Co. Director:
Después de haber realizado un minucioso estudio de los artículos que se han presentado en la revista durante diez años, consideramos que los mismos demuestran el nivel científico de los profesionales de la salud en nuestra provincia, lo que permite que la misma goce de un gran prestigio.
Es digno reconocer a las especialidades médicas que con gran sistematicidad publican, destacándose entre ellas la Medicina Interna, pero algo sí nos ha llamado la atención y es que durante todo este tiempo no aparecen artículos de la especialidad Logopedia y Foniatría, siendo esta la ciencia encargada de estudiar la etiología, patogenia, sintomatología, evolución, diagnóstico, pronóstico, tratamiento y profilaxis de los trastornos de la comunicación.
Desde el punto de vista de la rehabilitación podemos plantear que esta ciencia adquiere una importancia vital en la vida del hombre ya que la comunicación es el vínculo por excelencia de las relaciones humanas y el hombre vive y se desenvuelve en una sociedad verbal.
En la provincia, en la Atención Primaria y Secundaria de Salud están establecidas las consultas de Logopedia y Foniatría, las cuales cuentan con los recursos humanos y materiales necesarios, y atienden diversas alteraciones de la comunicación en sus tres niveles: habla, voz y lenguaje.
La más frecuente en el habla es la disartria, que se caracteriza por una alteración en la articulación o pronunciación de los sonidos producto de una afección neurológica. En la voz la más usual es la disfonía que se describe como alteración patológica del timbre vocal.1
Hoy quisiéramos compartir con usted los resultados de una investigación relacionada con una enfermedad que afecta el lenguaje a nivel mundial; nos referimos a la afasia, caracterizada por un trastorno del lenguaje como consecuencia de una lesión cerebral que interfiere en la función codificadora o decodificadora o ambas a la vez, pudiendo observarse además un compromiso de la lecto-escritura,1 también se plantea que es una pérdida total o en parte del lenguaje, encontrándose de igual forma afectado sus componentes, su aspecto expresivo o impresivo, en dependencia de la afección específica, de una forma primaria o secundaria.2
El objetivo de la investigación estuvo dirigido a la aplicación de una estrategia de intervención para restablecer el lenguaje expresivo en los pacientes afásicos motores. Se obtuvieron los siguientes resultados:
Se superó el déficit en el lenguaje impresivo, siendo capaces de comprender el lenguaje ajeno con estructura gramatical compleja, ejecutando órdenes simples y consecutivas, las relaciones espaciales, de tamaño, posición y corporal (alto-bajo, delante- detrás- abajo-arriba, dentro-fuera, derecha-izquierda) en un período de nueve días.
En un período de quince (15) días se restableció el lenguaje expresivo. La mejoría más significativa estuvo en los incisos: lenguaje narrativo, nominación de objetos, nominación de acciones y la aparición funcional de expresiones muy simples pero adecuadas y en el momento oportuno.
Los pacientes y familiares aceptaron la estrategia de intervención con positivismo, sin abandonar la terapia, lo que facilitó la efectividad.
Todos los individuos de la muestra evolucionaron positivamente en los aspectos de lenguaje expresivo y lenguaje impresivo manifestando evocación funcional en situaciones comunicativas concretas.
El abordaje terapéutico del paciente afásico en el marco de la rehabilitación multifactorial, personalizada e intensiva resulta muy favorable.