INTRODUCCIÓN
Cada vez, es más claro que las competencias informacionales son el fundamento de una vida efectiva y productiva en la era de la información. Estas competencias son el conjunto de conocimientos, capacidades (condiciones naturales) y habilidades necesarias para la interacción con la información y la potenciación de ellas, tributan a aprender a aprender como filosofía, al pensamiento crítico como estrategia de aprendizaje. Por tanto, se maneja la alfabetización informacional como una modalidad de proceso formativo.
Desde el contexto filosófico se pone de manifiesto el desarrollo material de la sociedad con influencia en la base económica y tecnológica. Podría decirse que al desarrollar la alfabetización informacional para facilitar el alcance de habilidades y competencias informacionales necesarias en estudiantes, se están sentando las bases para una cultura informacional.
Es propósito de este trabajo analizar la traducción del artículo “Understanding Information Literacy”, de Barbara Humes (1) y llamar a la reflexión del profesor universitario sobre la necesidad de la alfabetización informacional, como línea de desarrollo determinante en el espacio de la Educación Superior de las Ciencias Médicas, por lo que cabría preguntar al claustro de profesores:
• ¿Se está preparando a estudiantes y profesores para un uso intensivo y eficiente de la información que posibilite el uso de las tecnologías disponibles?
• ¿Qué debe hacer un estudiante cuando se enfrente a tantas posibilidades informacionales?
• ¿Cuál de las informaciones tiene credibilidad y cuál no, frente a la infoxicación existente?
DESARROLLO
Con las facilidades de acceso a tanta información (a través de redes electrónicas) y, por ende, mucha más desinformación, cualquiera que esté o no en el contexto universitario necesita tener, no solo dominio de habilidades de lectura y de computación, sino también habilidades de información.
¿Qué es alfabetización informacional?
La alfabetización informacional es definida como un conjunto integrado de habilidades, conocimientos y valores relacionados con la búsqueda, acceso, organización, uso y representación de la información para la solución de problemas sobre la base de un pensamiento crítico. (2)
Presente desde la década de los años 1970, (3) alcanza su esplendor en la literatura internacional durante la década de los años 2000, conceptualizada, modelada y normalizada por los autores a escala internacional.
Su aplicación alcanza los sectores de la educación superior, pionera en el proceso; la enseñanza primaria y secundaria y la salud, así como el universo de las bibliotecas públicas; se lleva la generalización de sus prácticas y experiencias en varias latitudes del mundo. Dominan el proceso desde un inicio, las regiones de Norteamérica, Europa y Australia.
Definiciones recientes como la abordada por Uribe, hacen un profundo análisis del discurso. Este autor elabora una macro definición – descripción de la alfabetización informacional:
“El proceso de enseñanza aprendizaje que busca que un individuo y colectivo, gracias al acompañamiento profesional y de una institución educativa o bibliotecológica, empleando diferentes estrategias didácticas y ambientes de aprendizaje (modalidad presencial, <> o mixta- blend learning-), alcance las competencias (conocimientos, habilidades y actitudes) en lo informático, comunicativo e informativo, que le permitan, tras identificar sus necesidades de información, y utilizando diferentes formatos, medios y recursos físicos, electrónicos o digitales, poder localizar, seleccionar, recuperar, organizar, evaluar, producir, compartir y divulgar (comportamiento informacional) en forma adecuada y eficiente esa información, con una posición crítica y ética, a partir de sus potencialidades (cognitivas, practicas y afectivas) y conocimientos previos (otras alfabetizaciones), y lograr una interacción apropiada con otros individuos y colectivos (práctica cultural-inclusión social), según los diferentes papeles y contextos que asume (niveles educativos, investigación, desempeño laboral o profesional), para finalmente con todo ese proceso, alcanzar y compartir nuevos conocimientos y tener las bases de un aprendizaje permanente para beneficio personal, organizacional, comunitario y social ante las exigencias de la actual sociedad de la información”. (4)
En todos los casos son modelos que buscan sistematizar la actividad en diferentes escenarios y con diversos públicos, principalmente estudiantes. Articula funciones marcadas por el entorno de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones (TIC), definidas por el desarrollo de habilidades para el acceso, localización, evaluación, organización y uso de la información en una variedad de fuentes.
La alfabetización informacional es el "vehículo idóneo para que los ciudadanos adquieran competencias que les faculten para el aprendizaje a lo largo de la vida". (2) Es, por tanto, un proceso indispensable en la sociedad actual, necesariamente marcada por el imperativo de aprehender el conocimiento y la información de forma autónoma.
¿Qué diferencias se dan entre los conceptos de alfabetización informacional, alfabetización informática y educación a usuarios?
En lo cotidiano las personas tienden a confundir estos tres elementos que, si bien se relacionan entre sí, tienen sus especificidades. La alfabetización informacional, reconocida como ALFIN, lleva implícito el desarrollo de habilidades, conocimientos y valores relacionados con la búsqueda, acceso, organización, uso y representación de la información para la solución de problemas sobre la base de un pensamiento crítico y concluye con una evaluación del proceso de aprendizaje, pero no se puede confundir con la alfabetización Informática.
