Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Un grupo de científicos descubrió una manera de aumentar la producción de células madre en ratones, en un hallazgo que podría ayudar a los pacientes con cáncer que necesitan trasplantes de médula ósea. Los investigadores de Estados Unidos hallaron que los osteoblastos, las células que forman los huesos también controlan la producción de las células madre formadoras de sangre, células maestras que se pueden desarrollar y convertirse en tejidos y células especializadas en el cuerpo. Los investigadores identificaron una manera de estimular a las células madre formadoras de sangre de modo tal que se favorezca su proliferación.

"La capacidad de favorecer el número de células madre que un individuo produce podría tener un impacto inmediato en la atención del paciente", dijo el miércoles en un comunicado David Scadden, quién dirigió el equipo de investigación, del Hospital General de Massachussets. Las células madre hematopoyéticas (formadoras de células de la sangre), que se pueden convertir en cualquier tipo de célula sanguínea, se hallan en la capa externa de la médula ósea. Sin embargo, generalmente se presentan en pequeñas cantidades y no son muy buenas para reproducirse.

Los pacientes con cáncer que no pueden producir suficientes células madre pueden no ser elegibles para un trasplante de médula ósea, un tratamiento que podría ser la mejor esperanza para su supervivencia. Los científicos, quienes informaron de sus hallazgos en la revista Nature, descubrieron mientras estudiaban ratones genéticamente modificados que la hormona paratiroidea podría duplicar la producción de células madre formadoras de sangre.

La clave de todo el proceso fueron las células formadoras de hueso, llamadas osteoblastos, agregaron. Si los especialistas pudieran producir este efecto en los humanos, se podría permitir que más pacientes recibieran trasplantes de médula ósea. "Esto comenzó como un proyecto más bien improbable, como un proyecto lateral que se tornó más y más interesante a medida que hacíamos nuestros hallazgos", dijo Laura Calvi, del Centro Médico de la Universidad de Rochester, quién trabajó en la investigación. "Es especialmente emocionante porque el compuesto que usamos se sabe que actúa de manera segura en las personas, así que podemos comenzar a ver rápidamente si esta estrategia también funcionará en los humanos", agregó.