INTRODUCCIÓN
El asma, hasta hace pocos años, era considerada una enfermedad rara en los ancianos dado que el envejecimiento es un proceso natural que puede obstaculizar tanto su diagnóstico como su tratamiento. Cobra entonces vital importancia el estudio de la alergia y el asma bronquial en estos pacientes.
Aunque la aparición de alergias es menos frecuente en personas mayores de 60 años, el asma se puede desarrollar en cualquier momento. La prevalencia de asma en los ancianos está estimada entre el 3 al 15 % con variaciones que pueden oscilar entre el 2 al 12 %. (1-3)
En los pacientes de la tercera edad, en ocasiones, se hace muy difícil distinguir si se trata de asma u otra enfermedad respiratoria, máxime si tenemos en cuenta que las personas mayores tienen en ocasiones una pobre percepción de la falta de aire, por lo que en muchas ocasiones no demandan asistencia sanitaria. (4-5)
Los cambios fisiológicos que ocurren con el envejecimiento afectan a todos los sistemas y órganos; el sistema respiratorio es uno de los más afectados por este proceso.
Cambios como disminución en la secreción de inmunoglobulina A, alteración en los reflejos de defensa, alta frecuencia de reflujo gastroesofágico y desnutrición, sumados a factores del ambiente como tabaquismo y polución ambiental, entre otros, hacen al anciano más susceptible de padecer un gran número de enfermedades respiratorias. Se destacan por su frecuencia la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (enfisema y bronquitis crónica), el asma bronquial, neumonía y tuberculosis. (6)
El diagnóstico de estas entidades clínicas se hace más difícil en este grupo etáreo por la sintomatología escasa o atípica que manifiestan, además hay que tener en cuenta que el interrogatorio y la anamnesis en los ancianos pueden ser bastante complicados, dificultando por tanto la obtención de una historia clínica que aporte los datos necesarios que conduzcan a un diagnóstico correcto. (7-10)
Para ello se requiere de un mejor diagnóstico el cual se realiza con análisis de laboratorio que incluyen, estudios radiológicos e inmunológicos, pruebas cutáneas tipo Prick-Test y la medición de los flujos aéreos con el medidor de flujo pico espiratorio. Una de las medidas más eficaces para el estudio del sistema inmunológico del anciano, es decir, las defensas en el paciente de la tercera edad, es a través de la cuantificación de las inmunoglobulinas G, A y M y el Test de Roseta. (11-14)
Por ello se analiza en este trabajo el comportamiento de la cuantificación de las inmunoglobulinas G, A y M en una muestra de pacientes de la tercera edad, comparados con un grupo de pacientes asmáticos adultos.
MÉTODOS
Investigación descriptiva de corte prospectivo de serie de casos, que tomó como universo de trabajo a todos los pacientes asmáticos adultos y adultos mayores, que acudieron a la consulta especializada de alergia del municipio de Cienfuegos durante el período de marzo del 2006 a febrero del 2007.
La muestra estuvo integrada por dos series de casos. Una serie de 50 pacientes con diagnóstico de asma bronquial de 60 años y más, de uno y otro sexo, y una segunda muestra de 50 pacientes asmáticos adultos entre 20 y 59 años.
Se incluyeron en el estudio los pacientes que cumplían las siguientes condiciones:
- Consentimiento para participar en la investigación por parte del paciente.
- Asmáticos diagnosticados por criterios clínicos.
- Asma bronquial persistente.
Se excluyeron aquellos que:
- No dieron el consentimiento para participar en la investigación.
- Tenían una inadecuada colaboración para el estudio.
- Llevaban con anterioridad 3 meses con tratamiento inmunosupresor o inmunopotenciador.
- Pacientes con trastornos psicológicos o psiquiátricos.
Los pacientes valorados en la consulta de Alergología que cumplían los requisitos para el estudio fueron citados a una consulta inicial con el autor de la investigación. En ella se realizó la entrevista personal con el paciente y se recogieron todos los datos en una encuesta creada al efecto.
La muestra fue procesada en el Laboratorio Clínico del hospital provincial. Se realizó la cuantificación de las inmunoglobulinas G, A y M, mediante el método inmunoenzimático y utilizando los reactivos procedentes de los laboratorios Futuro, de Italia.
Se estimaron como cifras normales las siguientes:
La base de datos fue procesada por el programa estadístico SPSS para llegar a las conclusiones del estudio.
Se les ofertó información a los pacientes sobre las características del estudio para solicitar su aprobación, teniendo en consideración que estábamos trabajando con pacientes adultos y adultos mayores, de forma tal que se respetara su autonomía.
RESULTADOS
Con respecto a los grupos de edad y el sexo comprobamos que en el grupo de 60 y más: Predominó el sexo femenino en 36 pacientes para un 72 % y entre 60 y 69 años 32 pacientes para un 64 %, entre 70 y 79 años, 15 pacientes para un 30 %.
Con una edad media de 67.26 años y con una DS de 7.439.
En el grupo de menos de 60 años, predominó el sexo femenino también en 38 pacientes para un 76 %. Según los grupos de edad, entre 40 y 49 años, 16 pacientes para un 32 % y entre 50 y 59 años, 17 pacientes para un 34 %.
Con una edad media de 42.30 años y una DS de 10.752.
