INTRODUCCIÓN
El síndrome de la bolsa de orina púrpura (PUBS, por las siglas en inglés de Purple Bag Syndrome) es un fenómeno infrecuente. Las primeras referencias a este fueron hechas por Barlow y Dickson en 1978.1 Sin embargo, se cree que el monarca inglés George III, figura histórica del siglo XIX, presentó este síndrome.1
Con mayor frecuencia es visto en pacientes adultos mayores y del sexo femenino. Los factores predisponentes descritos, incluyen: sonda vesical permanente, infección del tracto urinario, constipación, orinas alcalinas, demencia, encamamiento y residencia en instituciones geriátricas. Entre aquellos pacientes que portan sonda vesical por largo tiempo, se estima una prevalencia entre 8,3 %-16,7 %.2 Otros autores reportan una prevalencia tan alta como 27 % en un hospital geriátrico en Korea, sin embargo, solo un 7,5 % de los pacientes hospitalizados en medicina interna en un hospital general en Italia, manifestó este síndrome, de ellos el 73 % eran del sexo femenino y todos mayores de 65 años de edad, mas del 80 % tenían un PH en orina mayor de 8 y Escherichia coli y Proteus mirabilis fueron las bacterias aisladas con mayor frecuencia.3
La tinción de la orina de color púrpura en la bolsa colectora es un hecho muy llamativo y poco habitual para asistentes, enfermeras y médicos, lo que motiva preguntas y posibles explicaciones ante este hallazgo tan alarmante como benigno. En el último año han sido atendidos en el servicio de Geriatría del Hospital Gustavo Aldereguía Lima, de Cienfuegos, dos pacientes afectados por este síndrome. Se presenta el caso de uno de ellos, con el objetivo de ilustrar a los profesionales jóvenes sobre esta situación tan inusual.
PRESENTACIÓN DEL CASO
Paciente de 81 años de edad, sexo femenino, piel blanca, de procedencia rural, que presentó antecedentes patológicos personales de demencia tipo Alzheimer de cinco años de evolución, con incontinencia urinaria y fecal y, por tanto, sonda vesical por largo tiempo. Además, estaba afectada por síndrome de inmovilización y dependencia total para las actividades de la vida diaria, todo lo anterior debido al estadio avanzado o final de la demencia. En el último año presentó tres ingresos en el hospital, con diagnósticos de traqueobronquitis, y en dos ocasiones infección del tracto urinario; asociado a ello presentaba hipoproteinemia y anemia. Durante el último ingreso, comenzó a notarse en la bolsa colectora de orina, que esta adquiría una coloración púrpura (Figura 1), lo que motivó la realización de nuevos exámenes de laboratorio. Pudo constatarse entonces un PH 8 en orina, mientras que un urocultivo reveló la presencia de Escherichia coli, como agente causal de la infección del tracto urinario. Se indicó tratamiento con Ceftriaxona, 1 gm endovenoso cada 12 horas por 7 días, encaminado resolver la infección. La orina fue clara pasadas las primeras 48 horas de tratamiento.
DISCUSIÓN
El síndrome de la bolsa de orina púrpura es un fenómeno poco común, que causa alarma, caracterizado por la coloración púrpura o azul que adquiere la orina en la sonda vesical y la bolsa colectora de orina, usualmente en respuesta a una infección del tracto urinario,4 como consecuencia de una reacción química entre la orina, la bolsa plástica colectora y algunas enzimas.5
La orina color púrpura se ha descrito más frecuentemente en mujeres6 y se ha asociado a infección de bacterias como Providencia spp., Escherichia coli, Proteus mirabilis, Klebsiella pneumoniae, Morganella morganii y Pseudomona aeruginosa.7 Es un fenómeno muy llamativo, cuya patogénesis implica bacterias intestinales, las cuales metabolizan el triptófano de la dieta, que tras la conjugación hepática se transforma en indoxil sulfato, excretado en la orina y transformado de nuevo en indoxil por bacterias productoras de sulfatasas y fosfatasas. El indoxil se convierte en índigo (color azul) e idirrubina (color rojo). La sonda vesical y la bolsa pueden teñirse de color rojo, azul o púrpura. Se ha sugerido también que las sustancias químicas interactúan con el material plástico de la bolsa.8
El tratamiento está dirigido a la infección del tracto urinario, así como al control de la constipación, y medidas higiénicas preventivas de la infección del tracto urinario en relación a la sonda vesical.9
Es un proceso benigno, a pesar de que produce gran preocupación a la familia, y al personal de salud, por lo que el médico debe tenerlo en cuenta ante infecciones recurrentes del tracto urinario, en pacientes con los factores predisponentes anteriormente señalados.9 En esta paciente estaban presentes varios de esos factores, como el sexo femenino, el hecho de ser un adulto mayor, PH de la orina = 8, infección del tracto urinario recurrente, demencia, inmovilización y el uso de sonda vesical permanente.