar estrategias para que todos los países elaboraran e implementaran las guías de alimentación, con el objetivo de contribuir a la promoción de salud y prevención de las enfermedades relacionadas con la dieta. (1)
Los cambios desfavorables en el patrón de consumo de los alimentos pueden ocasionar un deterioro en la calidad de la dieta y, por tanto, de la salud. De esta forma, la combinación de los alimentos puede conducir a dietas adecuadas o no, ya que los nutrientes normalmente no se presentan aislados, por lo que examinar los patrones de consumo alimentario está cobrando cada vez mayor importancia, principalmente en las poblaciones jóvenes, donde se conforman los rasgos principales del aprendizaje y el comportamiento. La prevención de hábitos poco saludables tiene un papel preponderante en el desarrollo de futuras enfermedades. (2)
Existe un movimiento mundial para la promoción de la salud en el escolar y se considera que las escuelas no deben ser solamente centros de aprendizaje, sino promotoras del desarrollo saludable de niños y adolescentes.
La alimentación y nutrición en la adolescencia tienen características especiales ya que en esta etapa las necesidades nutricionales son mayores, no solo por el rápido proceso de crecimiento, maduración y desarrollo sexual que se produce, sino también por el aumento de la actividad física que realizan en tareas docentes, productivas, deportivas y recreativas. Además, se producen cambios importantes en el comportamiento alimentario lo que hace que sean frecuentes los trastornos nutricionales y la carencia de nutrientes específicos como hierro, proteínas y vitaminas que pueden llevar a carencias marginales o trastornos por deficiencias de estos, lo cual afecta su calidad de vida ya que limitan la capacidad física, imagen corporal y una plena integración social. (3)
Dentro de los factores que caracterizan el comportamiento alimentario de adolescentes se señala la omisión de comidas, consumo de confituras y alimentos dulces, ingestión de alimentos de preparación rápida, consumo de alimentos no convencionales, inicio del hábito de consumir bebidas alcohólicas, consumo excesivo de bebidas gaseosas y otros refrescos, preferencia o aversión por determinados alimentos, consumo de cantidades altas de alimentos energéticos, consumo inadecuado de algunos nutrientes y práctica de dietas.
Los mensajes destinados a la educación alimentaria y nutricional de los adolescentes deben reflejar la importancia de una alimentación y nutrición adecuadas para lograr una vida saludable que esté en armonía y correspondencia con sus características biológicas, psicológicas y sociales, considerando en ello, también, gustos, preferencias, acceso y disponibilidad de estos alimentos. Y dirigirlos además a familias, escuelas, centros deportivos y recreativos.
Por tales razones se realizó esta investigación con el objetivo de determinar los patrones alimentarios de alumnos de octavo grado y su repercusión en la adecuación dietética.
MÉTODOS
Estudio descriptivo, de corte transversal realizado en la ESBU 5 de Septiembre de Cienfuegos, cuyo universo de trabajo fueron los 121 alumnos de 8vo grado de dicha escuela, de los que se escogieron, mediante muestreo simple aleatorio, 59 estudiantes.
Para la recolección del dato primario se creó un cuestionario que abarca preguntas de conducta alimentaria y se aplicó la encuesta nacional alimentaria de recordatorio de 24 horas elaborada por el Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos.(2)
La encuesta según el método de recordatorio de 24 horas permitió compilar datos tales como: edad, sexo, descripción y código de los alimentos ingeridos y el peso en gramos de la unidad consumida.
Se registraron todos los alimentos ingeridos durante el día anterior, especificando el tipo de alimento. Las cantidades que informó cada alumno se expresaron en medidas caseras o comunes (unidad de medida) empleándose como referencias utensilios domésticos, formas geométricas y modelos de porciones de alimentos. Se registró la cantidad de unidades de medidas consumidas y su peso en gramo, auxiliados por las tablas de composición de alimentos. (4)
Estas encuestas de recordatorio de 24 horas se utilizaron para determinar los porcentajes de adecuación dietética según el sistema automatizado CERES+. Se consideró como alimentación adecuada aquella capaz de satisfacer más del 90 % de las recomendaciones de energía y nutrientes; deficitaria: la que no cubrió el 90 % de lo recomendado y punto crítico las que no llegaron a alcanzar el 70 %.
Se procesó la información utilizándose el programa estadístico SPSS. 10 para Windows, así como el sistema automatizado CERES+, como medida de tendencia central se utilizó la media y desviación estándar.
Los resultados se expresan en tablas mediante números absolutos y porcentaje.
RESULTADOS
Al realizar el análisis de los factores que caracterizan el comportamiento alimentario se comprobó que lo más referido es el consumo de refresco en el 94,91 %, seguido por la ingestión de dulces y confituras en el 67,79 %. (Tabla 1).
El 47,45 % de los adolescentes refirieron comer la piel de las aves, el 50,84 % come el pepino con cáscara, el 49,15 % refieren que no comen pimiento y el 42,37 no come zanahoria; las frutas naturales son comidas por un 40,67 %. (Tabla 2).
