INTRODUCCIÓN
La formación docente, ha suscitado una gran cantidad de artículos en la literatura profesional que ha permeado la Educación Médica. En los últimos años aparecen referencias sobre qué es o qué podría ser la formación docente y hasta el presente, la mayoría de las cosas están dichas y carece de sentido continuar incrementando el número de textos que tratan sobre el tema, salvo, claro está, que se quiera decir algo diferente o complementario a lo ya dicho. En este sentido, se asume una posición que invita a un ejercicio de estudio y de reflexión en el que, en lugar de predominar la copia de lo que se ha dicho, abunde la narración construida desde el interior del propio contexto de la salud pública cubana, la voz de una Educación Médica que aspira a hacer uso de la Formación Docente como recurso para la integración docente asistencial e investigativa.
El carácter universitario de una institución de salud demanda la necesidad de un trabajo conjunto entre las unidades asistenciales y la Universidad Médica. En la actualidad se cuenta en los centros de salud con excelentes profesionales que tienen conocimientos teóricos y prácticos avanzados en su especialidad, sin embargo, estos profesionales pueden no ser de forma natural buenos transmisores de conocimientos: la docencia, la capacidad de enseñar, es una profesión en sí misma que también requiere formación y entrenamiento.(1)
El objetivo de este trabajo es fundamentar las potencialidades que posee la formación docente de los profesionales de las Ciencias de la Salud para lograr esta integración y hacer un llamado para que acentúen en ellos una base científica de producción de conocimientos pedagógicos, que permitirá el vínculo de su práctica asistencial con la docente y la investigativa.
DESARROLLO
En el mundo actual, para responder a los cambios en curso, la Educación Superior tiene la necesidad de organizar la formación, adiestramiento y capacitación de los profesores. El profesor es uno de los componentes esenciales del proceso docente educativo y en quien descansa la máxima responsabilidad de desarrollo integral de los estudiantes. Él es el recurso humano más importante, quien hace posible la misión de las Universidades. (2)
Cuando se pretende analizar qué es o qué debe ser un profesor de las Ciencias Médicas en las actuales condiciones de la universidad, se presentan diversas aristas. Desde la sociología, podríamos discutir acerca del modelo de profesional que encarna el profesor universitario, de sus rasgos específicos y de sus particulares dificultades para configurarse como tal. Desde la didáctica, la formación docente aparecería como un proceso permanentemente abierto que lleva a la transformación de la práctica docente y, con ello, a una dinámica de cambio en la propia Universidad Médica. (3)
La formación docente debe ser vista como un atributo inherente al ejercicio profesional en las Ciencias de la Salud. Por lo tanto, es necesario contar, entre otras alternativas, con programas de formación que acentúen en los profesionales una base científica de producción de conocimientos pedagógicos, lo cual solamente se logrará a través de la vinculación estrecha de su práctica asistencial con la docente y la investigativa.
Hoy en día la sociedad demanda nuevos encargos que configuran el rol docente del profesional en las Ciencias de la Salud. El profesor deja de ser la única o primordial fuente de información para convertirse en: especialista en diagnóstico del aprendizaje, facilitador del aprendizaje, clasificador de valores y promotor de relaciones humanas. (4)
En la mayoría de los profesionales vinculados con la docencia en las Ciencias de la Salud se ha socializado una concepción profesional centrada en el dominio de los conocimientos de su especialidad. A través de sus distintas experiencias en la práctica asistencial perciben que ser profesor es dominar un conocimiento de alto nivel relacionado con su especialidad y que la posesión de esos conocimientos es el requisito esencial y único para enseñar. (5)
En la formación docente de los profesionales en las Ciencias de la Salud, habría que distinguir, entre su actualización constante sobre los adelantos de la disciplina que imparte y su actualización didáctica. Si bien los profesionales manifiestan interés en participar en procesos de formación pedagógica, en la práctica no se hace efectivo y no se manifiesta la voluntad de llevar aparejada la formación sobre la disciplina y la didáctica de esta, de manera que en la enseñanza de la disciplina esté presente la lógica de la actividad asistencial, la cual posibilita que se asimilen los contenidos de su especialidad, estos contenidos se constituyen, no a partir del estado del enfermo, para luego derivar reglas para su atención y cuidado, sino del análisis y el cuestionamiento de las teorías de referencias.
Desde nuestro punto de vista, la formación docente de los profesionales en las Ciencias de la Salud debe lograr que el profesor posea los conocimientos, habilidades y valores que le permitan llevar a cabo la docencia de forma eficaz desde la propia actividad asistencial, que analice sus propias características personales y cómo estas pueden repercutir en el proceso de enseñanza y que adquiera estrategias reflexivas que le permitan analizar su modo de actuación docente y tomar decisiones encaminadas a un continuo perfeccionamiento de su práctica docente asistencial e investigativa.
No hay lugar a dudas, que la docencia va más allá de la simple transmisión de conocimientos, por lo tanto, es una actividad compleja que requiere, para su ejercicio, de la comprensión del fenómeno educativo. De tal manera, cualquier persona que conoce un tema, que lo domina, puede enseñarlo, pero esto no significa que pueda ser un profesor. De ahí que el solo dominio de una disciplina, no aporta los elementos para el desempeño de la docencia en forma profesional, es necesario hacer énfasis en los aspectos metodológicos y prácticos de su enseñanza, así como en los sociales y psicológicos que van a determinar las características de los grupos en los cuales se va a ejercer su profesión y que además, son quienes garantizan que ese proceso de enseñanza está siendo de calidad en cobertura plena de sus funciones educativas. (6)
Los profesionales en las Ciencias de la Salud deben integrar la teoría y la práctica en su modo de actuación profesional. La teoría debe servir para adecuar, comprobar, transformar la práctica, en interrelación dialéctica, creadora de una nueva práctica, que recurre a la dimensión teórica del conocimiento como base de la acción. Este referente constituye el sustento metodológico de la integración asistencia, docencia e investigación donde se debe establecer una relación de potenciación mutua, pensando que estas dimensiones resultan favorecidas en su interrelación.
Es necesario destacar que los centros de salud que aspiren a la excelencia deben ir asociados a la docencia universitaria. Las instituciones sanitarias y educativas deben responder a este reto y sus profesionales han de aprender a lo largo de la vida. No se puede desaprovechar la experiencia e inversión en tecnología que supone un hospital, porque la docencia supone en sí misma un elemento valioso que hace que el hospital mejore su actividad elevando la calidad asistencial que se le exige para su funcionamiento. (7)
Este referente parece alertar acerca de los elementos que distinguen a una institución asistencial universitaria, donde se destaca el vínculo y el compromiso que dicha institución adquiere con las funciones esenciales de la Universidad.
Conclusiones
En el ámbito asistencial, la necesidad de formación docente de los profesionales que allí laboran es poco conocida y, por qué no decirlo, poco reconocida. Quizás la razón sea que, aun al existir un cuerpo de conocimientos pedagógicos, falta un esfuerzo para vertebrar todo ese acumulo, y hacer llegar un mensaje claro sobre lo que la formación docente de los profesionales puede aportar a la asistencia médica.
Se pone de manifiesto que la formación docente de los profesionales en las Ciencias de la Salud se presenta como un recurso viable y necesario para lograr la integración docencia, asistencia e investigación.