INTRODUCCIÓN
Entre las plantas que arraigan bajo el hermoso cielo de Cuba hay una que, por su acción y toxicidad rápida y enérgica, es comparada con el terrible Jangbin, la venenosa planta malgache del “juicio de Dios”. Pocos pérfidos ejemplares se encuentran tan a mano como la Thevetia peruviana, (1) actualmente nombrada científicamente como Cascabela thevetia (L) Lippold (2,3) y conocida como covadonga, cobalonga, cabalonga, codo del fraile, (1,2,4) yellow oleander, (1-6) adelfa amarilla. (7) Pertenece a la familia de las Apocináceas y es cultivada en las regiones tropicales de América, (2,3,5,7) Asia oriental, el sur de Europa, con fines ornamentales, en jardines y parques, (8) pero su toxicidad es poco conocida por la población. (1)
Todas las partes de la planta son tóxicas, (3,4, 6-8) pero las semillas y el látex concentran la mayor cantidad de metabolitos tóxicos, como glicósidos cardiotónicos (cerebrina y la tevetina) con efectos similares a la digitalina (2,3,5,6) y heterósidos, de los cuales los más importantes son la tevetina A (3,5) y la B. La tevetina A contiene canogenina, tevetosa y gentiobiosa y la tevetina B, digitoxenina, gentiobiosa, tevetosa y nerifolina. El látex es rico en terpenoides y acetato de bamirina; en las hojas se ha encontrado neriantina y en las flores frescas, quercitina y kaempferol. (3,4,8)
Las semillas, cortezas y las flores son utilizadas por la población. Las flores hervidas en leche constituyen un calmante poderoso para conciliar el sueño. (1,8) Sus semillas se usan como amuletos de bolsillo para evitar várices anales. (1) El látex es usado para curar la sordera, la sarna, las úlceras, los dolores de muela y disolver tumores. (1,4,8)
La ingestión de cualquier parte de la planta provoca un cuadro clínico gastrointestinal caracterizado por vómitos y diarreas que pueden llevar al paciente a la deshidratación con desequilibrio hidroelectrolítico y ácido básico. (2,3-9) Los trastornos cardiovasculares están dados por bradicardia e hipotensión; el electrocardiograma muestra alteraciones en la onda T, prolongación del intervalo PR a causa del aumento del tiempo de conducción atrioventricular; el marcapaso del corazón se desplaza desde el nódulo sinoauricular al atrioventricular, confundiendo la onda P con el complejo QRS. Se pueden presentar extrasístoles ventriculares con complejos QRS más anchos, en ocasiones invertidos, y extrasístoles seguidas de latidos ventriculares ectópicos; los complejos ventriculares pueden degenerar y dar paso a la fibrilación. (2,3-10,11)
El tratamiento se basa en la realización del lavado gástrico, la administración de un emético, o ambos, para eliminar los restos de la planta o las semillas ingeridas que puedan quedar y disminuir nuevas absorciones del tóxico. Los trastornos digestivos necesitan el tratamiento sintomático y administrar carbón activado al finalizar el vaciamiento gástrico. (2,3,4,9-11)
Los trastornos cardíacos que produce la ingestión de esta planta dependen del trazado electrocardiográfico y su tratamiento debe realizarse en un centro hospitalario por personal especializado. Se deben controlar los niveles de potasio realizando monitorización hidroelectrolítica y del equilibrio ácido básico. Para controlar la bradicardia se debe valorar la administración de atropina; la fenitoína es eficaz en los trastornos de la conducción atrioventricular. (3,4,9-11)
Por la necesidad de dar a conocer los efectos tóxicos de una planta que la población acostumbra a usar con fines medicinales, se decidió la presentación de este caso.
PRESENTACIÓN DEL CASO
Se presenta el caso de un paciente masculino, de color de piel blanca, de 60 años de edad, talla 165 cm y 55 Kg, trabajador agrícola con antecedentes de hipertensión arterial y reconocido en su comunidad como curandero. Presentaba manifestaciones catarrales e ingirió un remedio casero elaborado con dos semillas de Cascabela thevetia (L)Lippold (covadonga), ralladas y luego sometidas a una decocción. Acudió al subsistema de La Gomera del área de salud del policlínico Martha Abreu, 12 horas después, presentando abundantes vómitos, tensión arterial en 100/60, taquicardia y opresión toráxica intensa.
Se interconsultó el caso con el Servicio de Información Toxicológica de Villa Clara, desde donde se orientaron medidas generales y tratamiento sintomático, así como su remisión urgente al área de salud de atención secundaria, para una monitorización cardiopulmonar del paciente. Durante el traslado a la unidad de atención secundaria más cercana, el paciente sufrió un cuadro de asistolia del que no se recuperó y falleció.
El estudio macroscópico anatomopatológico del Departamento de Medicina Legal del Hospital General Cínico Quirúrgico Arnaldo Milián Castro mostró los siguientes resultados: pulmones congestivos y edematosos, cardioesclerosis, ateromatosis severa en las coronarias y aorta, infarto agudo del miocardio del ventrículo izquierdo y congestión visceral generalizada.
DISCUSIÓN
El interés creciente por el conocimiento de los tóxicos naturales ha cobrado fuerza en la actualidad y constituye uno de los aspectos más relevantes de la toxicología moderna que ocupa la atención de numerosos científicos, productores, personal de la salud pública y directivos de las instituciones regulatorias. (2,8) Esta aseveración se sustenta en la gran cantidad de publicaciones y eventos científicos que cada año dedican su atención al tema de las toxicosis por plantas y tóxicos naturales afines.
En muchos países se trata de biodiversificar la flora e incrementar la divulgación sobre el conocimiento de la importancia de las plantas y de sus usos beneficiosos; pero aparejado a los aspectos incuestionablemente positivos, hay que considerar que también existen plantas que, al ser ingeridas de manera directa por los animales y el hombre, pueden comprometer seriamente la salud y causan cuadros clínicos de intoxicaciones que no siempre se manifiestan de manera repentina, sino de una forma más solapada. (2)
El desconocimiento muchas veces del efecto tóxico de las plantas, así como el empleo de estas en remedios caseros ante determinadas dolencias y enfermedades, sin base científica, o un correcto estudio previo acerca de su composición química e inocuidad, sin lugar a dudas, es un factor de riesgo que contribuye a elevar los accidentes de intoxicaciones por plantas y puede traer consigo desenlaces fatales como el que ahora se presenta.
Otra de las causas que llevaron al paciente a la muerte, fue la demora en acudir al médico, trayendo por consiguiente una mayor absorción del tóxico ingerido al transcurrir 12 horas entre la ingesta del producto y la primera atención médica. La ateromatosis coronaria y aórtica, tuvo un importante papel en el mecanismo de cardiotoxicidad generado por la planta, trayendo consigo la muerte del paciente por infarto agudo del miocardio del ventrículo izquierdo.