INTRODUCCIÓN
La maloclusión es una entidad, según la OMS, que ocupa el tercer lugar entre las enfermedades estomatológicas que constituyen riesgo para la salud.1 Existe una gran relación entre las anomalías dentomaxilofaciales, apiñamiento, vestíbulo versión, mordida abierta, y los trastornos del habla.2 Las alteraciones de la oclusión pueden ser de mayor o menor gravedad y comprometer casi todas las estructuras de la cavidad oral. En las maloclusiones graves se presentan casi siempre problemas para masticar y hablar, que pudieran desaparecer en edades tempranas con un tratamiento ortodóntico adecuado en conjunto con un logopeda.
Las maloclusiones menos graves tienden a alterar la masticación, la deglución y el habla, no tanto porque imposibiliten esas funciones, sino porque requieren una compensación fisiológica de la deformación anatómica.3
La actividad lingüística es muy compleja y se encuentra asociada con las demás funciones psíquicas del individuo.4 Cualquier desviación trae consigo anomalías en la fonación, sin olvidar que en ocasiones se presentan anomalías del habla debido al uso de aparatología ortodóntica.5 Estas anomalías constituyen un aspecto fundamental en la interrelación social y uno de los tópicos más importantes en la adecuada articulación de los fonemas o sonidos del idioma, para lograrlo se hace necesario una integridad anátomo-funcional de los órganos fono articuladores.6
Es bueno destacar la importancia que tiene la rehabilitación fonética del niño por lo cual es necesario la colaboración en equipo del ortodoncista y el logopeda, pues es muy común que en los niños con tratamiento exista la presencia de las “dislalias (alteraciones en el lenguaje debido a alteraciones de los órganos articulatorios )”, lo cual motivó la realización de este estudio.
El ortodoncista debe estar familiarizado con algunas técnicas sencillas de análisis logopédico, sin que por esto lo debamos considerar como un especialista en el tratamiento de la dicción. Debe existir una estrecha relación entre el logopeda y el ortodoncista ya que el mayor número de pacientes en esta consulta es de niños, quienes son los más afectados por trastornos del habla por lo que son remitidos al especialista para su diagnóstico y terapia con el objetivo de mantener, devolver y preservar la salud a estos pequeños pacientes lo cual constituye nuestra razón de ser.7
Diferentes autores han estudiado la patogenia de las maloclusiones dentales y la atribuyen a movimientos de la deglución y del habla defectuosos.5 Al respecto, en investigaciones realizadas por Aucar Atit se cita que Arnold y Rapack reportan que el 70 % de pacientes con trastornos de la voz se encontraban afectados por maloclusiones dentarias y afirman que la mordida abierta produce dislalia.7
Graber, citado por Aucar Atit, considera que las maloclusiones dentarias se encuentran dentro del segundo grupo de factores causales del trastorno del lenguaje, particularmente aquellas que presentan mordida abierta o hipoclusión.7
Estudios realizados por Stewart y colaboradores8 en 52 pacientes, de los cuales 21 tenían instalados aparatos removibles y 31 fijos, reflejan que los problemas encontrados fueron generalmente mayores con la aparatología fija que con la removible, sin embargo la deglución y la fonación fueron más difíciles en los removibles, resultados similares a los de Lew.9
Haydar y colaboradores estudiaron las habilidades de articulación de 15 pacientes que utilizaron aparatos removibles superiores e inferiores y hallaron distorsión en los fonemas /k /, / t /, /d/.10 Jiménez Ariosa en su estudio refiere que, según señala del Toro Viera, la anquiloglosis es una de las anomalías dentomaxilofaciales que causa alteraciones articulatorias, mientras mayor sea la capacidad de exteriorizar la lengua así como movilizarla en las diferentes direcciones, mayores serán las dificultades para la ejecución articulatoria de algunas consonantes.4
También Aucar Atit encontró que la presencia de hábitos bucales deformantes, especialmente el empuje lingual, se encuentra íntimamente relacionada con la dislalia.7
Miyawaki encontró en sus estudios con aparatos ortodónticos linguales dificultades en masticar alimentos fibrosos y en la pronunciación de /S/ y /T/.11
Khalil12 señaló que cuando se utilizan aparatos para el hábito de succión del pulgar, se presentan efectos perjudiciales a corto plazo, pero luego desaparecen estos.
Para corregir una maloclusión se pueden utilizar diferentes aparatos los cuales facilitan la rehabilitación de la anomalía y, junto al trabajo del logopeda, resuelven los problemas del lenguaje.13 Todo lo anterior nos permite afirmar que la ortodoncia establece la estética del perfil, mejora la función dentaria y la articulación. Para corregir una maloclusión dentaria existen los aparatos fijos y los removibles los cuales facilitan la rehabilitación de la anomalía ortodóntica y el trabajo del logopeda en función del lenguaje.16, 17, 18
MATERIALES Y MÉTODOS
Estudio observacional analítico comparativo, cuyo universo estuvo constituido por 110 alumnos de la escuela primaria “Guerrillero Heroico”, del Municipio de Cienfuegos, del que fue seleccionada una muestra no probabilística de 32 niños que cumplían con los criterios de inclusión siguientes: presentaron maloclusiones asociadas a hábitos deformantes de succión digital y deglución atípica con trastornos del lenguaje. El estudio fue desarrollado en el periodo comprendido entre octubre del 2001 y septiembre 2002.
Se realizó un examen clínico, en la escuela, por parte del logopeda y en presencia del ortodoncista, luego se precisaron datos que completaron los formularios.
Se aplicó un formulario que recogió (antes y durante el tratamiento) las variables siguientes: Número de historia clínica, expediente, anomalías dentomaxilofaciales, hábitos como la succión digital y la deglución atípica.
