El presente artículo tiene como referente el complejo escenario de los servicios de urgencia hospitalario. Tiene como objetivo exponer algunos elementos que contribuyan a elevar la percepción de riesgo del médico de urgencia sobre determinadas formas de presentación de entidades que constituyen verdaderas urgencias médicas. La mayoría de los pacientes que las padecen no son identificados como enfermos graves al llegar a un servicio de urgencia hospitalario. Estas urgencias son denominadas por los autores como de “bajo perfil”, siendo su común denominador la ausencia de variables alarmantes como dolor importante, trauma, disnea, parálisis visible, entre otras. Como consideraciones finales, se ofrecen sugerencias prácticas relacionadas con el tema abordado.