INTRODUCCIÓN
En el transcurso de los últimos años está suscitando un creciente interés en diversos países el Sistema de Vigilancia Alimentaria y Nutricional (SISVAN) que puede definirse como un proceso sistemático y permanente de recolección, transmisión, análisis e interpretación de información que permite mantener un conocimiento actualizado de la situación alimentaria y nutricional. Este sistema se implantó en nuestro país en el año 1977 con el objetivo fundamental de contribuir a la planificación de programas e intervenciones dirigidas al mejoramiento de la alimentación, evitar la malnutrición así como evaluar el estado nutricional del niño en edad preescolar mediante indicadores antropométricos.1-3
El seguimiento del crecimiento y desarrollo del niño no solo tiene la importancia de atender las necesidades del niño en una edad determinada sino el asistirlo con un criterio preventivo y evolutivo, teniendo en cuenta sus características cambiantes y dinámicas. Es por todo lo anterior que la evaluación, así como la vigilancia del crecimiento físico del niño constituyen acciones pertinentes a cumplir en la atención primaria.4
Se entiende por estado de nutrición la expresión de una variable dada del estado fisiológico resultante de la disponibilidad de nutrientes por la célula. El estado de nutrición del ser humano se considera un problema ecológico, ya que en él influyen múltiples factores: físicos, biológicos, culturales y socioeconómicos, que se superponen e intervienen recíprocamente.5
En 1974, Jordán y colaboradores confeccionaron las normas nacionales de peso para la talla, recomendando que el límite de la normalidad fuera fijado entre el 10 y 90 percentil, tanto para el peso como para la talla y señalaron que cualquier niño por debajo de esos límites, debía ser examinado debido a la posibilidad de que presentara alguna afección.6
El criterio basado en el puntaje Z es el más conveniente para definir los puntos de corte en la evaluación de los programas de nutrición de una población. Se considera útil para el seguimiento longitudinal de la situación nutricional y la salud de los niños.7
Teniendo en cuenta que la nutrición constituye un factor importante para el crecimiento físico, desarrollo bioquímico y mental del niño; que diversos trastornos que afectan al adulto pueden tener su origen en la infancia, como es la obesidad, la ateroesclerosis y la hipertensión arterial, entre otros, y siendo nuestra preocupación el desarrollo integral multifacético del hombre , nos propusimos la realización de este trabajo.
MATERIALES Y MÉTODOS
Estudio descriptivo correlacionar cuyo universo estuvo constituido por el total de niños de tercero a sexto año de vida que asistió al circulo infantil “Marineritos del Sur”, de Cienfuegos, en el período comprendido entre el 1ero de septiembre de 1999 y el 31 de marzo del 2000 y que llevaban más de un año en la institución.
El dato primario se obtuvo por revisión de las historias clínicas de los niños y por interrogatorio directo a los padres, para lo cual se confeccionó una encuesta que recogió las siguientes variables: edad, sexo, antecedentes patológicos personales, peso, talla, evaluación nutricional según peso para la talla, peso para la edad y talla para la edad, pliegue tricipital y circunferencia braquial , resultado de heces fecales, cálculo de puntaje Z y evaluación nutricional en el momento del ingreso al círculo infantil.
Los niños fueron pesados y tallados en una balanza para niños mayores con tallímetro adjunto, marca SMIC; se midió pliegue tricipital y circunferencia braquial según las normas establecidas.8 Las mediciones fueron realizadas por los investigadores para evitar los sesgos del observador.
La evaluación nutricional se realizó teniendo en cuenta las tablas cubanas vigentes,6,9,10 así como la medición de pliegues tricipitales y circunferencia braquial para la edad.11,12
El valor del puntaje Z se calculó por la diferencia entre el resultado individual y la mediana de la población de referencia, dividida por la desviación estándar.13 Cuando el valor del puntaje Z se encontró entre -1 y -2 derivaciones estándar se consideró desnutrido leve, entre -2 y –3 derivaciones estándar moderado y por debajo de 3 desviaciones estándar desnutrido grave.
Cuando Z estuvo por encima de +1 desviación estándar se consideró sobrepeso, entre -1 y +1 normal.14
El puntaje Z se realizó de acuerdo a lo establecido por el Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos (centro colaborador de la OMS).
El procesamiento de los datos se llevó a efecto en una microcomputadora utilizando el programa procesador de encuesta SPSS, se aplicaron las medidas matemáticas de análisis como el porcentaje, la media y la desviación estándar.
RESULTADOS
La relación de la evaluación nutricional peso/talla muestra que 78,20 % de los niños eran eutróficos. (Tabla 1)
Debido a que en la actualidad se plantea que el puntaje Z es el índice más fidedigno para la evaluación nutricional decidimos aplicarlo a nuestro grupo de estudio, observamos 90 niños valorados como normales, mientras que 36 eran sobrepeso. (Tabla 2)
Otro parámetro que refleja el estado nutricional del paciente es el pliegue tricipital, donde encontramos que 86,47 % se encontraban dentro de límites normales. (Tabla 3)
Al relacionar edad y circunferencia braquial se destaca que no existieron pacientes con circunferencia del brazo por debajo del décimo percentil y existe un predominio de los pacientes con percentiles normales en un 65,41 %. (Tabla 4)
Al relacionar el estado nutricional al ingreso en el circulo infantil con el actual observamos que inicialmente el número de niños eutróficos fue 125 para un 93,98 %, la evaluación nutricional posterior reveló la disminución de este grupo a 104 niños (78,20 %) existió un incremento en el grupo con tendencia a la obesidad. (Tabla 5)
DISCUSIÓN
El Dr. Romero del Sol y Berdazco Gómez15 encuentran en su estudio un predominio del estado nutricional eutróficos, iguales resultados reporta el Dr. Martínez.16 Antonio Berdazco17 en su investigación “Estado de nutrición en niños de 5 años en localidades rurales según abasto de agua”, estudió una muestra de 608 niños, observó que 549 presentaron un estado nutricional normal, seguido de los que se encuentran por encima del 90 percentil, y en tercer lugar los niños con peso insuficiente.
El estudio de Tay Zavala18 concluye con predominio de los niños con estado nutricional normal, seguidos por los mal nutridos por defecto. Nuestros resultados coinciden con los señalados anteriormente y con la realidad de nuestro país donde predominan los niños eutróficos
El Dr. Jiménez Acosta y Gay Rodríguez3 en su trabajo “Vigilancia nutricional materno infantil” determinó el puntaje Z y encontró un predominio de niños normales, lo que coincide con lo expresado por López y Torun7 quienes plantean que el número de observaciones expresadas en el por ciento que debe existir bajo la curva es de un 68,26 % para los pacientes eutróficos.
Esquivel11 en su artículo “Valores de pliegues grasos en niños y adolescentes cubanos” y Jordán4 en su estudio “Crecimiento del niño como indicador de salud” plantean la importancia del pliegue tricipital para determinar el estado nutricional del infante lo cual se corresponde con nuestros resultados.
Esquivel12 en su estudio “Valores nacionales de la circunferencia del brazo en niños y adolescentes cubanos”, informa que a través de este indicador la media de los niños cubanos se encuentra en los percentiles normales, similares resultados encontramos en nuestra investigación.
En este trabajo se apreció una tendencia al sobrepeso en el grupo de infantes estudiados, creemos que esto puede estar influenciado por los hábitos alimentarios de nuestra población, cuyas dietas son ricas en carbohidratos, hábitos que se mantienen aun en instituciones como son los Círculos Infantiles, por otra parte generalmente las madres al llegar el niño al hogar refuerzan su alimentación en ocasiones en exceso.