Al calor del reciente debate nacional, sin precedentes, que se ha suscitado en nuestro país, en torno a la necesidad de la aplicación del método clínico en la práctica asistencial, e inspirados en las mejores tradiciones de la medicina clínica cubana, se ha llevado a cabo la labor de reunir, en un suplemento de nuestra revista MEDISUR, un conjunto de trabajos sobre esta temática, que pudiera denominarse: El Método clínico. Compilación de artículos publicados y nuevos trabajos sobre el tema.
Se ha recopilado, en una primera parte de este número, un grupo representativo de artículos ya publicados, todos con la debida anuencia de sus autores y editores. Entre ellos se encuentran algunos que ya se pueden considerar como verdaderos clásicos sobre este tema, donde se destaca el titulado El Método clínico, de la autoría de los Profesores Fidel Ilizástigui Dupuy y Luis Rodríguez Rivera, escrito en 1989 y reproducido luego, íntegra y oportunamente como editorial, en nuestra Revista Finlay [1990;4(4):3-23].
En una segunda parte, se incluyen una serie de trabajos nuevos e inéditos, también a propósito del método clínico. Ellos van dirigidos a profundizar detalles en diferentes situaciones particulares y escenarios que se dan en la práctica profesional pero, como le gustaba decir al Profesor Ilizástigui, son expresiones de la unicidad en la diversidad del método.
Un aspecto que es muy difícil evitar en una publicación como la que se presenta, es la repetición y el solapamiento, de conceptos, enfoques y referencias bibliográficas en los trabajos, pues los autores han bebido de las mismas fuentes, lo que, lejos de ser un elemento negativo, es un reflejo de lo que nos hemos atrevido a denominar como la Escuela Cubana de Clínica. Entonces, nuestras disculpas anticipadas por las repeticiones, aunque esta situación se justifica si seguimos el consejo que solía darnos el Profesor Ignacio Macías Castro en nuestra época de estudiantes: “repetir es enseñar, repasar es aprender”.
Por otra parte, el estilo de redacción y el formato de las presentaciones son heterogéneos, pero esto es también inevitable cuando se agrupan publicaciones de muchos autores, donde se han respetado, sobre todo, los textos originales ya divulgados.
Con este suplemento, no se ha pretendido presentar una antología sobre el método clínico, aunque se considera que la mayoría de los trabajos que se han incluido tendrían los merecimientos necesarios para hacerlo.
Ojalá que las nobles ideas expresadas por todos los autores en estos artículos, se conviertan en savia nutriente que revitalice la práctica clínica en nuestro país, en tiempos tan complejos como los actuales, no sólo para beneficio de nuestros pacientes y familiares, lo que es primordial, sino también, para crecimiento profesional de nosotros mismos y de las nuevas generaciones de profesionales de las ciencias médicas, lo que también es muy trascendente, para hoy y para el futuro.
Dr. Alfredo Espinosa Brito
Editor invitado
Se ha recopilado, en una primera parte de este número, un grupo representativo de artículos ya publicados, todos con la debida anuencia de sus autores y editores. Entre ellos se encuentran algunos que ya se pueden considerar como verdaderos clásicos sobre este tema, donde se destaca el titulado El Método clínico, de la autoría de los Profesores Fidel Ilizástigui Dupuy y Luis Rodríguez Rivera, escrito en 1989 y reproducido luego, íntegra y oportunamente como editorial, en nuestra Revista Finlay [1990;4(4):3-23].
En una segunda parte, se incluyen una serie de trabajos nuevos e inéditos, también a propósito del método clínico. Ellos van dirigidos a profundizar detalles en diferentes situaciones particulares y escenarios que se dan en la práctica profesional pero, como le gustaba decir al Profesor Ilizástigui, son expresiones de la unicidad en la diversidad del método.
Un aspecto que es muy difícil evitar en una publicación como la que se presenta, es la repetición y el solapamiento, de conceptos, enfoques y referencias bibliográficas en los trabajos, pues los autores han bebido de las mismas fuentes, lo que, lejos de ser un elemento negativo, es un reflejo de lo que nos hemos atrevido a denominar como la Escuela Cubana de Clínica. Entonces, nuestras disculpas anticipadas por las repeticiones, aunque esta situación se justifica si seguimos el consejo que solía darnos el Profesor Ignacio Macías Castro en nuestra época de estudiantes: “repetir es enseñar, repasar es aprender”.
Por otra parte, el estilo de redacción y el formato de las presentaciones son heterogéneos, pero esto es también inevitable cuando se agrupan publicaciones de muchos autores, donde se han respetado, sobre todo, los textos originales ya divulgados.
Con este suplemento, no se ha pretendido presentar una antología sobre el método clínico, aunque se considera que la mayoría de los trabajos que se han incluido tendrían los merecimientos necesarios para hacerlo.
Ojalá que las nobles ideas expresadas por todos los autores en estos artículos, se conviertan en savia nutriente que revitalice la práctica clínica en nuestro país, en tiempos tan complejos como los actuales, no sólo para beneficio de nuestros pacientes y familiares, lo que es primordial, sino también, para crecimiento profesional de nosotros mismos y de las nuevas generaciones de profesionales de las ciencias médicas, lo que también es muy trascendente, para hoy y para el futuro.
Dr. Alfredo Espinosa Brito
Editor invitado