Fundamento: La endocarditis infecciosa sigue desafiando a la medicina moderna a pesar de no ser tan frecuente en la población general. La incidencia de la enfermedad depende del grupo de riesgo. La correlación de los hallazgos anátomo-patológicos con elementos clínicos y epidemiológicos, puede explicar el comportamiento actual de esta entidad.
Objetivo: describir las características anatómicas en fallecidos con diagnóstico necrópsico de endocarditis infecciosa.
Métodos: estudio descriptivo, de pacientes con diagnóstico necrópsico de endocarditis infecciosa entre 1986 y el 2008, en el Hospital Clínico Quirúrgico Provincial Celia Sánchez Manduley, de Granma. Las variables analizadas fueron: edad, sexo, lesiones anatómicas previas, localización de las vegetaciones, infartos embólicos sistémicos y abscesos embólicos orgánicos, complicaciones evolutivas, cultivo de las lesiones y causas directas de la muerte.
Resultados: la frecuencia de endocarditis infecciosa diagnosticada en la necropsia osciló anualmente entre 0,4 y 1,5 %. La endocarditis sobre válvulas nativas y sin daño previo, fue la más frecuente. Los hallazgos anatómicos fueron más frecuentes en el corazón izquierdo. La endocarditis derecha nosocomial representó casi la tercera parte de los fallecidos y se identificaron factores de riesgo. Las lesiones embolígenas a diferentes órganos, las complicaciones sistémicas y las causas directas de muerte, evidenciaron casos de endocarditis infecciosa aguda. El germen más frecuente fue el estafilococo áureo.
Conclusión: el conocimiento de hallazgos anatómicos puede apoyar la comprensión del comportamiento clínico–epidemiológico. La correlación entre los hallazgos anatómicos y los clínicos fue baja, de lo que se infieren dificultades en el diagnóstico en vida.