INTRODUCCIÓN
Los gérmenes de los dientes temporales están alojados en cavernas óseas cubiertas de mucosa. Desde el nacimiento, las dimensiones transversales de los maxilares aumentan de forma evidente debido a la actividad de las estructuras medias. La dentición temporal, igual que la dentición mixta, está sujeta a grandes modificaciones; por ello, el control periódico sobre estas denticiones permite prevenir e interceptar posibles alteraciones, tales como: disminución del ancho de las arcadas dentarias, mal posiciones dentarias, y algunos hábitos deformantes que pueden provocar anomalías de la oclusión que afectan la función y la estética del paciente.1-3
El aumento del proceso alveolar inducido por la erupción, implica el ensanchamiento hacia la zona vestibular y más tarde a la lateral, debido a los caninos temporales. De este modo, los incisivos consiguen, por lo general, una alineación con espacio suficiente.4
La conservación de espacio consiste en evitar una reducción de las dimensiones del arco dentario durante el desarrollo o aparición de asimetrías dentro de este. La justificación más frecuente de cualquier intervención destinada al mantenimiento de espacio, es la pérdida precoz de dientes temporales en los sectores laterales de apoyo. No es extraña la exfoliación prematura de los caninos temporales, especialmente de forma unilateral, debido a la reabsorción por los incisivos laterales en erupción.
Cuando las relaciones de espacio son difíciles, la coordinación resulta crítica, especialmente en el primer grupo de erupción en la mandíbula, y en el segundo grupo en el caso del maxilar superior. Si se altera cronológicamente el recambio dentario, las complicaciones más frecuentes son el desplazamiento de los caninos, la seminclinación del segundo premolar y la clase II accidental.
Cuando la zona de soporte ha sido completamente conservada, está garantizado el espacio en los segmentos laterales. A consecuencia de su tendencia a la mesialización, los molares permanentes ocupan en poco tiempo cualquier espacio disponible, sobre todo en el maxilar superior. También los incisivos utilizan las discontinuidades de la arcada dentaria. La consecuencia es un desplazamiento lateral o la lingualización de los dientes por influencia de los labios, sobre todo en la mandíbula. Cuando faltan dientes, el tejido fibroso supralveolar también produce un acortamiento de la arcada dentaria.5
Los caninos temporales, por ser de los últimos en hacer el recambio a permanentes, son de gran importancia en el mantenimiento del espacio en el arco y la adecuada oclusión. Su pérdida prematura tiene mayor repercusión sobre el sector anterior, aunque también puede afectar el sector posterior.
Este estudio tiene el objetivo de describir la presencia de anomalías dentomaxilofaciales en niños con pérdida prematura de caninos temporales.
MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo, transversal, en niños de 5 a 9 años de edad, pertenecientes a la Escuela Primaria Guerrillero Heroico del Área II del municipio Cienfuegos, provincia Cienfuegos, en el período comprendido desde noviembre del 2014 hasta abril del 2015.
De un total de 133 niños de 5 a 9 años, fueron seleccionados aquellos que presentaron pérdida prematura de caninos temporales, entendida como la pérdida unilateral o bilateral, superior o inferior de caninos temporales antes de la edad indicada, e identificada mediante el examen bucal, utilizando luz natural y espejo bucal plano. Luego de aplicar los criterios de inclusión (niños con dentición mixta sin tratamiento ortodóntico previo) y exclusión (niños cuyos padres no dieron su consentimiento para participar en la investigación), la muestra quedó conformada por 63 niños.
El estudio se realizó previa autorización del Ministerio de Educación de la provincia y de los padres o tutores de los niños.
Para la recolección de la información se aplicó un formulario. En este se vertieron los datos obtenidos como resultado de la observación y la entrevista a niños y niñas, acerca de las siguientes variables: edad, sexo, causa de la pérdida de los caninos temporales (extracción indicada, exfoliación espontánea), anomalías dentomaxilofaciales (linguoversión de los incisivos inferiores o superiores, mesoclusión, apiñamiento dentario, sobrepase, resalte).
