INTRODUCCIÓN
Las neoplasias malignas del riñón representan entre el 1 % y el 3 % de todas las neoplasias malignas viscerales y es el carcinoma de células renales o hipernefroma la variante más frecuentemente encontrada, seguida del tumor de Wilms en los niños y luego de los tumores uroteliales de cálices y pelvis renal, entre los que se encuentra el carcinoma de células transicionales, como la variante histológica más común.
El adenocarcinoma de pelvis renal es una neoplasia rara, que representa sólo el 1 % de las neoplasias malignas de este órgano y su variante mucinosa puede ser motivo de errores diagnósticos al ser confundida potencialmente con áreas de metaplasia epitelial o diferenciación mucinosa en un carcinoma transicional, fenómeno que se presenta con mayor frecuencia y que constituye el principal diagnóstico diferencial en estos casos. (1-3)
Los escasos reportes de este cáncer en la literatura revisada y la ausencia de diagnóstico de este tipo en nuestro medio, en los años de experiencia de los autores de este trabajo, ha constituido la motivación de la presentación de este caso clínico diagnosticado en el Departamento de Anatomía Patológica del Hospital General Universitario Dr. Gustavo Aldereguía Lima, de Cienfuegos.
PRESENTACIÓN DEL CASO
Paciente femenina de 46 años de edad con antecedentes de diabetes mellitus, que refirió molestia en flanco y fosa lumbar derecha de tres años de evolución sin otra sintomatología acompañante, motivo por el cual acudió al cuerpo de guardia del Hospital General Universitario Dr. Gustavo Aldereguía Lima, de Cienfuegos, donde fue atendida por el Servicio de Urología.
Se le realizó un ultrasonido abdominal cuyo resultado describió lesión mixta de 6 cm de diámetro en riñón izquierdo, por lo que se le diagnosticó un tumor renal. Se le realizaron entonces estudios tomográficos los que mostraron: lesión hipodensa de 6,8 cm de diámetro con calcificaciones en su interior en el riñón izquierdo. (Figura 1).
Se decidió su ingreso ingresó en el Servicio de Cirugía, para tratamiento quirúrgico.
Los exámenes complementarios de hemograma, glucemia y creatinina arrojaron resultados normales. Se le realizó nefrectomía y se envió la pieza al Departamento de Anatomía Patológica. La descripción macroscópica de la pieza informó como elemento positivo la presencia de una dilatación de la pelvis renal, con una apariencia quística de pared gruesa y superficie interna lisa, cuyas reales dimensiones y contenido no se pudieron precisar bien en el órgano, por encontrarse esta estructura previamente seccionada. El contenido de la lesión tenía una apariencia gelatinosa y se encontraba en abundante cantidad en frasco aparte. El estudio histológico del espécimen mostró la presencia de abundante moco y estructuras glandulares de apariencia intestinal que infiltraban la pared pélvica sin penetrar a médula y que se rodeaba de una respuesta inflamatoria crónica, con agrupación del infiltrado en nódulos linfoides, además de la presencia de calcificaciones (Figura 2).
Se concluyó el caso, entonces, como un adenocarcinoma mucinoso de pelvis renal.
DISCUSIÓN
Esta neoplasia afecta con más frecuencia a adultos entre la sexta y séptima década de la vida, con un predominio por el sexo masculino. Algunas veces asintomática, puede presentar síntomas al inicio como: hematuria, dolor en flanco y síntomas obstructivos. (1,2) Se han reconocido tres variantes histológicas de esta neoplasia: túbulovelloso, mucinoso y papilar, a la primera variante le corresponde el peor pronóstico. (1) La OMS por su parte la clasifica en: tipo intestinal, mucinoso, de células en anillo de sello y de células claras. (4)
En su patogénesis se ha planteado la relación con factores irritantes como la inflamación, las infecciones, litiasis y la hidronefrosis, aunque también se ha asociado con la exposición a carcinógenos ambientales. Todos estos factores irritantes causan metaplasia epitelial, en este caso, de tipo intestinal, con su futura progresión a displasia y adenocarcinoma. (3) Ackerman sugiere reservar este diagnóstico a las neoplasias malignas de pelvis renal con estructuras glandulares incuestionables en su apariencia histológica, pues las células de un foco de metaplasia dentro de una neoplasia de tipo transicional pueden presentar producción mucinosa y ser interpretada erróneamente como un adenocarcinoma. (5)
La literatura revisada con motivo de este trabajo apoya con sus reportes lo inusual de este tipo de tumor. En el Hospital Belén Trujillo de Perú, entre 1966 y 1995, fueron revisadas las historias clínicas de 16 pacientes con carcinoma de pelvis renal, de los cuales solo un caso resultó ser un adenocarcinoma. (2) Alberto Palacios y otros investigadores del servicio de Urología del Hospital General de Santo Antonio en Portugal, publicaron en el 2006 un caso de esta neoplasia, pero en esta oportunidad con la variante túbulovellosa. (1)