INTRODUCCIÓN
La adolescencia como etapa del desarrollo es un periodo exclusivo de la raza humana y ha sido objeto de atención y estudio por parte de profesionales de múltiples especialidades en todo el mundo, quienes han intentado explicar los profundos cambios biológicos, psicológicos y sociales típicos de esta etapa de la vida, que involucran no solo al adolescente, sino a su familia, personas cercanas y sociedad en general.
Es la etapa de la vida en la que el individuo aspira y se esfuerza por saber quién es y quién quiere ser, en la que quiere conocerse a sí mismo y proyectar y elaborar los ideales de vida para el futuro. En esta etapa se replantean tanto el individuo como su relación con la sociedad, considerándose la búsqueda de nuevas metas y objetivos, que le permitan realizarse como individuo.1,2
A la luz de estos factores, de la reacción al reciente informe de la OMS, y como respuesta a una solicitud de un Estado Miembro, la Secretaría está estudiando las formas en que la Organización puede proporcionar orientaciones y un mayor apoyo para la elaboración y aplicación de políticas y programas nacionales que mejoren y preserven la salud de los adolescentes. Un plan integral sobre salud del adolescente que esté basado en datos actuales y en iniciativas y planes de acción existentes de ámbito mundial, que cuente con resultados medibles y que tome en consideración los contextos nacionales, podría ser un instrumento útil para ayudar a los países a ejecutar intervenciones y estrategias que mejoren y preserven la salud de los adolescentes.3
Es en el seno de la familia donde se producen procesos básicos: la expresión de sentimientos, adecuados o inadecuados, la formación de la personalidad del individuo y sus patrones de conducta; todo esto se aprende en la dinámica familiar (actividad y comunicación) y los que así aprendan enseñarán a su vez a sus hijos. Las fases del desarrollo de adolescentes consideradas en la 'parentalidad', tienen aspectos biológicos, cognitivos, socio-cognitivos, emocionales y autodefinicionales, dentro de un contexto cambiante que tiene impacto sobre los hijos, así como sobre la actuación parental. Las tareas de la 'parentalidad' se caracterizan por tener que responder tanto a los cambios en el desarrollo de los hijos y las hijas, como también a las demandas cambiantes del ciclo vital de las familias y del contexto social. Se considera crucial que los padres sean firmes en la supervisión de los adolescentes y las adolescentes, pero con flexibilidad y comprensión, con alta capacidad de respuesta frente a los problemas y necesidades de desarrollo de los hijos y sin actuar en forma arbitraria e inconsistente.4-6
Como parte de la etapa exploratoria de la investigación, teniendo en cuenta la opinión de otros especialistas, la revisión bibliográfica general y la experiencia de los autores de este estudio, se entrevistaron 25 padres de adolescentes tempranos, 5 maestros y 12 adolescentes entre 10 y 12 años seleccionados al azar, con el objetivo de indagar aspectos generales acerca de la necesidad que tienen los padres de conocer acerca de la adolescencia y su manejo. (Anexo 1)
El 100 % de los padres encuestados refirieron que sus conocimientos acerca de la adolescencia eran insuficientes, prevaleciendo dudas acerca del manejo de la sexualidad y la comunicación en esta etapa. La mayoría de los adolescentes refirió que le gustaría conversar con sus padres acerca de problemas relacionados con la adolescencia, como los cambios físicos que ocurren y las relaciones de pareja. Los profesores opinaron que los padres debían ser instruidos acerca de temas relacionados con la adolescencia, su manejo anterior y la prevención de eventos negativos en esta etapa. Dichos resultados permiten inferir que se deben diseñar instrumentos que cuenten con indicadores específicos que reconozcan de forma pormenorizada aspectos que constituyan esencialidades del objeto de indagación, en este caso, determinar adecuadamente necesidades específicas de conocimientos acerca de la adolescencia y su manejo por los padres.
En Cienfuegos no se cuenta con la existencia de instrumentos diseñados y sustentados desde la teoría, que permitan el estudio de las necesidades de conocimientos de los padres desde etapas tempranas de la adolescencia de los hijos, a partir de los cuales se puedan trazar estrategias orientadoras para este grupo demográficamente significativo; el objetivo de la investigación es desarrollar un instrumento para determinar las necesidades de conocimientos de los padres acerca del manejo de la adolescencia.