Para realizar el diagnóstico logopédico, se recogieron en el formulario No. 2 las variables siguientes: Análisis de la pronunciación y niveles de articulación. Se tomaron solo los fonemas afectados en la articulación de las palabras.
Se le colocó el Hawley modificado a los pacientes, lo que constituye algo novedoso por los investigadores de este trabajo, que realizaron la siguiente modificación: se sustituyó la rejilla por una perforación en forma ovalada en la placa a nivel de la rugosidades palatinas, pues la rejilla produce una interferencia en el movimiento de la lengua, sin embargo el orificio de la placa acrílica produce un estímulo de exploración a las zonas sensoriales de la punta de la lengua.
Durante la investigación se observó la evolución durante el tratamiento, que incluyó dos mediciones con un intervalo de 6 meses entre ambas.
La información fue recogida en una base de datos y procesada, utilizando para ello la técnica estadística inferencial a través de una dócima (o docimacia) no paramétrica para muestras seleccionadas antes y después de Mcneman, esto fue procesado a través del paquete estadístico SPSS , versión 10.0 en castellano.
RESULTADOS
La distribución porcentual de las malformaciones situó a la maloclusión clase I de Angle en el primer lugar, presente en 53,1 %. (Tabla 1).
En los pacientes con hábitos deformantes observamos una reducción de las dislalias durante el tratamiento; en los pacientes con deglución atípica a 18,8 % y en los pacientes con succión digital a 9,4 %. (Tabla 2).
Al iniciarse el tratamiento las dislalias representaban el 81,2 %, y se redujeron durante este hasta el 28,1 %. (Tabla 3).
Las anomalías dentomaxilofaciales más frecuentes fueron la vestibuloversión (87,5 %), resalte aumentado (84,4 %) y el cierre bilabial anormal (68,8 %), con el tratamiento utilizando el Hawley modificado se redujeron todas las anomalías con diferencias significativas. (Tabla 4).
La evolución logopédica con el uso de la aparatología mostró que 75, 0 % de los niños con dificultades las habían superado, y 6,2 %. estaban ligeramente superados. (Tabla 5).
Cuando observamos la articulación de los fonemas en los diferentes maloclusiones vemos que la | F | es el más afectado en el 1er nivel con 11,8 % en la clase I; en el segundo nivel la | R | en la clase I y II con 58,8 % y 58,3 % respectivamente y la | S | en estas mismas maloclusiones. (Tabla 6).
En la segunda medición se eliminaron los fonemas afectados, con diferencias significativas, excepto en la | F | del primer nivel y la | T | , | D | , | L | del segundo nivel, quedando dificultades con la | R | y la | S | principalmente en la clase II con 33,3 % y 25,0 % respectivamente. (Tabla 7).
DISCUSIÓN
En el desarrollo de nuestra investigación observamos que la maloclusión que prevaleció fue la Clase I de Angle, seguido de la clase II , resultados que coinciden con estudios epidemiológicos de Proffit,3 y difieren de los realizados por Aucar Atit.7
Los hábitos deformantes bucales deben ser tratados desde edades tempranas por el estomatólogo general, pues estos provocan alteraciones en los órganos articulatorios que impiden la pronunciación correcta y provocan alteraciones del lenguaje. En este estudio la deglución atípica se presentó en 62,5 % de los pacientes y en 34,4 % la succión digital, estos resultados difieren de los de Baurre citado por Perelló.13
Al aplicarle tratamiento ortodóntico observamos una reducción de la dislalia en estos pacientes, por la corrección de las anomalías que presentaban y la eliminación de los factores etiológicos que las provocaban, lo que corrobora lo planteado por Perelló acerca de que las deformidades dentales influyen en la correcta articulación de los fonemas.13
En esta investigación utilizamos el aparato de Hawley perforado, para que el paciente colocara la lengua a este nivel, favoreciendo la información sensitiva y sensorial proveniente de los receptores periféricos a través de los pares craneales V, V11, V111, X, X1, que además de llegar a la corteza determinan la sensopercepción, desencadenando a nivel bulbar una serie de arcos reflejos, el más importante el trigémino recurrencial establecido después de retirada la rejilla, ya que esta producía una interferencia obligada en los movimientos de la lengua.
Teniendo como base la estimulación inicial de la lengua se origina un automatismo de condicionamiento sensomotor que, a través de un mecanismo de retracción o feel back positivo, contribuye a una mejor producción del tono glótico, donde el orificio de la placa constituye un estímulo de exploración a las zonas sensoriales de la punta de la lengua.
Con este aparato logramos reducir la dislalia, lo cual corrobora lo referido en la literatura donde se plantea que muchas dislalias son provocadas por maloclusiones y hábitos incorrectos, que una vez corregidos con el uso de aparatología ortodóntica, producen resultados satisfactorios.8,12,17
En esta investigación se plantean las anomalías dentomaxilofaciales que presentan estos pacientes donde prevalecieron la vestibuloversión, el resalte aumentado y el cierre bilabial anormal, cuando le aplicamos el tratamiento ortodóntico observamos que se reducen todas las anomalías y las dislalias, lo cual coincide con la bibliografía revisada,4, 6, 13, 15, 16, 17 por lo que es importante destacar la necesidad de la atención conjunta ortodoncista – logopeda.
Las dislalias se presentaron en los pacientes portadores de hábitos deformantes, al instalárseles el Hawley modificado y recibir tratamiento conjuntamente con el logopeda se obtuvieron resultados muy satisfactorios, casi la totalidad logró superar ese trastorno del lenguaje, por lo que se demostró que combinando ambas terapias se hace un tratamiento integral, lo cual coincide con lo obtenido por Mora,14 esto demostró lo planteado por Perelló,13 que la atención integral ortodoncista logopeda garantiza la rehabilitación de estos pacientes.