Actualmente las toxicomanías se incluyen entre las afecciones de peor pronóstico, pues una vez establecidas presentan notable resistencia al tratamiento y una marcada tendencia a la recaída. Este trabajo tuvo como objetivo presentar el caso de un adolescente de 13 años, con una dependencia a la aspiración de la gasolina. Al examen físico se constataron características propias de intoxicación, que corroboraron la razón por la cual el menor fue llevado a consulta. Durante el ingreso, el paciente presentó un cuadro ligero de agitación psicomotriz que cedió con dosis bajas de ansiolíticos. Las diferentes entrevistas arrojaron que el paciente procedía de una familia disfuncional, lo cual repercutía en su salud mental. El tratamiento medicamentoso y psicoterapéutico, posibilitó que el adolescente abandonara el consumo inhalatorio de la gasolina. La revisión de la bibliografía, así como la consulta con el Instituto Nacional de Toxicología, no reportó evidencias de caso similar publicado en Cuba.