Al analizar el momento del día en que ingieren mayor cantidad de alimentos y su preferencia se comprobó que el 79,66 % de los adolescentes comen la mayor cantidad de alimentos en el horario de la comida y el 33, 89 % prefiere comer mayor cantidad. (Tabla 3).
El mayor número de alumnos ingirió menos del 70 % de las recomendaciones alimentarias para la energía, proteínas y hierro (64,40 %; 61, 01% y 89, 83 % respectivamente), solo recibieron un aporte adecuado de hierro el 3, 38 % de los adolescentes. El promedio de proteínas ingeridas fue de 46,31 g; el 46,29 % de proteína animal y el 53, 68 % de proteína vegetal. (Tabla 4).
En cuanto al por ciento de energía que aporta cada grupo de alimento a la energía total que recibe el alumno en el día, se observó que el 59, 32 % de los alumnos recibieron menos de un 13 % de su energía de las proteínas, igual por ciento recibió menos del 28 % de la energía de las grasas, mientras que el 49, 15 % de los adolescente recibieron más del 60 % de la energía total de los carbohidratos. (Tabla 5).
DISCUSIÓN
Para poder mejorar el estado actual de las enfermedades crónicas degenerativas se debe tener presente el papel que desempeña una alimentación sana, equilibrada, completa y variada desde las primeras etapas de la vida. (5)
La ingestión de alimentos en los cuales se encuentran como integrantes los azúcares y en ocasiones las grasas (refrescos, dulces y confituras) está desplazando el consumo de carbohidratos complejos, ricos en fibra dietética (cereales, leguminosas, frutas y vegetales frescos) lo que puede precipitar las “enfermedades de la civilización”. (1)
Los alimentos fritos producen compuestos de alto poder mutagénico y constituyen un factor de riesgo en la aparición de procesos tumorales gastrointestinales. (1)
Nuestros resultados coinciden con los encontrados por Abreu, (3) del Rea, (6) Gamboa, (7) y Rodríguez (8) quienes señalan altos consumos de refrescos y dulces.
Las frutas y vegetales aportan gran cantidad de carbohidratos a la dieta, además de fibra, minerales y vitaminas por eso la importancia de su ingestión. Aunque la fibra no tiene valor nutritivo, contribuye a la asimilación de los alimentos, a mantener un buen funcionamiento gastrointestinal y previene afecciones como el cáncer de colon, la diverticulitis, la constipación y la aterosclerosis. (1)
El pepino se debe consumir con su cáscara, pues de esta forma ingerimos una mayor cantidad de vitaminas y el pimiento crudo contiene el doble de vitamina C que el cocido ya que el calor hace inestable a dicha vitamina y al ácido fólico. (1)
Los resultados de esta investigación, en lo que se refiere a la ingestión de frutas y vegetales coinciden con los obtenidos por Gamboa (7) y del Rea (6) quienes señalan una baja ingesta de frutas y vegetales.
Se deben eliminar las partes grasas de las carnes y la piel de las aves pues contienen altos niveles de colesterol y este es uno de los factores de riesgo en la enfermedad coronaria.
La ingestión elevada de sal es una de las exposiciones más prevenibles que causa un desfavorable patrón de hipertensión arterial en la población y constituye un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.
Para la mayoría de nuestra población el horario de la comida es en el que se come la mayor cantidad y los mejores alimentos, pero lo recomendado es que la tercera parte de la energía del día debe ser ingerida en el desayuno y la merienda de la mañana, igual debe suceder con los macro nutrientes, las vitaminas y los minerales. (9)
Nuestros resultados coinciden con los obtenidos por Mispireta, (10) y Torres (11) quienes encontraron que la mayor cantidad de alimentos se comían en el horario de la comida.
Una ingestión poco frecuente de comidas durante el día puede conducir al sobrepeso y a la obesidad por una sobrecarga de energía en el horario de la comida, un incremento de la actividad de las enzimas pancreáticas y de la mucosa intestinal, agrandamiento del estómago y elevación de la absorción hasta 40 %. Se ha demostrado una disminución de la capacidad de trabajo a medida que transcurre el día si no se reciben alimentos.
Las grasas son útiles en la dieta por su gran densidad energética y aporte de ácidos grasos esenciales, participan en la síntesis de prostaglandinas, prostaciclina, y en el transporte de las vitaminas liposolubles. Se sugiere mantener en la alimentación una distribución a partes iguales de ácidos grasos saturados, monoinsaturados y poliinsaturados, lo que se logra con una ingestión de por lo menos el 50 % de grasas de origen vegetal. (1)
Los resultados de este estudio coinciden con los encontrados por Torres (11) quien señala que el 54 % de los niños presentaron inadecuación calórica y de proteínas. No coinciden con del Rea, (6) quien señala un consumo de energía y nutrientes adecuados.
El déficit de hierro es considerado como la carencia nutricional que afecta a más personas en el mundo y se plantea por múltiples autores que la ingestión de hierro es inferior a las recomendaciones, aunque no con valores tan bajos como los observados en esta investigación. (1, 3, 12)