Más del 70 % de la muestra estudiada fue del sexo femenino en ambos grupos estudiados y predominaron los pacientes menores de 79 años en los ancianos en contraposición al otro grupo de estudio donde predominaron los pacientes de 40 y más años de edad. (Tabla 1)
Referente a la cuantificación de inmunoglobulinas
INMUNOGLOBULINA G:
En el grupo de 60 años y más:
Se encontró elevada en 18 pacientes para un 36 %; normal en 26 pacientes para un 42 %, se encontró baja en 4 pacientes para un 8 % y no fue realizada en 2 pacientes para un 4 %
En el grupo de menos de 60 años:
Se encontró elevada en 13 pacientes para un 26 %, normal en 32 paciente para un 64 %; baja en 2 pacientes para un 4 % y no fue realizada en 3 pacientes para un 6 %. (Tabla 2)
En el grupo de 60 años y más:
Se encontró elevada en 6 pacientes para un 12 %; normal en 42 paciente para un 94 %, no se encontró baja en ningún paciente y no fue realizada en 2 pacientes para un 4 %.
En el grupo de menos de 60 años:
Se encontró elevada en 4 pacientes para un 8 %; normal en 43 pacientes para un 96 %, no se encontró baja en ningún paciente y no fue realizada en 3 pacientes para un 6 %. (Tabla 3)
En el grupo de 60 años y más:
Se encontró elevada en 2 pacientes para un 4 %; normal en 46 paciente para un 92 %; no se encontró baja en ningún paciente y no fue realizada en 2 pacientes para un 4 %.
En el grupo de menos de 60 años:
No se encontró elevada ni baja en ningún paciente, se encontró normal en 47 pacientes para un 94 % y no fue realizada en 3 pacientes para un 6 %. (Tabla 4)
DISCUSIÓN
El sexo femenino predominó en el 72 % y 76 % de la muestra estudiada respectivamente, como es de esperar dadas las características demográficas de nuestra población y en particular de la ciudad de Cienfuegos.
Observamos que los pacientes menores de 80 años constituyen el grupo de edad de mayor porcentaje (94 %) lo que era de esperar, dado que en el adulto mayor, es en estas edades donde existe normalmente un mayor validismo, lo que le permite al paciente mantenerse vinculado a la atención médica especializada. Además es en estas edades durante las que se observa mayor comorbilidad, lo que les hace requerir de asistencia especializada.
Por otra parte se observa en el grupo de edad entre 20 a 59 años que la muestra estuvo constituida por pacientes mayores de 40 años, lo que se explica porque en estas edades es donde los personas comienzan a tener mayor preocupación por su estado de salud y consultan al médico. Aunque no se puede dejar de tener en cuenta que en edades más tempranas de la vida las personas están en estudio o incorporadas a trabajos, por lo que les es más difícil tener ausencias laborales por compromiso médico.
En cuanto a los parámetros encontrados en la cuantificación de las inmunoglobulinas observamos elevación en la IgG, elevación en la IgA y casi ninguna afectación en la IgM.
En la mayoría de los pacientes alérgicos se han observado niveles séricos de inmunoglobulina E elevados, sobre todo en el asma bronquial y se considera que la cuantificación de IgE pudiera resultar útil en la caracterización de la atopía. (1,8,15)
Referente a las otras inmunoglobulinas se ha observado en niños alérgicos disminución de la IgA sérica, acompañada o no de aumento de la IgM. El nivel sérico de IgM se ha encontrado elevado en pacientes alérgicos en varios estudios y otros autores señalan que los niveles de las inmunoglobulinas G, A y M permanecen normales en el asma bronquial atópica.(14, 16,17)
Otros autores refieren valores normales de IgA en todos sus pacientes, sin relaciones etiológicas y no existe un criterio unánime sobre el estado en que se encuentran el resto de las inmunoglobulinas dado que el empleo de diferentes métodos ha hecho difícil la comparación de los valores obtenidos por los diferentes autores, por lo que se compara con el grupo control. (1,16)
Por otra parte en los estudios realizados a nivel internacional en los pacientes ancianos se refiere que las inmunoglobulinas no se modifican y pueden encontrarse relativamente elevadas o en cifras normales a pesar de la edad y en relación con la cantidad de eventos de reconocimiento antigénicos a que se ha visto sometido el paciente. (5,17-19)
En nuestro estudio, en la cuantificación de la inmunoglobulina G observamos que se encontró elevada en un cuarto de los pacientes y en más de la mitad de los pacientes en cifras normales, lo que se corresponde con los datos reportados en la literatura y referidos anteriormente.
En particular en el asma bronquial la inmunoglobulina G no tiene porqué sufrir modificaciones por cuanto sabemos que la inmunoglobulina que aumenta es la IgE.
En cuanto a la cuantificación de la inmunoglobulina A, por lo general en el paciente anciano se encuentra disminuida, no sucedió así en nuestros pacientes, en los cuales más del 80 % de los casos presentó cifras normales, y el resto presentó elevación de la misma, no se detectaron cifras bajas.
En cuanto a los parámetros encontrados en la cuantificación de la inmunoglobulina M no existen referencias en la literatura en cuanto a variaciones con respecto a la edad, lo que se corresponde con el estudio realizado donde encontramos esta situación casi en el total de la muestra estudiada y un ligerísimo porcentaje que presentó cifras elevadas, para lo cual no tenemos explicación. (18,19)
En los pacientes asmáticos de la tercera edad no se presentaron alteraciones significativas referentes a los parámetros de inmunidad humoral estudiados.