Sr. director:
Un artículo publicado en Medisur hace ya algún tiempo por Mora Hernández y colaboradores, acerca del papel de los talleres integradores interdisciplinarios en el tratamiento de los contenidos básicos biomédicos y clínicos,(1) expresa que esta modalidad docente permite conseguir objetivos específicos integradores en el aprendizaje de los contenidos (objeto de integración). Además, requiere el uso de tareas docentes integradoras para el logro de dichos objetivos y facilita el empleo de procedimientos didácticos integradores en el tratamiento de los contenidos.
El tema tratato ha sido estudiado desde diferentes aristas, pero amerita gran relevancia en la educación médica, por lo que me referiré al aprendizaje basado en problemas (ABP) como método para lograr la integración básico clínica.
El ABP constituye una estrategia que posibilita al estudiante aprender sobre un tema en particular, identificar los puntos clave de un problema para plantear sus causas, investigar su magnitud y trascendencia, presentar alternativas de solución y evaluar las acciones realizadas.(2) Constituye una aproximación curricular y metodológica que les permite emplear la investigación, integrar la teoría y la práctica y aplicar sus conocimientos y habilidades para encontrar una solución adecuada a un problema específico.(3)
Para ser efectivo, un entorno de ABP debe diseñarse según una serie de principios básicos derivados de la teoría constructivista:(4)
1. El problema es la base de partida, y dirige todo el proceso de aprendizaje.
2. El nuevo conocimiento se construye a partir del conocimiento previo de los estudiantes.
3. Los estudiantes dirigen su propio aprendizaje.
4. Los estudiantes deben colaborar para resolver el problema.
5. El método se centra en los procesos de adquisición del conocimiento, y no solo en el resultado de esos procesos.
6. La solución del problema va seguida de un proceso de análisis y reflexión sobre el aprendizaje (tanto del proceso como de los conocimientos adquiridos).
7. El aprendizaje tiene lugar bajo la guía de un tutor/facilitador.
Según Chi Maimo y colaboradores,(5) la integración básico-clínica debe orientarse al empleo de problemas docentes que utilicen de forma equilibrada situaciones normales y patológicas, como recursos didácticos para la apropiación de los contenidos que corresponden a los objetivos de esta disciplina, y para iniciar el entrenamiento de los estudiantes en la transferencia y aplicación de contenidos para la interpretación y solución de problemas docentes nuevos, aporte principal de esta disciplina a los modos de actuación profesional. La utilización equilibrada de situaciones normales y patológicas con fines didácticos tiene valor metodológico, pues contribuye a que el estudiante aprecie el valor práctico y la importancia científica que tiene lo que le aporta esta disciplina a su formación.
En este sentido, juega un rol fundamental el profesor como conductor y tutor en el desempeño del proceso de enseñanza aprendizaje; a través de la innovación, se impone despertar la motivación del estudiantado, usando situaciones reales de salud donde los estudiantes se vean inmersos en la solución de estos problemas docentes, siempre haciendo énfasis en el vínculo entre las ciencias básicas biomédicas y las clínicas.
La enseñanza problémica, como método del proceso docente-educativo, constituye una ruta efectiva para lograr el desarrollo del pensamiento integrador de los estudiantes, porque es consecuente con la lógica del contenido de cada asignatura, permite acercar la enseñanza a la investigación científica y proporciona las vías para solucionar problemas docentes, de modo que posibilita la asimilación consciente del contenido de enseñanza con un elevado grado de motivación, con lo cual se eleva la calidad del proceso docente-educativo.