INTRODUCCIÓN
El órgano de la visión constituye uno de los más importantes en la vida de relación, más del 80 % de todas las impresiones que llegan al ser humano ocurren a través de este órgano. Por su limitada protección y frágil anatomía se hace muy vulnerable a los traumatismos externos provocados por varios tipos de mecanismos, recibe desde lesiones simples o combinadas de tipo contusivo, hasta perforantes, o ambas, acompañadas o no de la presencia de cuerpos extraños. (1)
Los traumatismos oculares son una causa común de deficiencia visual, principalmente de ceguera monocular en el 33 al 40 % de los casos. La trayectoria del cuerpo extraño intraocular, lesiona estructuras por acción mecánica, pero también provoca complicaciones debido a la toxicidad de sustancias como el óxido de hierro, infecciones, hemorragia vítrea, desprendimiento de retina, catarata traumática, etc. Éstas repercuten en el resultado funcional final, sin olvidar las complicaciones diferidas que ocurren con frecuencia y que, en ocasiones, requieren de nuevo hospitalización para valoración quirúrgica. (2)
La atención inicial del traumatismo constituye un procedimiento de extraordinaria responsabilidad para el que lo realiza y define la conducta a seguir de acuerdo con las lesiones encontradas.
El nivel de complejidad del cuadro clínico en estos traumatismos requiere y precisa no sólo del examen clínico oftalmoscópico y biomicroscópico, sino de los métodos de diagnóstico que cambian el pronóstico sombrío que presentaban en el pasado los traumatismos perforantes del globo ocular con cuerpo extraño intraocular (CEIO). (3,4)
Por la importancia que en los últimos años ha alcanzado la traumatología ocular, así como por la alta frecuencia de traumas con CEIO, se publica este caso.
PRESENTACIÓN DEL CASO
Paciente de 40 años de edad y procedencia rural, que acudió a consulta de Oftalmología del Hospital General Universitario Dr. Gustavo Aldereguía Lima por presentar visión borrosa del ojo derecho (OD).
Al interrogatorio se recogió el antecedente de traumatismo ocular por cuerpo extraño metálico, mientras se encontraba martillando hierro sobre hierro, de 3 meses de evolución, después de lo cual comenzó con molestias oculares, ojo rojo y visión borrosa. Al examen físico de OD se constató agudeza visual sin cristal (bultos a 20 cm) y 1,0 en ojo izquierdo, agudeza visual mejor corregida de iguales características.
Biomicroscópicamente se observó hiperemia cilio conjuntival moderada, tatuaje escleral limbar en el sitio de entrada del cuerpo extraño (región limbo corneal nasal, hora 3), edema corneal marcado, celularidad del acuoso y midriasis media arrefléxica. A nivel del ángulo camerular (hora 6), se constató irregularidad del esfínter iridiano, asi como algunos pigmentos a nivel del vítreo temporal inferior.
Se decidió realizar tomografía multicorte de la órbita, mediante la que se constató presencia de cuerpo extraño intraocular. (Figuras 1A y B)
La tomografía simple de órbita mostró el mismo resultado. (Figura 2).
Se decidió realizarle cirugía y extracción del cuerpo extraño, que se encontraba en la periferia iridiana, ubicado en la región central inferior (hora 6) con características de ser un cuerpo extraño metálico. El paciente después de la cirugía evolucionó favorablemente; en la actualidad posee una agudeza visual mejor corregida de 0, 7 en ojo derecho y 1,0 en OI.
DISCUSIÓN
Los cuerpos extraños intraoculares son una de las principales causas de traumatismo ocular y de disminución de agudeza visual. Con mucha frecuencia los adultos jóvenes, hombres, son los principales afectados en accidentes de trabajo. El traumatismo ocular con presencia de cuerpo extraño intraocular en polo posterior tiene un pronóstico visual incierto por lo que su tratamiento adecuado y a tiempo, puede ser decisivo, de acuerdo al lugar donde se sitúa. (5)
Otras posibilidades de extracción de cuerpos extraños intraoculares son la cirugía de vítreo-retina y la extracción electromagnética, cuando se encuentra en polo posterior. Entre los factores que influyen en la recuperación de la agudeza visual están el tamaño, material y localización del cuerpo extraño, la herida ocular asociada y el desarrollo y manejo de las complicaciones posteriores a la extracción del CEIO. (6,7)
En algunas ocasiones el diagnóstico de CEIO no se hace fácil, sobre todo si el paciente no maneja con certeza el antecedente de un traumatismo que lo justifique.
Los estudios de imagen como la tomografía axial computarizada y la ecografía son elementos útiles en estos casos. La resonancia magnética nuclear está contraindicada cuando se sospeche de un CEIO metálico. La ultrasonografía modo-B ha sido usada para la valoración de CEIO en polo posterior.
Es interesante que los CEIO puedan permanecer inertes por varios años, sin causar inflamación intraocular, siderosis o glaucoma secundario, llegando a producir un granuloma que, de existir, debe ser analizado histológicamente, para descartar otro tipo de granuloma. En estos casos si su localización se encuentra en el segmento posterior o vítreo retina los procedimientos son más difíciles y las perspectivas visuales más inciertas. (8,9)
En este caso, a pesar del tiempo, por su correcto diagnóstico y tratamiento quirúrgico ayudados por la no existencia de una sepsis asociada, solo una reacción inflamatoria, el paciente presentó una evolución muy satisfactoria.