Estimado editor:

En esta carta, queremos compartir con usted una reflexión oportuna tras la revisión y análisis del artículo “Retos y perspectivas en la educación nutricional de los adultos mayores” del investigador Pérez Moré CA y col. que, desde la mirada de la enfermería como ciencia del cuidado y la nutrición, reflexiona sobre la necesidad de un nuevo paradigma para la atención de las personas geriátricas,⁽¹⁾ que hoy día adquiere una vital importancia ante el fenómeno del envejecimiento que ha marcado este siglo XXI.

En el año 2003, el entonces secretario de las Naciones Unidas, Kofi Annan expresó: «El envejecimiento no es un problema sino un logro; y no es un mero asunto de seguridad social y bienestar social, sino de desarrollo y política económica en su conjunto» en la búsqueda de disminuir la mortalidad, la fecundidad y aumentar la esperanza de vida, como logros asociados al desarrollo económico y social;⁽²⁾ objetivos que se han complejizado ante el proceso de envejecimiento, un problema en sí mismo, que pone a prueba cuán preparadas están las sociedades humanas ante este fenómeno.

América Latina y el Caribe pasan sucesivamente, y en periodos cada vez más cortos, de sociedades juveniles a sociedades envejecidas. En la región, la población de 60 años, en 15 años más, serán superiores a 119 millones y representará el 16,7 % de la población total de la región. En la historia de la humanidad nunca las personas han vivido tantos años como en la actualidad.⁽³⁾

Para el año 2030 se espera que el envejecimiento, que hoy es de un 18,3 % de nuestra población, sea de un 30,3 %, por lo que, junto a Argentina y Uruguay, se considerará como uno de los tres países más envejecidos del área latinoamericana.⁽⁴⁾

La Organización de las Naciones Unidas proyecta que el porcentaje de la población de 65 años o más se triplicará para mediados de este siglo en Latinoamérica y hacia el año 2050 habrá tantas personas cumpliendo esta edad cada año como nuevos nacimientos, por lo que el envejecimiento amenaza con sobrecargar a los jóvenes y dejar a los adultos mayores vulnerables a las dificultades de la vejez, lo que necesariamente no tiene que suceder si las sociedades se preparan para el desafío.⁽⁵⁾

Tal y como avizoraron los estudios demográficos previos, en los próximos cincuenta años, Cuba será el país del Tercer Mundo más envejecido, y es hoy el tercero de América Latina, lo que está relacionado con el aumento de la expectativa de vida, el descenso de la fecundidad por debajo del nivel de reemplazo, el saldo migratorio negativo y la disminución de la mortalidad infantil, todo lo cual no solo ha afectado el tamaño y ritmo de crecimiento de la población, sino también su estructura por grupos de edades; la provincia de Villa Clara, junto a la de ciudad de La Habana, son las que tienen un mayor número de ancianos.

El Lineamiento 90 de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución para el período 2021-2026 destaca que debe “continuar la implantación gradual, en todos los sectores de la sociedad, de las medidas para atender el envejecimiento poblacional y (…)”. Respaldo legal en la Ley No. 81 y su artículo 8 del desarrollo sostenible y sus objetivos: Pobreza cero, Hambre cero, Salud y bienestar y la Educación de calidad.⁽⁶⁾

Acciones gubernamentales integradas en el Plan Nacional de Desarrollo Económico Social hasta el año 2030 y sus seis principales ejes temáticos, así como el desarrollo humano, equidad y justicia social; con especial atención a las personas geriátricas por sus limitaciones y vulnerabilidades en las esferas biopsicosocial. Encargo social materializado por el Ministerio de Salud de Cuba (MINSAP), a través del Programa Nacional de Hospital Amigo de los Adultos Mayores y sus Familiares y el Movimiento de Comunidades Saludables.⁽⁶⁾

Cienfuegos envejece al igual que el país de forma acelerada. Al cierre de julio del año 2021, la provincia mostraba 85 992 personas mayores para una tasa de 21,2 %, con mayor representatividad en los municipios Cienfuegos, Cumanayagua y Rodas. Este reto sanitario implica el análisis sanitario, económico, arquitectónico y social para facilitar la calidad de vida de este grupo etario, con especial prioridad.^[a]

Por otro lado, la red sanitaria de salud, los actores gubernamentales, sociales, la familia, la academia y la propia sociedad, precisan alcanzar una madurez y concientización de lo complejo de enfrentar la atención integral biopsicosocial de personas geriátricas vulnerables, cada día más polimórbido asociado a la multicausalidad.

El envejecimiento impacta en la sociedad global, a nivel microsocial en la experiencia personal y en las interrelaciones familiares al adulto mayor. Constituye, así, un gran reto en la política social y en la familia, las mismas que constituyen los pilares de apoyo para la población envejecida, pero que a su vez enfrentan procesos de transición, ya legislado en el nuevo código de familia, que sustenta la responsabilidad de aumentar las necesidades de cuidado y apoyo; en tanto, la sociedad, a su vez, ve aumentar los niveles de dependencia en su población.

Envejecer adecuadamente permite gozar del entorno dentro de las capacidades, a pesar de las limitaciones del anciano, lo cual reclama una adecuada interacción del adulto mayor con el medio y los vínculos extrafamiliares para su calidad de vida y supervivencia, por ende, los aleja de los temores y preocupaciones por envejecer.

La Comunidad Latinoamericana y Caribeña, en sus políticas, proyectan enfrentar el envejecimiento mediante el mejoramiento de las condiciones de vida de la población que envejece; mantenimiento de la autonomía para evitar la dependencia; adopción de estilos de vida saludables desde edades tempranas de la vida; mayores coberturas en salud con atención primaria familiar; programas de asistencia social que fomenten la participación de estos en las decisiones sociales y familiares. Además, potenciar un mayor aprovechamiento del capital intelectual y cultural depositado en los adultos mayores.

Exhorto a mis colegas, a cambiar y revolucionar toda la red sanitaria, aunar todos los saberes del equipo multidisciplinario, en torno al adulto mayor. La geriatrización del pensamiento reflexivo y diagnóstico, influenciado por los efectos de las nuevas tecnologías, oportuno para trasmitirlo a las nuevas generaciones, enseñar a tratar con lo necesario, evitar la polifarmacia, promover estilos de vida saludable, juntos facilitar una educación nutricional efectiva y por acción interdisciplinar pesquisar y ejecutar el hacer y saber hacer en la atención geriátrica integral médico quirúrgica.

El envejecimiento poblacional es una tendencia irreversible en la sociedad cubana. La escuela, los medios de comunicación y sobre todo la propia familia, deben contribuir a la formación de valores orientados al respeto de los ancianos. La vejez humana es posible solo en sociedad, es decir, en la sociedad cubana actual. Es necesario, entonces, proveer lazos significativos para que las personas alcancen dignidad y satisfacciones, para que la calidad de vida sea digna. Esto debe traducirse en alcanzar con todos y para el bien de todos una comunidad saludable y amigable con la antología de enseñanzas, experiencias y sapiencias que atesoran nuestros adultos mayores.