INTRODUCCIÓN
Los tumores del tejido adiposo se dividen de acuerdo a su naturaleza en: benignos y malignos.
Los tumores benignos del tejido adiposo o lipomas, son los tumores benignos más frecuentes de la vida adulta. (1-2).
Se clasifican según sus características morfológicas específicas en varias subclases: lipoma convencional, fibrolipoma, angiolipoma, lipoma de células fusiformes, mielelipoma, lipoma pleomorfo.
Suelen aparecer en los tejidos blandos profundos de las regiones proximales de las extremidades y en el retroperitoneo y son notables por el gran tamaño que pueden alcanzar.
Histológicamente, los liposarcomas se dividen en: liposarcomas bien diferenciados, liposarcomas mixoides, liposarcomas de células redondas, y liposarcomas pleomorfos.
En el liposarcoma bien diferenciado las células se reconocen con facilidad como adipositos y el tumor puede confundirse con un lipoma (2, 3).
En las restantes variedades, las células sugestivas de diferenciación se denominan lipoblastos, pues remedan las células fetales. Estas contienen vacuolas redondeadas en su citoplasma que festonean los núcleos.
La variante mixoide es la más frecuente y está formada por un fondo mixoide en el que existen células mesenquimatosas estrelladas y aislados lipoblastos diseminados. Muestra una gran vascularización que adopta un patrón en "tela metálica". La variante mixoide, no así las otras, contiene una translocación cromosómica equilibrada característica: t (12;16).
Los tipos bien diferenciados y mixoides son relativamente querecentes, mientras que las variantes de células redondas y pleomorfos suelen ser muy agresivos, tienden a recidivar una y otra vez y conllevan un pronóstico desfavorable. (3, 4)
PRESENTACIÓN DEL CASO
Paciente masculino de 86 años de edad, residente en zona urbana del municipio Habana Vieja, con antecedentes de haber sido operado un año atrás de un fibrosarcoma de pared toraxica, el cual refirió notar que desde hacía seis meses la tumoración reaparecía y aumentaba progresivamente de tamaño, acompañándose en el último mes de secreción blanca y amarillenta no fétida. En efecto, al examen físico se observó gran tumoración ulcerada, de unos 20 cms de diámetro con secreción amarillenta dependiente de la pared torácica (Figuras 1, 2 y 3). Previo chequeo preoperatorio, se le realizó intervención quirúrgica, para extraer la tumoración.
Se extrajo un tumor de 20x14x7 cms de diámetro y un peso de 746 grs (Figura 4), el cual fue diagnosticado por el departamento de Anatomía Patológica de nuestro centro como un liposarcoma pleomorfo grado II con extensas áreas de necrosis.
Ante la imposibilidad de realizar un cierre primario (Figura 5), se procedió a realizar un injerto libre de piel (Figura 6).
El paciente evolucionó satisfactoriamente y actualmente se encuentra en fase de recuperación y reintegración a su vida social activa.
DISCUSIÓN DEL CASO
Los sarcomas de partes blandas, por su incidencia, no constituyen un problema de salud, ya que representan entre el 1 y el 2% de las neoplasias del adulto y entre el 10 y el 15 % de las pediátricas (1,2).
Pueden presentarse en cualquier sitio del cuerpo, pero corresponden a las extremidades el 60 % (40 % a las inferiores), el 30 % al tronco incluido retroperitoneo y el 10 % restante a cabeza y cuello (2, 3, 5).
Habitualmente debutan mediante un aumento de volumen localizado en las partes blandas, con crecimiento progresivo, que puede acompañarse o no de dolor (6, 7).
Las variedades histológicas más frecuentes en el adulto son los liposarcomas, histiocitomas fibrosos malignos, fibrosarcomas y sarcoma sinovial, mientras que en los niños se observa más el rabdomiosarcoma.
El liposarcoma, que es una de las variantes más frecuentes en el adulto, aparece generalmente en la quinta o séptima década de la vida y se caracteriza por alcanzar grandes tamaños (5, 8,-9).
En este caso el tumor apareció después de la séptima década de vida, llegando a alcanzar un gran volumen y con un pronóstico muy desfavorable.
El hecho de que sea el primero de este variante que diagnosticamos en nuestra provincia en los últimos 10 años, reafirma su carácter infrecuente e incentivó el interés por transmitir una experiencia que puede aportar conocimientos a los profesionales cercanos a este tipo de afecciones.