MÉTODOS
Se realizó una investigación de innovación tecnológica que tuvo como finalidad principal desarrollar (diseñar y validar) el instrumento Adolescencia. Necesidades de conocimiento de los padres acerca de su manejo (Anexo 2). Abarcó el período comprendido entre el 1 de julio del año 2015 y el 1 de octubre del año 2015, en el Municipio de Cienfuegos, teniendo como unidad ejecutora a la Facultad de Ciencias Médicas Raúl Dorticós Torrado.
Tomando en cuenta los resultados de la exploración realizada previamente, se elaboró una encuesta semiestructurada enriquecida desde las bases teóricas relacionadas con el tema, con la finalidad de recoger la información sobre las necesidades de orientación de los padres de adolescentes en etapa temprana, respecto a la adolescencia y su manejo.
La evaluación de la validez del instrumento incluyó tres aspectos: validez de contenido, de criterio y de constructo.
Para determinar la validez de contenido se solicitó la colaboración de diez especialistas en el tema adolescencia, pediatras, psicólogos y pedagogos del municipio Cienfuegos con más de diez años de experiencia en el trabajo con adolescentes. Estos especialistas clasificaron los ítems propuestos en relación con su validez de contenido de acuerdo con los principios de Moriyama, mediante la aplicación de una escala Likert (mucho, moderado, poco, nada).7
Criterios de Moriyama (validez de contenido):
- Razonable y comprensible. Se refiere a la comprensión de los diferentes ítems a evaluar con relación a la categoría que se pretende medir.
- Sensible a variaciones en el fenómeno que se mide.
- Con suposiciones básicas justificables e intuitivamente razonables (si justifica la inclusión del ítem en las pruebas).
- Con componentes claramente definidos (si el ítem se expresa claramente).
- Derivables de datos factibles a obtener.
Como estadígrafo se utilizó el coeficiente de correlación de rango de Spearman (se consideraron confiables los cuestionarios cuando el coeficiente fue ≥ a 0,80 y la p ≥ 0,05.8
Para determinar la validez de criterio se realizó la selección de un grupo de expertos que calificó las preguntas en una escala del 1 al 5 según su conformidad con la calidad presentada para la obtención de la información, ofreciéndose la posibilidad de sugerir cambios de un inciso por otro, añadir o retirar incisos, o validar el instrumento sin modificaciones.
Dentro de los criterios de selección se tuvo en cuenta el interés en participar, tener al menos diez años de experiencia, además de algunas particularidades como: haber estado relacionado profesionalmente con el trabajo con los adolescentes por más de diez años, desempeñarse como Psicólogo, Psiquiatra Infanto-Juvenil, Pedagogo, Máster en Psicología de la Salud y/o Sexología, Pediatra General, Especialista en Medicina Familiar vinculado al tema, Especialista del Ministerio del Interior o de la Policía Nacional Revolucionaria vinculado al trabajo con adolescentes, líder de institución no gubernamental directamente relacionado con el tema y guía de organización pioneril.
El conocimiento sobre la adolescencia como resultado de estudios realizados y la experiencia obtenida en la actividad profesional, fueron consideradas las fuentes de argumentación de mayor valor para la selección de los expertos, por ser estas las que vinculan los conocimientos teóricos con la práctica diaria y constituyen garantía de la experticia requerida para incluirse en el grupo evaluador.
Se solicitó la participación de 25 expertos, de los cuales 21 (84,0 %) dieron su consentimiento para participar. De ellos, 17 participaron en todas las rondas (80,9 %), y fueron los que integraron definitivamente el grupo. Las categorías se determinaron mediante las fuentes de argumentación, que a su vez permitieron calcular la competencia de los expertos seleccionados, para lo cual se utilizaron los criterios y procedimientos orientados por Tomás Crespo Borges.9 (Anexo 3)
Para calcular el índice de competencia (K) se computaron los coeficientes de conocimiento (Kc) y de argumentación (Ka) de cada experto mediante la fórmula: K=½(Kc+Ka).
Para determinar el valor de criterio del instrumento, se efectuaron dos rondas.