La alfabetización informática requiere de conocimientos tecnológicos de cómo manipular el hardware y el software de la computadora, (3) mientras que la educación a usuarios, consiste en orientar e instruir a los usuarios actuales y potenciales, individual o colectivamente, con el objetivo de facilitar el reconocimiento de sus propias necesidades de información, la formulación de necesidades, la utilización efectiva y eficaz de los servicios de información y la evaluación de estos servicios. Es una acción que no se evalúa, portadora de la imagen que quiere proyectar la biblioteca. (5)
A diferencia de la alfabetización informática y la educación a usuarios, con la alfabetización informacional, se aprende a utilizar la información con independencia de la localización de la fuente. Es una alfabetización que no queda sólo a cargo de los bibliotecarios, es impartida con la colaboración de otros profesionales, en sesiones largas “acumulativas”. Abarca todo el proceso de utilización de información, evalúa el proceso de enseñanza aprendizaje, por lo que va más allá, de tener un mero acceso y conocimiento de la información y el uso de la tecnología a su favor.
La alfabetización informacional requiere de una conciencia en la forma en que funciona el sistema de información, así como de enlaces dinámicos entre una necesidad de información particular y las fuentes y canales requeridos para satisfacer dicha necesidad.
¿Por qué preocuparse en relación con la alfabetización informacional?
La alfabetización informacional proveerá las habilidades, conocimientos y valores, generando una cultura informacional que gira sobre dos ejes de reflexión:
• Las capacidades y las competencias a desarrollar en la sociedad de la información. Entre ellas, se encuentran las capacidades de comunicación y autonomía, la capacidad para transformar la información en conocimiento (innovación), así como las de orden cognitivo.
• Las transformaciones en el sistema educativo necesarias para esta sociedad. En Cuba, se requiere de esfuerzos en tal sentido, y en especial, en el sector de la salud, porque a pesar de todo lo que se viene haciendo, los bibliotecarios aún carecen de la preparación profesional necesaria para involucrarse directamente en las actividades básicas del sector sanitario. (6,7)
Rader opina que una de las capacidades que caracterizan a los ciudadanos alfabetizados, es la adquisición y utilización de la información apropiada para cualquier situación, en o más allá, de la biblioteca de forma local y global, de modo que pueda: (8)
• Sobrevivir y ser aceptado en un ambiente informacional / tecnológico.
• Conducirse de manera productiva, sana, se refiere a enfermedades como intoxicación, estrés informacional y otras propias de esta época y satisfactoria al vivir en una sociedad democrática.
• Ser flexible y eficaz en los ambientes que cambian rápidamente.
• Asegurar un futuro mejor para la generación siguiente.
• Encontrar la información apropiada para solucionar problemas personales y profesionales.
La necesidad de evaluar la credibilidad de la información no es algo nuevo, sin embargo desde las posibilidades que brinda hoy la web 2.0 cabría preguntarse:
¿Cómo se puede estar seguro que la información que se aporta es confiable?
Un punto crítico en relación al uso de la Internet y la web 2.0 es que todas las personas pueden recibir y aportar información, sean o no las requeridas, existan o no restricciones editoriales. Elementos que conducen a un enfoque ético y llevan a conflictos jurídicos en relación con la propiedad intelectual.
Algo común en los estudiantes es que, por lo general, renuncian a fuentes probadas y de valor entre las que se destacan libros y otros documentos disponibles en la biblioteca, por la comodidad de disponer de un ordenador conectado a internet y la tentación de asignar valor a la información utilizable en ella, sin tener en cuenta la responsabilidad de la edición, lo que contribuirá a la consulta de documentos y resultados de baja calidad, si no se está alfabetizado.
Los cambios requieren, a manera individual, el conocer y aprender más del mundo globalizado e interconectado que hoy nos rodea, incrementar la necesidad de aprendizaje, saber, saber hacer, saber estar, querer hacer, poder hacer.
Lo expuesto lleva a observar el desarrollo de la competencia informacional en el estudiante, como visible para los demás; representa los diferentes niveles de desempeño, tanto en el ámbito académico como futuro profesional, ya sea durante la realización de tareas diversas o en sus interacciones sociales.
Al respecto de la competencia informacional, Bruce propone: (9)
• Estar comprometido a aprender independientemente, es un aprendizaje autodirigido y autorregulado.
• Utilizar los procesos de la información.
• Utilizar una variedad de tecnologías y de sistemas de información.
• Interiorizar los valores que promueven el uso de la información.
• Conocer profundamente el mundo de la información.
• Acercarse críticamente a la información.
• Poseer un estilo personal de la información que facilite su interacción con el mundo de la información.
La adquisición de competencias informacionales tiene que ser trenzada con la adquisición de otras educaciones, ligada a la necesidad de usar y manipular la información en todas las etapas de la vida. La lectura, la escritura y el razonamiento son insuficientes para un aprendizaje activo y permanente.
