INTRODUCCIÓN
Las lesiones maxilofaciales ocurren en una porción significativa de pacientes que han recibido traumas múltiples. Tanto la acción precisa y rápida en la escena del accidente como la solución terapéutica intrahospitalaria, son de esencial importancia en la evolución y recuperación de los lesionados. (1)
La demora en el traslado del paciente a la institución hospitalaria provoca que lleguen en estado de shock. Autores como Sotolongo Terry(1), Illescas Fernández(2), Pacheco Tirado(3), se refieren a la importancia del traslado rápido desde la escena del accidente por el compromiso que puede traer para la vida del paciente.
De ahí la importancia de este trabajo, donde se describe la labor del equipo de cirugía que participó en la atención de un paciente que recibió durante una riña una herida facial por arma blanca. Es objetivo de este trabajo enfatizar en la importancia de una atención multifactorial, que permita atender los parámetros vitales y controlar el estado hemodinámico del paciente, así como de la realización del estudio de laboratorio que corresponda, para desarrollar una conducta rápida y eficaz.
PRESENTACIÓN DEL CASO
Paciente de 34 años, sexo masculino, color de piel mestiza, de procedencia rural, con antecedentes de salud, que se recibió en el área de código rojo del Cuerpo de Guardia del Hospital General Universitario Dr. Gustavo Aldereguía Lima, de Cienfuegos, por haber recibido, durante una riña, una herida por arma blanca en región inferior izquierda de la cara. Fue atendido por el Especialista en Emergencia Médica y por Especialistas en Cirugía General y en Cirugía Maxilofacial.
El examen físico reveló herida lineal en región inferior izquierda de la cara que se extendía desde el pabellón auricular izquierdo hasta región labial inferir izquierda e involucraba piel, tejido celular subcutáneo, músculo y mucosa, afectando al músculo masetero, arteria y vena facial. El paciente llegó en estado de shock hipovolémico debido al sangrado y al tiempo que había transcurrido. (Figuras 1 y 2).
Exámenes complementarios:
Estudios hematológicos:
Hb: 7,5 g/L
Htto: 24, 7
Se procedió a canalizar vena profunda y a administrar volumen. Se aplicó vendaje compresivo y se realizaron exámenes complementarios de urgencia. Se le administraron 500 cc de glóbulos rojos, logrando estabilizarlo hemodinámicamente. Finalmente, se llevó al salón de urgencias donde se le realizó la intervención quirúrgica.
Previa aplicación de anestesia general endotraqueal, se realizó asepsia y antisepsia del campo operatorio, lavado abundante del área y se observaron detenidamente todos los puntos sangrantes; se procedió a pinzar y ligar arteria y vena facial; se llevó a cabo la hemostasia de la región y se comenzó la sutura por planos (mucosa, músculo, tejido celular subcutáneo y piel), por último, se colocó vendaje compresivo. (Figuras 3 y 4).
Durante el período posoperatorio se administró terapia basada en antibióticos y analgésicos, se mantuvo una estricta vigilancia hemodinámica del paciente. La recuperación se desarrolló sin complicaciones.
DISCUSIÓN
El tratamiento del paciente con traumatismo grave debe iniciarse en el lugar del accidente, en donde es importante contrarrestar los daños que en ese momento comprometen la vida. Durante esta fase debe enfatizarse en la necesidad de efectuar el establecimiento de una vía permeable, efectuar tratamiento del choque, controlar hemorragias externas, inmovilizar adecuadamente al paciente y trasladarlo de inmediato al sitio más cercano y apropiado, de preferencia un centro especializado en trauma.
La sistematización en la evaluación primaria y en la reanimación simultánea, la adecuada revaloración del paciente con la corrección indicada de las anormalidades, la elección del mejor medio de transporte con cuidados óptimos y la realización de una apropiada evaluación secundaria, permitirá proporcionar una mejor perspectiva en vida y calidad de vida a todo paciente traumatizado. (2)
Es importante planificar por adelantado los requerimientos para la llegada del paciente al hospital donde debe proveerse de equipo necesario para establecer una vía aérea y tener listas soluciones cristaloides tibias (solución Hartman). También deberá contarse con lo necesario para iniciar monitorización inmediata y disponer de apoyo médico extra cuando sea necesario.
El tratamiento precoz y óptimo en las primeras horas de ocurrido el accidente es catalogada como la “hora de oro” del politraumatizado. (4,5)
Se ha enfatizado en la importancia de la participación del cirujano maxilofacial en asociación con neurocirujanos, ortopédicos y cirujanos generales para la valoración diagnóstico- terapéutica de los politraumatizados, con vistas a brindar una atención de excelencia. (1)
Los traumatismos y fracturas maxilofaciales, a pesar de que en muchas ocasiones no comprometen la vida del paciente, ocasionan deformidades difíciles de ocultar por ser la porción más visible del cuerpo. (6)
Los patrones de lesiones son diversos; están las lesiones que afectan el esqueleto y las que afectan los tejidos blandos del tercio medio de la cara. El tratamiento del traumatismo maxilofacial resulta un tanto dificultuoso, a cualquier nivel que este se desarrolle; en tal sentido, puede ser de mucha ayuda la correcta recepción de este tipo de urgencias en los cuerpos de guardias de instituciones hospitalarias, entendida como la realización de los exámenes físicos y clínicos que corresponden en cada caso. (1)
CONCLUSIONES
La pronta actuación del equipo de guardia, guiado por el cirujano maxilofacial, permitió una conducta adecuada y una pronta recuperación del paciente, lo que contribuyó no sólo a salvar su vida, sino a que se recuperara sin otras secuelas.