Sr. Editor:
El proceso de enseñanza y aprendizaje constituye un conjunto dinámico de actividades del educador e implica la unidad dialéctica del enseñar y el aprender, de ahí su carácter bilateral, puesto que no se puede concebir el enseñar y el aprender aisladamente. Al dirigir el proceso, el educador debe tener en cuenta las peculiaridades de los que aprenden y estimular el aprendizaje para que estos tomen parte activa en la apropiación de conocimientos.(1)
Para poder aplicar y dirigir correctamente el proceso, es preciso representarse claramente su estructura, sus partes constitutivas y los vínculos regulares entre ellos, y para lograrlo es de vital importancia descubrir las regularidades internas del proceso de enseñanza, que tiene un carácter objetivo. Es importante descubrir la interrelación entre la asimilación de los conocimientos en los que se ha concentrado la experiencia de la humanidad y el proceso de desarrollo de las potencialidades cognoscitivas de los educandos y su capacitación para el trabajo creador.
Otro factor importante que debe tener en cuenta el profesor al trabajar los objetivos es el conocimiento, que no solamente se refiere a los objetos del medio, como sus propiedades y relaciones biológicas, físicas, químicas, etc., sino también a las normas y valores éticos, estéticos, ideológicos, así como a los procedimientos, reglas y métodos para realizar las diferentes acciones y operaciones que componen las distintas actividades docentes y laborales.
Los objetivos tienen una dimensión instructiva, educativa y desarrolladora, por tanto no puede haber un objetivo que no contemple los intereses cognoscitivos. Por otra parte la unión de lo afectivo-educativo también debe estar implícita. Al valorar a los adolescente y jóvenes de hoy, podemos hacerlo no solo sobre la base de nuestra experiencia personal, sino en el marco en que les ha tocado vivir, en su época, en medio de corrientes y concepciones nuevas, dentro de una intensa lucha de ideas de diferentes matices y formas.
La aplicación de la caracterización estudiantil mediante el Proyecto Educativo es orientado desde el nivel superior como vía para lograr un mejor trabajo pedagógico y aplicar el modelo de relación profesor alumno más eficientemente, constituye parte de la estructura de una investigación-acción, la que se inicia con el diagnóstico y deriva en la intervención, que tiene como finalidad la modificación y transformación de las principales deficiencias detectadas y la posible reformulación de nuevos objetivos de trabajo. Sin embargo, se ha observado que existe determinada resistencia a su aplicación por parte de los profesores, lo cual constituye un problema, pues no se le da la importancia que reviste la caracterización estudiantil.(2)
Esta caracterización, bien utilizada, le permite al profesor conocer las potencialidades y necesidades que trae el educando y trabajar, partiendo de esta caracterización, tanto en las actividades curriculares y extracurriculares, los valores que se desean para un egresado de las Universidades de las Ciencias Médicas según está concebido en cada carrera.(3)