Para evaluar la validez de constructo, este instrumento se aplicó en calidad de pilotaje a un grupo de padres en la escuela Guerrillero Heroico, de la ciudad de Cienfuegos
RESULTADOS
Resultados de la validación de contenido:
De lo diez especialista consultados, 9 determinaron que el instrumento se ajustaba a los ítems establecidos por Moriyama en sus criterios, lo cual representó el 90,0 % de los especialistas consultados y en la escala de Likert se correspondió con la categoría evaluativa de mucho.
Resultados de la validación de criterio (criterio de expertos):
De acuerdo con la selección y participación de expertos en las dos rondas, se obtuvo un grupo final compuesto por 13 expertos con calificación de alto, 3 expertos con calificación de medio y uno con calificación de bajo, con la precisión de lo utilizado en la investigación. (Tabla 1).
El instrumento se desarrolló en tres dimensiones:
- Cuestionario para los padres: conformado por 3 preguntas, cada una con incisos relativos a sus necesidades de conocimiento acerca de la adolescencia y sus posibles eventos negativos.
- Cuestionario para los maestros: conformado por 2 preguntas, cada una con incisos relativos a las necesidades de conocimiento que según su criterio, pudieran tener los padres acerca de la adolescencia y su manejo.
- Cuestionario para los adolescentes: conformado por 2 preguntas, cada una con incisos relativos a los conocimientos que necesitan recibir de los padres respecto a la adolescencia y su manejo.
Primera ronda de evaluación:
En la dimensión padres, las evaluaciones otorgadas por los expertos reportaron un promedio de 4,47±0,624, 4,12±0,781 y 4,71±0,470; las desviaciones estándar apenas llegaron a 1, lo que significó el predominio de puntajes de 4 y 5. De las 51 puntaciones dadas por los expertos a las 3 preguntas, solo cinco puntaciones fueron de calificación 3 (intermedia), que solo representó el 20 % del total en la dimensión padres. Específicamente, el experto 17 confirió dos puntuaciones de 3 para las preguntas 1 y 2, los expertos 2, 6 y 9 confirieron la puntación de 3 a la pregunta 2; fue esta la que obtuvo los mayores puntajes de 3 (4 expertos). En la dimensión maestros se propusieron dos preguntas con un puntaje de 78 cada una y un promedio de 4,59 ±0,507 y 4,59±0,712; solo dos expertos, el 2 y el 17, evaluaron la pregunta 2 con puntaje de 3 (intermedio), lo que representó solo el 5,9 % del total de puntajes para esa dimensión. Por último, la dimensión adolescentes mostró resultados muy similares a los anteriores; las dos preguntas de esta dimensión obtuvieron puntaje de 77 y 79, respectivamente (preguntas 1 y 2), con promedio de 4,53±0,624 y 4,65±0,862, resultado muy satisfactorio. En esta dimensión solo hubo dos expertos que dieron calificaciones de 3 y 2 puntos, a las preguntas 1 y 2 en ese orden (experto 6) y calificación de 3 a la pregunta 2 (experto 17). Como resultado fundamental en la primera vuelta, se consideró el instrumento evaluado de muy satisfactorio con un valor promedio de 4,52±0,67, con una evaluación de 2 y 9 evaluaciones de 3. El experto 17 otorgó 4 evaluaciones de 3 e hizo señalamientos en las tres dimensiones del instrumento; el experto 6 otorgó 2 evaluaciones de 3 y una de 2; el experto 2 otorgó 2 evaluaciones de 3 y el 9 una evaluación de 3. (Tabla 2).
Los resultados obtenidos de la segunda ronda, fueron mejores que los obtenidos en la primera. Sobre la base de los criterios de los 17 expertos en la evaluación del instrumento, 12 expertos otorgaron la máxima puntuación (5), para siete preguntas, lo que representó el criterio de valoración del 70,6 % de estos; en los restantes cinco expertos, como promedio, la evaluación estuvo entre 4,1±0,8 (un experto), 4,6±0,5 (un experto) y 4,9±0,3 (tres expertos).
Solo el experto 6, valoró a las segundas preguntas de las dimensiones padres y adolescentes con evaluación de 3, respectivamente; es decir, el consenso fue superior al de la primera ronda.