El incremento cuantitativo de la información desde todas sus fuentes y la presión de mantener un estado constante de aprendizaje consciente significan que hay que ser diestros en el uso de la información.
Implicaciones para la enseñanza
La concepción de un programa, proyecto o acción formativa, relativo a la información encuentra, entre sus primeras dificultades, afrontar el reto de justificar su necesidad y eficacia antes dos situaciones cotidianas:
• La arraigada creencia que impera en la mayor parte de las personas que consideran saber interactuar con la información, porque diariamente la utilizan en el trabajo, la escuela, el hogar, el comercio, entre otros.
• Los grandes y dinámicos cambios tecnológicos que impactan no sólo en la manera de localizar, acceder, manejar, presentar y comunicar la información, sino también que hacen que se desfasen las habilidades desarrolladas y algunos conocimientos metodológicos adquiridos.
¿Cómo debe actuar el profesor y el bibliotecario?
Para lograr la alfabetización informacional, se requiere de un proceso activo donde se hace necesaria la búsqueda de conocimiento de múltiples fuentes y recursos de información, en vez de recibir pasivamente y repetir de nuevo los hechos, el rol del profesor tiene que evolucionar de donante de conocimiento a guía. Los profesores y asistentes de la enseñanza, bibliotecarios administradores y la comunidad tienen que colaborar para desarrollar formas o vías que involucren al estudiante, no solo para que use el material de la clase, sino también que use recursos de una comunidad más amplia y de los medios masivos.
Los profesores tienen que estar preparados para enseñar a los estudiantes a convertirse en pensadores críticos, observadores intelectuales, curiosos y usuarios de la información.
El objetivo es preparar a los estudiantes para aprender cómo aprender y llevar esas habilidades a otras áreas de sus vidas para que puedan ser buscadores independientes y consumidores de información a lo largo de estas. Los profesores tienen que mezclar sus enfoques tradicionales basados en hechos con énfasis en la averiguación de la base del aprendiz y el proceso de averiguación científica.
Esto significa cambiar en cuanto a la obtención del conocimiento y su exigencia al estudiante. Desarrollar en él las habilidades interrogativas, mediante el uso efectivo e interacción con la información, que lo lleven a estrategias investigativas en la búsqueda de respuestas y conclusiones de manera independiente, mediante el desarrollo del pensamiento crítico en la solución de necesidades informativas. También significa, tener menos conferencias y remplazarlas con estrategias aplicadas para la alfabetización informacional.
Los profesores y bibliotecarios tienen que asociarse y luchar de conjunto con la definición de los estándares y competencias asociadas con la educación de la información, desarrollar nuevas formas efectivas para comprometer a los estudiantes y medir el resultado e impacto de ese aprendizaje.
La revisión de múltiples artículos científicos, las prácticas y experiencias aplicadas con la aplicación de normas sobre aptitudes para el uso y manejo de la información, hacen posible realizar valoraciones que reclaman cambios que faciliten el proceso de alfabetización informacional como línea de desarrollo en la Educación Superior de las Ciencias Médicas.
CONSIDERACIONES FINALES
El valor económico del conocimiento asegura que la fuerza de trabajo puede contribuir a actuar de manera efectiva y eficiente. Las personas tendrán que aprender a aprender. En otras palabras, no son las habilidades específicas, sino las habilidades universales, las que usa el conocimiento y su sistemática adquisición como fundamento de la actuación, habilidades y logros.
El desarrollo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones abre nuevas avenidas de información y la hacen más accesible, ayudan a incrementar y mejorar la alfabetización informacional.
Si se analiza el fenómeno enfocado al sector de la salud se puede ver esencialmente el abordaje de la alfabetización informacional y el desarrollo de competencias informacionales como clave para el desarrollo de profesionales, debido a que los problemas de salud son observados desde una perspectiva colectiva poblacional y sus procesos se distinguen por la importancia de la acumulación de conocimientos y la capacidad de adaptación al cambio. Es un área fuertemente basada en el conocimiento y en la capacidad de los actores involucrados de adaptarse a los cambios muy rápidamente, con una fuerte evidencia científica y un adecuado respaldo profesional por lo que la alfabetización informacional, viene a reforzar habilidades y competencias requeridas.
En Cuba, en el área de las Ciencias Médicas, se ha presentado un Programa Nacional de Alfabetización Informacional y se viene trabajando en concordancia con el escenario internacional. La Universidad de las Ciencias Médicas en Cienfuegos, cuenta con algunas experiencias de trabajo, que se han llevado a cabo por el desarrollo de proyectos ramales desde el año 2006, pero no cabe dudas que esta acción requiere de líderes en el claustro de profesores de la universidad, que unido a la llamada trilogía de bibliotecarios-profesores-informáticos, garantizará la calidad en la formación del nuevo profesional de las ciencias médicas, capaz de alcanzar un aprendizaje para toda la vida, como buenos consumidores de información.