INTRODUCCIÓN
Las fracturas distales del radio se presentan con gran frecuencia en la práctica médica. Estas se clasifican habitualmente como extraarticulares e intraarticulares. Fernández las clasifica, de acuerdo al mecanismo de lesión, en cinco tipos. En el tipo III se encuentran las producidas por impactación, que produce fracturas intraarticulares e impacto del hueso metafisario, incluyen, fracturas articulares complejas y fracturas del pilón radial.1
Estas lesiones requieren, por lo general, tratamiento quirúrgico si la lesión intraarticular es importante o lo es el acortamiento del radio. Es muy necesaria la cuidadosa reconstrucción anatómica de la superficie articular y de la angulación y longitud radial. Están descritos múltiples métodos de tratamiento para estas lesiones; dentro de ellos se plantea con frecuencia el uso para su fijación de múltiples agujas de Kirschner y el relleno de las áreas impactadas con hueso esponjoso, fijación con fijador externo o agujas percútaneas, las placas de fijación internas, las placas-agujas o la combinación de una de estas, además se plantea que a menudo es preciso combinar una técnica cerrada con otra abierta para el tratamiento correcto de las fracturas tipo III.1-3
En nuestro medio no contamos con las placas-agujas ni con otras técnicas usadas en el mundo desarrollado como el control artroscópico en la articulación radiocarpiana, pero podemos lograr la fijación con una de estas técnicas o combinándolas para lograr una buena estabilización y fijación posterior a la reducción.4-7
Las complicaciones de estas fracturas, por no realizar una adecuada reducción, son conocidas y muy temidas por las limitaciones y secuelas que pueden dejar en estos pacientes, por ello la importancia de realizar una buena reducción y mantenerla.
En este caso que se presenta se mantuvo la reducción combinando una fijación externa con minifijador RALCA, más una fijación interna con una lámina en T mediante un abordaje volar para realizar la reducción y organización de los fragmentos fracturarios.8-11
Por la complejidad de estas fracturas y las complicaciones que trae su mal manejo se decidió la presentación de este caso, que puede orientar la variedad y combinación de técnicas a utilizar para mantener la reducción de estas fracturas.
PRESENTACIÓN DEL CASO
Se presenta el caso de una paciente de 24 años de edad, de procedencia rural, con antecedentes de salud anterior, atendida en el Hospital General Universitario Dr. Gustavo Aldereguía Lima, de Cienfuegos, debido a que sufrió accidente en una moto con su padre, lo cual le produjo una fractura articular cominuta, desplazada, distal del radio de su mano izquierda, tipo III de la clasificación de Fernández.
La paciente a su llegada al Hospital fue examinada minuciosamente y sometida a exámenes radiológicos y de laboratorio. (Figuras 1 y 2).
La paciente fue intervenida quirúrgicamente en el salón de urgencias y bajo anestesia general se realizó la reducción y estabilización de la fractura con la preparación de un minifijador RALCA, además, mediante un abordaje volar se realizó la reorganización de los fragmentos fracturarios articulares y la fijación de los mismos con una placa en T de microtornillos de nueve perforaciones. Se colocaron dos tornillos distales para reducir la fractura articular y tres tornillos en el fragmento proximal de la fractura para lograr la estabilidad. (Figuras 3 y 4).
Se mantuvo a la paciente ingresada por 24 horas posteriores a la operación. Se dio alta médica, y se orientaron ejercicios de los dedos. Se puso tratamiento con cefalexina por vía oral durante siete días y dipirona si presentaba dolor.
La primera consulta se realizó a los 15 días, se evaluó el estado de la herida, se realizó control radiológico y se retiraron los puntos. Se mantuvo el fijador externo por cuatro semanas hasta que se retiró y se colocó una férula antebraquial por dos semanas más, hasta completar seis semanas posoperatorias y retirar la férula. Durante este tiempo se indicaron radiografías de control para evaluar el estado de la fijación. (Figuras 5 y 6).
A las seis semanas después de retirada la férula antebraquial se indicó fisioterapia a la paciente para rehabilitación. A las diez semanas la paciente se incorporó a su vida habitual y a su trabajo de oficina. Se le dio de alta con una función completa de la articulación de la muñeca. (Figuras 7,8, 9,10,11 ).
DISCUSIÓN
Las fracturas complejas distales del radio deben ser reducidas anatómicamente para evitar las complicaciones que afectan la función de la articulación y la vida normal del paciente que las aqueja, en nuestro medio es posible que no contemos en un momento determinado con los dispositivos más usados para la fijación de estas fracturas, por esta razón debemos tener en cuenta todas las posibles combinaciones a nuestro alcance para solucionarlas ya que en la mayoría de los casos no es posible mantener una reducción de estas con una sola técnica. Es por ello que seleccionando el paciente y teniendo en cuenta el tipo y la forma de la fractura la combinación de una placa interna con un minifijador RALCA es una alternativa viable para la solución de estas lesiones traumáticas.