Por último, la puntuación media de cada pregunta valorada por los expertos estuvo entre 4,71±0,58 y 5, para un promedio global de todas las evaluaciones de 4,90±0,35. (Tabla 3).
Resultados de la validación de constructo:
Se determinó la validez del instrumento al identificarse los ítems con los principales aspectos teóricos referidos al objeto de estudio, sus esencialidades y su correspondencia con los hallazgos en las indagaciones empíricas.
DISCUSIÓN
Teniendo en cuenta todo lo que aporta la teoría y para responder al llamado que está haciendo actualmente la OMS a los profesionales de la Salud, a tomar la iniciativa en la orientación adecuada de las familias para mejorar la comunicación y las relaciones con el adolescente,4 se considera que el principal objeto sobre el que es necesario actuar es la familia y fundamentalmente los padres, principales responsables del manejo adecuado de los cambios que se producen en los primeros años de la adolescencia de sus hijos, tiempo ideal para brindar el apoyo necesario desde la promoción de salud efectiva basada en el conocimiento de las necesidades reales existentes.
La determinación de necesidades es considerada una tecnología de la educación avanzada, que de manera gradual toma mayor auge a nivel mundial; es un requerimiento del mundo cambiante, que como proceso complejo, implica explorar, sondear, conocer, identificar, categorizar, estructurar, diagnosticar, priorizar, jerarquizar, ordenar y evaluar, partiendo de los objetivos de la formación que se persigue. Cuando las metodologías han incorporado el análisis de necesidades al diseño de intervención, están tratando de dar respuesta a carencias o a problemas, ya sean de los individuos o de las organizaciones. Al responder a necesidades, existen garantías de implicación e interés por parte de sus destinatarios.10
Teniendo en cuenta que entre las actividades del hombre y la mujer como pareja, está la parentalidad, a menudo se olvidan las necesidades de educación de estos, pues difícilmente se piensa en la necesidad de educar previamente para ejercer las funciones como padres. Sin embargo, hoy en día es una necesidad apremiante el trabajo parental preventivo, sobre todo, en etapas complejas de la vida de los hijos como, por ejemplo, la adolescencia.
A pesar de que los padres se encuentran en posición de influir profundamente en el bienestar de sus hijos, su capacidad para hacerlo se ve obstaculizada de inmediato, porque hay muy poca información útil y mucha información engañosa. Por tanto, existe una oportunidad significativa para mejorar la evolución de los adolescentes, aportando más y mejores recursos a través de los medios, tanto para los padres de adolescentes como para aquellos que los apoyan.11
Se requiere trazar estrategias de educación familiar más efectivas, que contrarresten los eventos negativos y las complicaciones durante este periodo de la vida. Esas estrategias deben estar encaminadas a las necesidades de conocimiento de los padres de adolescentes en la etapa temprana, a través de instrumentos sustentados en los fundamentos teóricos del tema, que deben caracterizarse por ser aplicables a los padres de adolescentes tempranos con independencia de su edad, nivel socioeconómico y educacional, fácilmente comprensibles para padres, maestros y adolescentes pertenecientes a diferentes localidades, tanto urbanas como rurales, y que estén constituidos por los indicadores específicos acerca de aspectos cognitivos, afectivos, valorativos y conativos de la adolescencia.
Debido a la importancia que para los profesionales tiene la determinación precisa de las necesidades de conocimiento de los padres acerca de la adolescencia y su manejo, el instrumento diseñado fue sometido a dos rondas criteriales por parte de los expertos, a pesar de que por sus satisfactorios resultados desde el inicio de la evaluación, pudo haber sido aceptado en la primera vuelta. De esta forma se logró un ajuste a los criterios de Moriyama, propuestos para la elaboración de instrumentos en salud.7
Mediante la triangulación metodológica de los métodos teóricos, empíricos y estadísticos, de toda la base documental y de los resultados de las evaluaciones realizadas, quedó validado de manera científica el instrumento denominado Adolescencia. Necesidades de conocimiento de los padres acerca de su manejo, propuesto para determinar dichas necesidades, el cual integra aspectos cognitivos, afectivos, volitivos y valorativos concernientes a la adolescencia, necesarios para la orientación a los padres, aproximación científica que se realiza por primera vez en nuestro medio y puede convertirse en un instrumento factible, útil y aplicable en la práctica diaria.