Las anomalías dentomaxilofaciales fueron identificadas en el mismo examen bucal ya mencionado, y en el caso particular del resalte aumentado o disminuido, se empleó una regla milimetrada para hacer la medición.
Para procesar la información, se confeccionó una base de datos mediante el programa estadístico SPSS, versión 15.0 para Windows. Los resultados se muestran mediante frecuencias relativas y absolutas.
RESULTADOS
En la serie estudiada predominaron las niñas (60,3 %), respecto a los varones (39,8 %).
La pérdida prematura de los caninos temporales fue más frecuente en niños de 5 y 6 años de edad con un 34,9 %, y 30,1 %, seguido por los niños de 7 y 8 años, para un 17,5 %, y 14,3 %, respectivamente. (Tabla 1).
La mayoría de las pérdidas de caninos temporales, fue por medio de extracciones indicadas (66,7 %).
La linguoversión de incisivos fue la anomalía que más se observó. Las niñas fueron las más afectadas por la linguoversión de incisivos, para un 44,4 %, seguida por el sobrepase y el resalte, 25 % y 19,4 %, respectivamente. En cuanto al sexo masculino, también fue la linguoversión la más frecuente (40,7 %), esta vez seguida del resalte (29,6 %). (Tabla 2).
DISCUSIÓN
En este estudio se ponen de manifiesto las consecuencias de conductas mal fundamentadas ante la presencia de apiñamientos dentarios, que en la mayoría de los casos tienen una solución totalmente espontánea. A lo largo del período de dentición mixta hay un constante cambio en el tamaño total de material dentario presente: salen dientes de mayor tamaño que tendrán que alinearse a merced de ciertos mecanismos biológicos compensatorios y que de no tenerse en cuenta pueden conducir a la extracción prematura de dientes temporales, lo que alivia el conflicto volumétrico solo de manera temporal, pues al completarse la dentición permanente, la situación se agrava.5
En este estudio los niños de más edad (nueve años) fueron los que menos dificultad presentaron, ya que entran dentro de la edad de exfoliación de los caninos temporales inferiores. Por ello, se tomaron en cuenta solamente los superiores, para lo cual se interrogó a los padres, logrando que la información acerca de la edad exacta de exfoliación fuera fiable. En general, predominaron de manera alarmante las pérdidas prematuras de caninos temporales en niños de cinco y seis años de edad, o sea, que la población objeto de estudio estuvo afectada por uno de los factores de riesgo de aparición de anomalías dentomaxilofaciales, al provocar la ruptura del equilibrio bucal y dentario. Similares resultados han sido obtenidos en otros estudios.2,3
Otro resultado de interés, es que más de la mitad de las pérdidas prematuras, fueron por extracción indicada, lo cual evidencia la necesidad de hacer mayor énfasis, desde los escenarios docentes, en la importancia del canino temporal como pilar fundamental en el desarrollo de la dentición temporal y mixta.
Las anomalías que se presentaron con mayor frecuencia en relación a las pérdidas prematuras de caninos temporales, fueron la linguoversión de incisivos y el resalte aumentado. Villalba6 obtuvo como anomalía más frecuente asociada a pérdidas prematuras, la mesoversión y la ectopia de caninos permanentes. Pero en todos los casos mientras más precoz sea la pérdida de caninos temporales, más graves serán las consecuencias.
A pesar de ser conocida la multicausalidad de las anomalías dentomaxilofaciales, estas fueron identificadas en una población de niños de 5 a 9 años de edad, con pérdida prematura de caninos temporales. En la totalidad de ellos se presentaron anomalías, en correspondencia con la pérdida prematura de los caninos temporales. Ello evidencia la importancia de evitarlas siempre que sea posible, pues son un precedente clave para el desarrollo de maloclusión.
